La foto, famosa, volvió a hacerse viral este viernes luego del abrazo entre Carlos Tevez y Juan Román Riquelme minutos después de la despedida del Apache. Carlitos, con 13 años, posa junto a un joven Riquelme en el círculo central de la Bombonera, una tarde cualquiera de 1998, pero no precisamente para el Apache. Román llevaba la 20 en la espalda y Tevez vestía un conjunto de entrenamiento de la marca que vestía al club. Esa tarde Carlitos fue alcanzapelotas y Riquelme aportó una asistencia de lujo para abrir una goleada cómoda en casa.
La imagen fue tomada al 31 de mayo de 1998, luego del triunfo 4 a 0 frente al descendido Gimnasia y Tiro de Salta, por la penúltima fecha del Clausura. Boca, alejado de la pelea por el título, era dirigido por Carlos María García Cambón, quien había asumido como interino tras la renuncia del Bambino Veira. García Cambón perdió su primer encuentro ante Deportivo Español y luego enfiló cuatro victorias y un empate, una racha que llegaría a ¡40 partidos sin perder! de la mano de Carlos Bianchi, su sucesor.
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La foto, famosa, volvió a hacerse viral este viernes luego del abrazo entre Carlos Tevez y Juan Román Riquelme minutos después de la despedida del Apache. Carlitos, con 13 años, posa junto a un joven Riquelme en el círculo central de la Bombonera, una tarde cualquiera de 1998, pero no precisamente para el Apache. Román llevaba la 20 en la espalda y Tevez vestía un conjunto de entrenamiento de la marca que vestía al club. Esa tarde Carlitos fue alcanzapelotas y Riquelme aportó una asistencia de lujo para abrir una goleada cómoda en casa.
La imagen fue tomada al 31 de mayo de 1998, luego del triunfo 4 a 0 frente al descendido Gimnasia y Tiro de Salta, por la penúltima fecha del Clausura. Boca, alejado de la pelea por el título, era dirigido por Carlos María García Cambón, quien había asumido como interino tras la renuncia del Bambino Veira. García Cambón perdió su primer encuentro ante Deportivo Español y luego enfiló cuatro victorias y un empate, una racha que llegaría a ¡40 partidos sin perder! de la mano de Carlos Bianchi, su sucesor.