Según registros del Cucai Salta, en la provincia hay 143 pacientes en espera de trasplante renal, mientras que el total nacional es de 5.483 personas.
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Según registros del Cucai Salta, en la provincia hay 143 pacientes en espera de trasplante renal, mientras que el total nacional es de 5.483 personas.
En la actualidad hay en la provincia 16 centros de diálisis, de los cuales 7 están ubicados en la capital y el resto en localidades del interior: General Güemes, Tartagal, San Ramón de la Nueva Orán, Metán, Cafayate y Rosario de Lerma. Los pacientes que realizan tratamiento con diálisis son 960.
Desde el año 2016 a la actualidad, 82 pacientes recibieron un trasplante de riñón proveniente de donante cadavérico y 48 lo hicieron con donante vivo relacionado.
Mañana es el Día Mundial del Riñón y en ese marco el Ministerio de Salud Pública instalará puestos de información y detección de factores de riesgo en la plazoleta de Cuatro Siglos de Salta.
Las actividades se llevarán a cabo entre las 9 y las 13, con cartelería, folletos, videos preventivos, toma de presión arterial y encuesta sobre factores de riesgo de enfermedad renal.
Factores de riesgo
Cualquier persona puede contraer una enfermedad de los riñones, pero están más expuestos quienes tienen antecedentes de diabetes, hipertensión arterial, sobrepeso u obesidad. También, cuando hay antecedentes familiares de enfermedad renal.
Por ello, es importante evaluar los factores de riesgo y detectar tempranamente cualquier anomalía en el funcionamiento de los riñones, para iniciar tratamiento y evitar que la enfermedad progrese a insuficiencia renal y requiera diálisis o trasplante.
Enfermedad renal
Los organismos internacionales de salud calculan que el 10% de la población mundial está afectada por enfermedad renal crónica (ERC) y que más de dos millones de personas reciben tratamiento con diálisis o precisan un trasplante de riñón.
Una cantidad importante de personas necesitan tratamiento renal, pero no lo saben, de allí que es sumamente importante el diagnóstico temprano, ya que en su etapa avanzada la enfermedad reduce la capacidad del paciente para realizar actividades laborales, sociales, deportivas y recreativas.