Desde hace tres años funciona en el Parque de la Familia una escuela de tenis de mesa que brinda contención a unos 30 chicos y chicas de la zona sudeste, que sufren diferentes necesidades, desde alimentarias hasta emocionales. Pero ahora son parte de un grupo que recibe contención, educación y herramientas que pueden abrirles otras posibilidades sociales.
Arrancaron desde cero, sin saber lo que era el tenis de mesa, sus reglas o características, pero de a poco dieron pasos que los llevaron a competir contra jugadores rankeados a nivel local y hasta ganar algunas competencias. Con el acompañamiento adecuado superaron el desconocimiento para convertirse en parte del semillero que tiene la disciplina.
El profesor Adrián Barrios (44) está al frente de este grupo que lucha a diario con carencias, relaciones nocivas y opciones peligrosas que podrían involucrarlos en el mundo de la delincuencia. Es una pelea que se da a diario, pero que se hace más sencilla a partir del sentido de pertenencia que adquieren los chicos al estar ligados a un grupo como el del Parque de la Familia.
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Desde hace tres años funciona en el Parque de la Familia una escuela de tenis de mesa que brinda contención a unos 30 chicos y chicas de la zona sudeste, que sufren diferentes necesidades, desde alimentarias hasta emocionales. Pero ahora son parte de un grupo que recibe contención, educación y herramientas que pueden abrirles otras posibilidades sociales.
Arrancaron desde cero, sin saber lo que era el tenis de mesa, sus reglas o características, pero de a poco dieron pasos que los llevaron a competir contra jugadores rankeados a nivel local y hasta ganar algunas competencias. Con el acompañamiento adecuado superaron el desconocimiento para convertirse en parte del semillero que tiene la disciplina.
El profesor Adrián Barrios (44) está al frente de este grupo que lucha a diario con carencias, relaciones nocivas y opciones peligrosas que podrían involucrarlos en el mundo de la delincuencia. Es una pelea que se da a diario, pero que se hace más sencilla a partir del sentido de pertenencia que adquieren los chicos al estar ligados a un grupo como el del Parque de la Familia.
“Hace tres años comenzamos a desarrollar la escuelita de tenis de mesa, al aire libre, no contábamos con infraestructura, pero después pasamos al SUM del Parque”, contó Adrián sobre los inicios de este grupo que está ligado a la Asociación Salteña de Tenis de Mesa. Barrios pasó por algo similar a lo que vivieron los chicos, sabía poco de lo que comúnmente se conoce como ping-pong, pero a su deseos de ayudar le sumó capacitaciones y clínicas que hoy lo ponen como referencia de la escuelita.
“Todo esto comenzó antes de la pandemia, a mí me gustaba el deporte como hobby, pero a medida que me fui haciendo parte del ambiente participé en capacitaciones como la que dio el técnico de la Selección argentina hace unos años en Gimnasia”, relata Barrios, graduado de la carrera de Educación Física.
“A la escuelita le comenzamos a dar difusión de a poco. En una zona donde abunda el fútbol, que es lo más conocido, comenzamos a invitar a los chicos a las clases para que vean de que se trata el tenis de mesa, como son las reglas y las técnicas”, agregó el profe. Así fueron los primeros pasos de este grupo que ya tiene entre 8 y 10 tenismesistas de nivel avanzado y unos 20 en la etapa de iniciación.
El crecimiento que tiene la escuela, cerrada en esta etapa de confinamiento, puso en evidencia que también tiene necesidades. “Tenemos tres mesas que nos están quedando cortas debido a la cantidad de practicantes que tenemos, nos estaría faltando una mesa más”, admitió Barrios. Debido al número de participantes se crearon grupos para darle cabida a todos; los lunes, miércoles y viernes entrenan los avanzados y martes y jueves los que se inician.
La situación de muchos de los integrantes de este grupo es “shockeante” cuenta Barrios. “Hace poco tocó el caso de un chico que tomó el desayuno en su casa, se fue a la escuela a estudiar, volvió a su casa pero su mamá no estaba. No pudo almorzar, lo único que comió hasta que vino a jugar fue el desayuno”, relató Adrián. “Se ve mucha carencia en estos chicos”, agregó.
A pesar de las dificultades los chicos siguen adelante, hoy a través de la tecnología reciben algunos ejercicios para hacer en sus casas hasta que las puertas de la escuela los vuelva a recibir de manera presencial.
Los que están avanzados también se involucran en el desarrollo de los que recién comienzan. “Para mí es un orgullo, me encanta que los chicos sean así. Desde cero arranqué con ellos, aprendieron a ser respetuosos, a entrenar con un compromiso hacia la normas. Todo eso es un progreso y ahora se están viendo los resultados”, cuenta Adrián con la voz llena de satisfacción por el trabajo que realiza con estos chicos de la zona sudeste. Todavía queda por hacer, pero el desafío ya está en marcha.
Hijo de una gloria del ciclismo
Adrián Barrios es hijo de una las grandes glorias que tiene el deporte salteño, más específicamente el ciclismo. Su padre es Víctor “Cucha” Barrios, ganador en cuatro ediciones de la Clásica 1º de Mayo. Es junto a Antonio “Cabezón” Doric quien más victorias tiene en la tradicional prueba de ciclismo.
“Yo también hacía ciclismo”, cuenta Adrián. Hoy le toca recordar aquellas hazañas de su papá y ver como su hermano, también llamado Víctor, realiza su carrera en el ciclismo salteño y regional. También tiene tíos que se dedicaron a ese deporte.
El profe Barrios tuvo una vida dedicada al deporte; también participó en pruebas de mountain bike y hasta llegó a ser subcampeón provincial. Después se dedicó a la carrera de Educación Física y se recibió de profesor en el Instituto San Cayetano.
Hoy su vida está ligada por sangre al ciclismo, pero en la práctica está lejos de las dos ruedas y pegada al tenis de mesa y a los chicos y chicas que enseña en la escuelita del Parque de la Familia.