Tras el malestar que provocó en diversos sectores de la sociedad el anuncio del presidente Alberto Fernández de suspender las clases presenciales y prohibir la circulación de 20 a 6 horas en el AMBA, desde las redes sociales lanzaron una convocatoria para protestar las medidas. La cita, que en principio estaba pautada para ayer, a las 17, en el Obelisco, también incluyó como lugar de concentración a la quinta presidencial de Olivos.
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Tras el malestar que provocó en diversos sectores de la sociedad el anuncio del presidente Alberto Fernández de suspender las clases presenciales y prohibir la circulación de 20 a 6 horas en el AMBA, desde las redes sociales lanzaron una convocatoria para protestar las medidas. La cita, que en principio estaba pautada para ayer, a las 17, en el Obelisco, también incluyó como lugar de concentración a la quinta presidencial de Olivos.
A las 20, cuando inició la prohibición de circular según las nuevas restricciones, la protesta continuó en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada -donde se registraron algunos incidentes- y en Olivos, frente a la quinta presidencial
La marcha fue impulsada por diversos usuarios descontentos con las decisiones y también por autoridades de la oposición, como la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y otros funcionarios quienes, minutos después del anuncio del Presidente se movilizaron a la residencia de Olivos para mostrar su descontento.
Por la noche se vivió un clima de tensión en Olivos. A 25 minutos de que comenzara a regir la restricción horaria para circular, la gente que se encontraba frente a la Quinta de Olivos comenzó a forcejear con la Policía Federal Argentina (PFA). Los efectivos intentaron impedir que pegaran en una de las puertas del lugar una serie de carteles. En la Casa Rosada también se observó un enfrentamiento entre la PFA y los manifestantes.
Ocurrió cuando estos comenzaron a mover las rejas y la fuerza de seguridad los apartó de la entrada mojándolos para evitar los disturbios.
La movilización más grande se distinguió en la zona del centro porteño. Con el correr de la tarde, la Plaza de la República recibió a los primeros manifestantes, y a ellos se les sumaron decenas de vehículos que bloquearon las inmediaciones de la Avenida 9 de Julio. El Metrobus, sin embargo, permaneció liberado.
Frente a la residencia presidencial los manifestantes cantaron el himno y golpearon tapas de ollas y cacerolas bajo el mismo reclamo. En ambos lugares la presencia de los gastronómicos también se hizo notar. El malestar de los dueños de bares y restaurantes se centró en la restricción horaria que sufrieron con el último decreto publicado por el Poder Ejecutivo.
En medio de las tensiones entre Ciudad y Nación, un extenso grupo de padres y colegios comunicó que realizará mañana un abrazo en cada uno de sus establecimientos y luego marchará a la quinta presidencial de Olivos en rechazo a la medida dictada por el Ejecutivo. Ayer la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, expresó en declaraciones radiales que entiende que la Corte “no tiene plazos”, pero que también en este momento “hay una demanda muy fuerte de las familias sobre lo que les pasa a sus hijos” y esa situación “amerita decisiones” en forma inmediata.
Fallo en contra
El primer rechazo de la Justicia para que mañana comiencen las clases se conoció el sábado.
Se trata de un fallo de la jueza en lo Contencioso Administrativo, Romina Tesone, que rechazó el pedido formulado entendiendo que la Ciudad acudió directamente a la Corte Suprema para la declaración de inconstitucionalidad del DNU y que buscó en esa instancia la resolución del conflicto con el Estado nacional.
El amparo que fue tratado por la Justicia porteña fue el que patrocinó la Defensoría Oficial. Pero todavía hay dos planteos de sectores que representan a padres que esperan revertir el cierre de las aulas.
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