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Si el cierre no frena la inflación, revisarán las metas

Admiten que con un 17% en cuatro meses habrá que rediscutir salarios.El BCRA confía en que el cese de la actividad producirá una caída de los precios
Domingo, 23 de mayo de 2021 02:10

La inflación es el gran dilema; la proyección del 29% para este año se confirma como ilusoria y el gobierno reconoce que habrá que revisarla. Sin embargo, el Banco Central cree que la cuarentena va a permitir un congelamiento de la actividad de tal magnitud que va a planchar los precios. El año pasado, la cuarentena fue brutal y los precios crecieron como si eso no ocurriera. La Asociación Bancaria, uno de los gremios más cercanos al gobierno, acordó una actualización salarial del 2,1% pendiente para 2020 y un aumento del 29% para 2021. Claro que con revisiones salariales en septiembre y noviembre y un salario inicial de casi 92 mil pesos en enero, de 101 mil en abril y de 106 mil en agosto. En realidad, con casi un 18% acumulado en cuatro meses, la proyección de la inflación anual se acerca más al 60% que al 40%.

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La inflación es el gran dilema; la proyección del 29% para este año se confirma como ilusoria y el gobierno reconoce que habrá que revisarla. Sin embargo, el Banco Central cree que la cuarentena va a permitir un congelamiento de la actividad de tal magnitud que va a planchar los precios. El año pasado, la cuarentena fue brutal y los precios crecieron como si eso no ocurriera. La Asociación Bancaria, uno de los gremios más cercanos al gobierno, acordó una actualización salarial del 2,1% pendiente para 2020 y un aumento del 29% para 2021. Claro que con revisiones salariales en septiembre y noviembre y un salario inicial de casi 92 mil pesos en enero, de 101 mil en abril y de 106 mil en agosto. En realidad, con casi un 18% acumulado en cuatro meses, la proyección de la inflación anual se acerca más al 60% que al 40%.

Un baño de realidad

El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, dejó abierta la puerta para la revisión del índice del 29% porque, dijo, "el objetivo del Gobierno es que el salario real crezca".

En los últimos doce meses, el costo de vida fue del 46,3%, mientras que la suba del primer cuatrimestre fue la más alta en cinco años, tras el 16,2% de 2016. "Si no se cumple la pauta, tendremos que revisar los convenios", dijo Moroni.

"Hemos tenido un deslizamiento de los precios, más allá de lo que podemos sostener", agregó Moroni. "Es verdad que hemos tenido un incremento muy fuerte en términos reales de los productos básicos de los alimentos, pero hay cosas que no tienen explicación, por eso, y se están tomando las medidas adecuadas", analizó, en referencia a las estrategias intervencionistas que, según coincide el sector empresario, fracasaron en la década anterior y alejan la probabilidad de una reactivación con inversión a largo plazo. También se refirió Moroni a un dato que revela la fragilidad de la economía y cuando el gobierno se propone "defender la mesa de los argentinos y las argentinas". La idea de prorrogar la prohibición de despidos sin causa es económicamente poco justificable; se trata de una medida de emergencia para evitar profundizar más aún el desempleo. "Es un tema que tenemos que terminar de discutir. En estos días nos dedicaremos a eso. Veremos los informes sobre cómo resultó el tema del cierre de actividades respecto de la pandemia. Si las restricciones generaran escenarios terribles como el año pasado, pensaríamos algo", dijo el ministro acerca de eventual asistencia a empresas. Sin embargo, confió en que "los universos de cobertura que ha hecho el Gobierno van generando las condiciones necesarias como para no recurrir a herramientas extraordinarias. Todo depende de la pandemia"", señaló.

El optimismo del BCRA

Pero el Banco Central de la República Argentina tiene una mirada mucho más optimista sobre la inflación. El un comunicado oficial anticipó que las nuevas restricciones y cierres ayudarán a reducirla porque los factores que impulsan la suba de precios es "transitoria" pero el descenso será "gradual y sostenido". El banco que maneja la política financiera señala que "la evolución de la situación epidemiológica podría incidir en la dinámica de la inflación".

Es decir, se podría deducir que el cierre compulsivo de comercios, industrias y turismo, al margen de los objetivos sanitarios, apuntarían a frenar la inflación. Es decir, que "las restricciones a la movilidad y los cierres temporarios podrían contribuir a morigerar la suba de los precios de algunas actividades, especialmente en aquellos servicios vinculados al esparcimiento y el transporte", informó El Cronista.

Además, admitió que la inflación actual "está influenciada por factores tales como la recuperación del precio relativo de los servicios, la recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores y el avance de los acuerdos paritarios".

El pesimismo empresario

La otra cara del mostrador: el empresario Víctor Fera consideró hoy que la inflación es un "impuesto muy grande a la pobreza". El empresario es dueño de Maxiconsumo, Marolio y Molto y evaluó que "quien tiempo atrás ganaba 800 dólares, hoy percibe 400".

Entre tanto, la actividad gastronómica anticipa días de pesadilla. Para ellos la cuarentena es "el tiro de gracia final"

Afirman que entre marzo y diciembre de 2020, cerraron más de 10.000 comercios en la Argentina. Las nuevas limitaciones terminarían con otros 20.000 negocios". Un grupo de propietarios planteará al gobierno que "la solución nunca puede ser la prohibición de la actividad. No somos un foco de contagio, sino una fuente enorme de empleo, sobre todo, de jóvenes de entre 18 y 24 años que hacen su primera experiencia en el mundo laboral dentro del sector", afirma el comunicado conjunto la Ahrcc, la Uthgra y la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina. El Banco Central no piensa lo mismo.

El débil poder adquisitivo del salario

El salario mínimo, vital y móvil vigente en la Argentina es uno de los más bajos de América Latina y en América del Sur solamente es más alto que el de Venezuela. La consultora Focus Market estima que el salario mínimo argentino, luego del aumento decretado en forma escalonada a partir de abril, es equivalente a 151 dólares al tipo de cambio paralelo, inferior al de una serie de países latinoamericanos y solo superior al de Venezuela. Al comparar con el poder adquisitivo del salario y horas de trabajo necesarias para adquirir la misma unidad de producto en otros países de América Latina, en nuestro país se requieren más horas promedio que en el resto de los casos.
 Para comprar una hamburguesa en Venezuela se requieren 960 horas de trabajo medidos en su salario mínimo vital y móvil; en Argentina, 4 horas 36 minutos, mientras en Uruguay se requieren 2 horas 43 minutos y en Chile 2 horas 13 minutos.
 Cerveza: Focus Market señaló que en Venezuela se requieren 602 horas y 24 minutos, en Chile 2 horas 16 minutos, en Argentina 1 hora 53 minutos mientras en el otro extremo en Ecuador se requieren 1 horas 12 minutos y en Colombia 1 hora.
 Un café: en Venezuela se requieren 516 horas, en México 2 horas 25 minutos, en Perú 2 horas 4 minutos y en la Argentina 1 hora 59 minutos.
 En el otro extremo, en Brasil se requieren 1 horas 19 minutos y en Colombia 1 hora y 3 minutos, aunque estos dos países son productores y exportadores de café. 
 

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