Lo que pasa en el barrio Bancario, ubicado en la zona Sur de la ciudad de Salta, es un carnaval para los ladrones, una fiesta carnestolenda donde vale todo porque están cebados, como se dice vulgarmente. Claro, cómo no estarlo si es uno de los barrios residenciales más antiguos de Salta convertido en una zona totalmente liberada de seguridad, olvidado por las autoridades y que la policía mata con la indiferencia, literalmente.
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Lo que pasa en el barrio Bancario, ubicado en la zona Sur de la ciudad de Salta, es un carnaval para los ladrones, una fiesta carnestolenda donde vale todo porque están cebados, como se dice vulgarmente. Claro, cómo no estarlo si es uno de los barrios residenciales más antiguos de Salta convertido en una zona totalmente liberada de seguridad, olvidado por las autoridades y que la policía mata con la indiferencia, literalmente.
Sus moradores, añosos la mayoría, ya no saben cómo hacer ver el caos que viven mientras sus denuncias son cajoneadas y sus reclamos desoídos.
De un tiempo a esta parte se han convertido en investigadores, han creado grupos de alerta y se cuentan cada mañana al despertar la nueva hazaña de los impunes ladrones que los dejan despojados y angustiados por tanta injusticia y desprotección. Ellos saben que los impíos marcan las casas que van a robar con cintas o con pintura, se lo cuentan a la Policía y sienten en la espalda la pesada burla de quienes deberían cuidarlos. Ya no hay códigos entre la Policía y los vecinos. Los únicos que manejan despiadados códigos son los mañeros ladrones que han tomado el barrio por su cuenta.
Con total impunidad, caminan por las calles del barrio tramando la logística del robo que harán más tarde. Todos lo saben, ¿menos la Policía?. Varios delincuentes están, incluso, identificados pero nada parece ser motivo suficiente para que los guardianes del orden hagan su trabajo: patrullar, tomar denuncias, detener a los delincuentes y devolver a los dueños los objetos robados. Claro, eso mientras el tema no pase a mayores y alguien termine herido o muerto a causa de la inoperancia de quienes tienen el deber de cuidar la seguridad de los salteños.
Los vecinos aseguran que el barrio es zona liberada: “Ocurre de todo en la plaza del barrio, asaltos, venta de estupefacientes y destrozos de los bancos y juegos. Además, se quedan dormidos los delincuentes y lo peor es que los vecinos estamos atrincherados y para la Policía no pasa nada”.
En la nota de una vecina cuya casa fue robada el domingo, enviada al jefe de la Policía de Salta, comisario general José Ibarra, le cuenta algo escandaloso: fue a denunciar el robo a la comisaría 7´ del barrio El Tribuno y la atendió una agente que le dijo que no estaba la persona encargada de tomar la denuncia, que vuelva otro día pero que llame antes para no "ir al vicio". "Considero que esta no es la Policía que usted pretende conducir para salvaguardar la seguridad del pueblo salteño", le expresó y solicitó "mayor presencia policial en los barrios de la zona Sur de la ciudad por la ola de robos que se evidencia hace semanas".
El martes por la noche le tocó ser robada a una vecina de los alrededores de la Iglesia, si, la Iglesia que está tan a la vista desde la Avenida Ex Combatientes de Malvinas, contó que los ladrones entraron hasta el comedor y se estaban llevando varias cosas. Ella los escuchó, saltó de la cama y al enfrentarse con el delincuente, empezó a gritar. Entonces y por suerte, el hombre escapó.
Y cómo será la ausencia de vigilancia, de control, que ayer, un día fatídico para una mujer asesinada en el asentamiento San Calixto, justo al costado de la Iglesia del barrio Bancario, en horas de la tarde, un hombre golpeó salvajemente a una mujer y la dejó tirada en el suelo. ¿Qué pasó? La socorrieron los vecinos que casi corren la misma suerte que la mujer en manos de su agresor.
Es que la realidad ya desborda de inseguridad en toda la zona sur en un vergonzoso escándalo que debería tener un cambio de paso urgente.