Las denuncias por violencia de género van en aumento y los femicidios cometidos por integrantes de alguna fuerza militar o policial también. Asesinatos como el de Úrsula Bahillo, en Buenos Aires, el de Liliana del Valle Flores en Cerrillos, o el de Ivana Módica en Córdoba exponen una trama de la que poco se sabe.
La Policía, reiteradamente cuestionada por la falta de formación para tomar las denuncias de las víctimas, también fue puesta bajo la lupa por las acusaciones contra sus propios integrantes.
José Ibarra, flamante jefe de la Policía de Salta, reconoce que el aumento de casos es perceptible también en la fuerza local. Sin embargo, asegura que el incremento se debe a “que hay cada vez más apertura para recibir las denuncias”.
“Quitamos el arma preventivamente, si así lo amerita”, dice sobre las medidas que la fuerza toma si un efectivo es denunciado por violencia de género.
En cuanto al plan para trabajar la problemática, asegura que se crearán comisarías de la mujer en todas las dependencias, además de capacitar a todos los efectivos.
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Las denuncias por violencia de género van en aumento y los femicidios cometidos por integrantes de alguna fuerza militar o policial también. Asesinatos como el de Úrsula Bahillo, en Buenos Aires, el de Liliana del Valle Flores en Cerrillos, o el de Ivana Módica en Córdoba exponen una trama de la que poco se sabe.
La Policía, reiteradamente cuestionada por la falta de formación para tomar las denuncias de las víctimas, también fue puesta bajo la lupa por las acusaciones contra sus propios integrantes.
José Ibarra, flamante jefe de la Policía de Salta, reconoce que el aumento de casos es perceptible también en la fuerza local. Sin embargo, asegura que el incremento se debe a “que hay cada vez más apertura para recibir las denuncias”.
“Quitamos el arma preventivamente, si así lo amerita”, dice sobre las medidas que la fuerza toma si un efectivo es denunciado por violencia de género.
En cuanto al plan para trabajar la problemática, asegura que se crearán comisarías de la mujer en todas las dependencias, además de capacitar a todos los efectivos.
Las cifras de distintas organizaciones hablan de un aumento de denuncias de violencia de género contra integrantes de la fuerza. ¿Cómo es la situación en la Policía local?
Aumentaron las denuncias y percibimos que no son situaciones que empezaron ayer, sino que han sido padecidas durante años. Los números han ido en aumento, tanto en intervenciones de dependencias en la recepción de denuncias de violencia intrafamiliar o de género y en cuanto a las intervenciones del Centro Integral de Género, que interviene cuando un policía se presenta ante la oficina y pone en conocimiento una situación que no necesariamente puede ser violencia de género, sino de convivencia.
El abordaje que se hace es desde la perspectiva de violencia de género. Se determina con psicólogos y abogados qué tipo de intervención se va a dar. En lo interno, tenemos las intervenciones del Centro Integral de Género que durante 2020 han sido 68 y en lo que va del 2021, cinco.
El Centro Integral de Género, está a cargo de la comisario inspector abogado Juárez Silvina.
¿Por qué cree que crecieron los casos internos?
Porque está la posibilidad cierta de denunciar, que toda Policía sea escuchada y se puede denunciar sin que eso implique un perjuicio posterior. Hay cada vez más facilidad de denunciar, pero hay muchas situaciones de violencia que no son recientes, sino que se padecen desde hace años. Con la apertura del Gobierno nacional y provincial, es más fácil llegar a pedir ayuda, se animan más y confían en que pueden encontrar una solución y necesitan salir de esa situación, ya no la quieren tolerar.
¿Se cumple con los protocolos que emitieron los ministerios nacionales que indican que, en caso de que el denunciado sea de una fuerza, esa información quede registrada?
Cumplimos con todos los protocolos de Nación. Cada vez que hay una denuncia, el fiscal nos obliga a través de oficio a que se cumpla. Lo que es la intervención judicial se hace con seguimiento de la autoridad fiscal, con directivas expresas.
El abordaje interno, con el Centro Integral de Género, es independiente a lo que en la causa haga el juez, que continuará con la actuación penal. Este es el abordaje interno que hacemos de la institución, vamos en sintonía con lo que dice el fiscal.
¿Qué medidas toma la institución ante la denuncia a un policía?
Armamos un abordaje integral desde las distintas áreas, replanteamos cómo va a hacer el abordaje del Centro Integral de Género, en el que va a intervenir desde un primer momento el fiscal, porque es una obligación que intervenga.
