Nélida Dolores Alderete, de 39 años, se encuentra en una situación de vulnerabilidad junto a sus cuatro hijos, todos menores de edad, ya que viven en una precariedad absoluta.
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Nélida Dolores Alderete, de 39 años, se encuentra en una situación de vulnerabilidad junto a sus cuatro hijos, todos menores de edad, ya que viven en una precariedad absoluta.
Su vivienda, construida con chapas, tanto las paredes como el techo, está ubicada en el barrio Ex-Provipo, de prestado, en el fondo de la casa de su hermana. Además de todo, al ser el patio de tierra, se inunda.
La madre, en vistas a que ya se perciben las bajas temperaturas, acudió a El Tribuno para contar su difícil situación y solicitar ayuda a quienes puedan brindársela.
"Antes vivía en el barrio San Martín, luego mi hijo tuvo un accidente donde perdió su vida, y a raíz de eso tuve que vender mi casa. Salí de ahí y empecé a alquilar, pero después no me alcanzaba para alquilar ni para comer y tuve que dejar de alquilar", recordó.
"No me quedó otra que pedirle asilo a mi hermana, y vivo en un rancho con mis hijos, en el fondo de su casa, ya que ella no tiene lugar porque además está a cargo de nuestro padre".
En cuanto a la precariedad en la que viven, manifestó: "La verdad es que no tengo nada, no tengo cama, colchón, ni siquiera colchas. Estos días que bajaron las temperaturas estamos pasando mucho frío, estoy desesperada".
Cabe señalar que la mujer, se encuentra sin trabajo, y sus hijos tienen 16, 12, 7 y 3 años de edad. "Yo lo que necesito de manera urgente es ayuda para poder construir una vivienda, o al menos una prefabricada, porque además del frío o el calor que pasamos se llueve más adentro que afuera", lamentó.
Todo prestado
"Por suerte mi hermana no tiene problema en darme un espacio, pero todo lo que tengo es prestado, hasta las chapas de mi rancho, que las tengo que devolver bien consiga para poder construir", agregó.
Comparten entre los cinco una cama cucheta. Allí mismo tiene una cocina improvisada con una garrafa, una pequeña mesa y un par de sillas.
Las necesidades
"El salario que cobro no me alcanza para vivir, mucho menos para construir. Por eso, a los que puedan ayudar, necesito tener una habitación no para mí, sino para mis hijos, para que ellos puedan tener una comodidad aunque sea mínima", expresó con lamento.
"Mi sueño es tener mis propias cosas, mi lote, mi casa y poder mantenerla. Uno como madre siempre quiere lo mejor para sus hijos", agregó.
"A los que puedan ayudar, también necesito ropa de abrigo y calzados para mis hijos; tengo dos varones de dieciséis años, una nena de siete y un bebé varón de tres años. Los números son; del 42, 36, 28 y el bebé, número 21", concluyó.