Hoy, a las 21.30, en el Salón Auditórium (avda. Belgrano 1349) Los Siuffies estrenarán “La grieta encantada”. De creación colectiva, fue estructurada por sus realizadores como una farsa en doce cuadros. Los intérpretes son los hermanos María Victoria y Leonardo Francisco Siuffi, a quienes dirige su padre, “Chacho” Siuffi.
En diálogo con El Tribuno “Chacho” señaló que el año pasado, ante la crisis mundial por la irrupción de la Covid-19, se le presentó la utopía como un medio fecundo para la exploración de las relaciones sociales, el orden moral, los órdenes políticos y económicos. “Sabía que el sistema se había caído a pedazos”, sintetizó él.
Los Siuffies formaron el centro cultural “Lo del Chacho”, que funciona en Vaqueros y donde actualmente se imparten talleres de formación en yoga, teatro y canto. En este marco se conformó la obra, que trata sobre la incomunicación, el afecto y el desamor, el compromiso y la indiferencia, en la que se refleja la idiosincrasia argentina.
De acuerdo con la síntesis argumental, dos actores en el escenario confrontan estados de ánimo que pueden ser también lecturas políticas y sociales de la Argentina. Se trata de otra mirada enfocada en los modos, costumbres y estereotipos de la sociedad salteña; pero puestos en situaciones muy identificables de nuestra cotidianeidad. Sin embargo, “Chacho” señaló que la obra se caracteriza por una apertura perenne. “Puede sufrir modificaciones a lo largo del tiempo, es una estructura de libertad, de deconstrucción, no rígida y memorizada, sino que busca una espontaneidad creativa y esto es lo que está sucediendo y lo que le da vivacidad al texto, a la representación, es decir, que hace que a la obra el público la viva y eso me llena de placer”, describió.
Los hijos
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Hoy, a las 21.30, en el Salón Auditórium (avda. Belgrano 1349) Los Siuffies estrenarán “La grieta encantada”. De creación colectiva, fue estructurada por sus realizadores como una farsa en doce cuadros. Los intérpretes son los hermanos María Victoria y Leonardo Francisco Siuffi, a quienes dirige su padre, “Chacho” Siuffi.
En diálogo con El Tribuno “Chacho” señaló que el año pasado, ante la crisis mundial por la irrupción de la Covid-19, se le presentó la utopía como un medio fecundo para la exploración de las relaciones sociales, el orden moral, los órdenes políticos y económicos. “Sabía que el sistema se había caído a pedazos”, sintetizó él.
Los Siuffies formaron el centro cultural “Lo del Chacho”, que funciona en Vaqueros y donde actualmente se imparten talleres de formación en yoga, teatro y canto. En este marco se conformó la obra, que trata sobre la incomunicación, el afecto y el desamor, el compromiso y la indiferencia, en la que se refleja la idiosincrasia argentina.
De acuerdo con la síntesis argumental, dos actores en el escenario confrontan estados de ánimo que pueden ser también lecturas políticas y sociales de la Argentina. Se trata de otra mirada enfocada en los modos, costumbres y estereotipos de la sociedad salteña; pero puestos en situaciones muy identificables de nuestra cotidianeidad. Sin embargo, “Chacho” señaló que la obra se caracteriza por una apertura perenne. “Puede sufrir modificaciones a lo largo del tiempo, es una estructura de libertad, de deconstrucción, no rígida y memorizada, sino que busca una espontaneidad creativa y esto es lo que está sucediendo y lo que le da vivacidad al texto, a la representación, es decir, que hace que a la obra el público la viva y eso me llena de placer”, describió.
Los hijos
Victoria Siuffi cursó sus estudios en la Universidad Nacional de Teatro (UNT). Perteneció a diferentes grupos teatrales como La Otra Vuelta, de Diego López; Inerte, de Francisco Siuffi; y el Grupo de la Casa de la Cultura, de Lucrecia Ramos, entre otros. También incursionó en cine y televisión.
Francisco Siuffi se inició con “Chacho”. Estudió Licenciatura de Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba, donde tomó clases de actuación y formación con maestros como “Paco” Giménez, Jorge Videla, Marcelo Comandu y Maura Sajeba. Integró grupos teatrales como actor y director. También dictó cursos.
Acerca de la herencia propia que honraron sus hijos “Chacho” señaló: “Alenté todas las iniciativas que tuvieron, que les nacieron de adentro. En casa se alimentó eso. No se trató de estructurarlos para que realizaran tareas mucho más convenientes desde el punto de vista económico, sino que privilegiamos al ser humano en su integridad y desarrollo”.
Luego volvió sobre la pandemia, situación inesperada con la que todos nos hemos dado de bruces, pero que a algunos sectores -como el artístico- los puso al borde de la extinción. “No nos desalentó, sino que aprovechamos el tiempo que uno emplea en ganar dinero para desarrollar la parte creativa”, describió. Y volvió a la utopía, que nos introduce siempre un sentido de duda, que vuelve evidente el hecho de que podemos llevar otra vida que aquella que tenemos. “El artista no está supeditado a los inconvenientes sociales, siente, hace su obra y de esa manera vive. Artista se es las 24 horas. Nunca ha sido sencillo, ni se ha tenido el apoyo necesario como para sobrevivir por otra cuestión que no sea la pasión”, cerró.