En lo interno, en lo policial, generalmente las medidas que se toman ante una denuncia son, en primer lugar una preventiva que es la retención de arma.
Si hay elementos probatorios que ameriten una medida más grave, suspensión preventiva para facilitar la investigación, cambio de destino, licencias y todo lo que corresponda. A través del Centro Integral de Género, también determinamos qué tipo de ayuda se le debe otorgar al personal policial; porque sin duda si está ante la comisión de un delito, por su situación profesional, tiene que recibir ayuda.
¿Cuál es la apertura dentro de la fuerza? ¿Hay denuncias de complicidad policial cuando el acusado es un compañero?
Estamos analizando el accionar de cada uno de nosotros, cómo nos comportamos, qué hacemos y cuestionando nuestros hábitos de conducta en cuanto el accionar de género. Todo el personal puede manifestar sus posturas y esa es la apertura.
Hay reclamos de que no quieren recibir la denuncia. Pero no hay justificación para que el policía deje de atender un reclamo, el que hace eso está obrando mal. Y si tomamos conocimiento, se tomarán las medidas que corresponden.
Nos controlamos entre nosotros mediante sumarios e informes y la división de Recursos Humanos. Y desde afuera, asuntos internos que son personas civiles, controlan el accionar policial.
Hay áreas que hacen bien su trabajo, pero tenemos reclamos de que la mujer fue a una dependencia y que le dijeron que, para poder denunciar, antes la tenía que revisarla el médico, cosa que no es cierto. O también de revictimizar a la víctima. Es algo que el personal capacitado no puede hacer. Estamos capacitándonos para que no se cometan esos errores y crear la comisaría de la mujer.
¿Cuál es el camino al que puede recurrir una mujer del interior cuando quiere denunciar a personal de la comisaría local? ¿Se le da intervención al 144 como dice el protocolo nacional?
Si confía en su Policía, debe acercarse porque es obligación de tomar la denuncia. Si no, en la autoridad fiscal. A veces acompañan autoridades políticas u organizaciones que trabajan la problemática.
La víctima tiene muchas posibilidades de denunciar: en comisaría, fiscalía, telefónicamente al 144 o también en la atención médica, porque el personal sanitario que tome conocimiento de una situación de violencia, está en obligación de denunciar para que la víctima reciba ayuda y sacarla de esa situación.
De 298 casos de 2020, en dos de cada 10 se hicieron denuncias y solo en 19 había medidas de protección ¿Cree que las medidas son suficientes?
Implementamos diferentes mecanismos, los que más se conocen son la consigna policial en domicilio, también personalizada.
El botón antipánico también, porque en muchas oportunidades no se cuenta con los 3 policías que se necesitan por víctima. La fiscal es quién evalúa qué medida de protección tomar. Las dobles alarmas ya están funcionando con sensores que alertan cuando los dispositivos están cercanos.
Las medidas que siempre se toman son de protección a la víctima, es ponerla en un capullo de cristal y cuidarla, todas las medidas fiscales son para protegerla. De manera lineal se toman muchas disposiciones respecto a la libertad del victimario. Si hay una situación de violencia, es importante evaluar qué hacen los fiscales sobre si lo liberan o continúa detenido. La situación de violencia se descomprime cuando la atención es inmediata y se aplica la restricción de libertad.
Siempre es necesario más.
¿Qué organismos se crearon?
En lo interno, reformulando el proceso de intervención del Centro Integral de Género, cada vez que tomamos conocimiento de que un personal policial expone una situación de violencia de género. Y en lo externo, tener una oficina de violencia de género en las 190 comisarías y una comisaría de la mujer en cada unida regional, cabecera de departamento.
La primera etapa de ese proyecto es que quién reciba a la denunciante, esté capacitado. Ya se han capacitado a 2800 personas que trabajaran en esa área.
Los fiscales de violencia de género también están interviniendo para estar en constante contacto.
Sin duda de la atención a la víctima de violencia de género será diferente por estas capacitaciones.
¿Se está reeducando a la Policía?
Es reeducar y reforzar los conocimientos que se vienen dando y asegurarnos de que quien interviene cuando se comete un delito, lo haga con conocimiento. En los institutos de formación, lo incorporamos como materia en la escuela de cadetes, de suboficiales y de nivel superior. Nosotros tenemos cursos de jerarquía para ascender, también lo incorporamos allí como materia. Es decir, desde la jefatura mayor hasta el último agente se está capacitando.