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Berensztein: “Si piensan hacer campaña con la vacuna, la velocidad con que se vacuna no garantiza votos”

Domingo, 04 de julio de 2021 02:34

El reconocido analista político estuvo en Salta dando charlas organizadas por la Fundación Federalismo y Libertad. En diálogo con El Tribuno habló de la realidad política y económica de Argentina, de cara a las próximas elecciones. Alertó sobre la caída de la imagen del Presidente y la gestión de la pandemia de coronavirus.

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El reconocido analista político estuvo en Salta dando charlas organizadas por la Fundación Federalismo y Libertad. En diálogo con El Tribuno habló de la realidad política y económica de Argentina, de cara a las próximas elecciones. Alertó sobre la caída de la imagen del Presidente y la gestión de la pandemia de coronavirus.

¿Qué piensa del cierre de las fronteras dejando a muchos argentinos varados, para evitar el ingreso de la cepa Delta?
Cuando uno analiza en conjunto, la política pública nacional, de algunas provincias y algunos municipios, respecto de la pandemia, tiene dos emergentes: uno es la improvisación y el otro es la exageración. Improvisamos todo, no hubo un plan estratégico, no hubo un seguimiento riguroso para tomar decisiones en función de datos. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, no había clases y después tuvimos clases y no se modificó en absoluto la situación epidemiológica como para justificar semejante giro. Son todas cuestiones políticas, encuestas, miedo a perder votos. La exageración llevó a cerrar todo al comienzo porque no había información; luego se abrió todo porque la gente estaba cansada. Adentro no hay ninguna restricción y afuera nos aislamos. Es una medida absolutamente discrecional, absurda.
La cepa viene de afuera como todo, no va a dejar de venir porque nos aislemos. Se estigmatiza a los varados, como antes se estigmatizaba a los runners. En el medio hay situaciones escandalosas: gente que no tiene plata, muchos fueron a laburar. Se presentó un hábeas corpus que fue elaborado por algunos diputado de la oposición, en defensa de un ciudadano argentino, que está en Paraguay laburando, que se le vence la visa, quiere volver y no tiene vuelos. Está cerrado el cruce. Un delirio. Ahí entramos en una situación absurda y exagerada que no tiene sentido. Tiene un efecto positivo para el gobierno, que se discuta esto y no la cantidad de muertos, que estamos llegando a los 100 mil. Es una catástrofe. 

En el medio se habilitó la llegada de nuevas vacunas y por decreto...
Por qué por decreto. Ahora el jefe de Gabinete (Santiago Cafiero) dice (que lo hacen) porque aprendimos. Esperaste 100 mil muertos en darte cuenta que había que cambiar, recién ahora aprendés. Desde un comienzo tendríamos que haber tenido Pfizer, todas y vacunar rápido. Ahora que tenemos más vacunas, ¿vacunamos más rápido?, no. Hay casi cinco millones de stock de vacunas en Argentina que no se aplicaron, dos millones en la provincia de Buenos Aires. ¿Van a hacer campaña con la vacunación? Tengo malas noticias, en Israel (Benjamín) Netanyahu hizo campaña con la vacunación. Israel fue el más exitoso del mundo en vacunar y perdió las elecciones. La velocidad de vacunación no te garantiza votos. 

 

¿Cree que el Gobierno tendrá algún tipo de impacto en las elecciones por el manejo que tuvo de la pandemia y la crisis económica?
El Gobierno tiene una base electoral consolidada que tal vez es más de Cristina que del Gobierno. Más el peronismo, que en muchas provincias apoya. Quizás sea un tercio de la población. Veo a la oposición con una base bastante similar. Acá hay dos interrogantes: qué va a pasar con las terceras fuerzas, si va a haber o no fragmentación, y qué va a pasar con el votante independiente, autónomo y medio que no se siente identificado con ninguno de los componentes de la grieta. Es muy prematuro para responder. El volumen que pueda obtener Randazzo y el peronismo disidente lo sabremos en las primarias.
En la práctica, en esta elección, como pasa siempre, el 18% del electorado no se siente identificado con ninguna de las dos propuestas. Hemos tenido una elección con baja participación relativa en Jujuy el domingo pasado, no sabemos si pasará lo mismo a nivel nacional. Hay una apatía significativa. En principio tenemos eso, el Gobierno espera que la vacunación le sirva para seducir al voto independiente. Ahora está preocupados por el voto joven, por eso Cristina salió con este look descontracturado, hablando con un rapero tratando de llegar a ese electorado. Se dio cuenta que se les cayó el apoyo en esos segmentos, sin laburo, sin poder ir a la universidad, no pueden salir a bailar a ningún lado. Los jóvenes están enojados y ella es conciente de ello.

¿Cómo le van a jugar a Cambiemos los movimientos en las candidaturas que vimos en estos días?
Es una competencia lógica por el liderazgo. En todo los partidos se da. Algunos creen que es prematura y que se adelantó un poco la pelea del 2023 al 2021. Lo que vemos aquí es una fuerza que presiente que puede hacer una buena elección ahora, que cree que puede transformarse en una alternativa al oficialismo. La gente que tiene bronca al Gobierno no va a votar por los candidatos oficialistas porque la oposición se esté peleando, va a votar por lo que fuera. Y los que ya odian a la oposición, van a decir mirá cómo se pelean por el poder. La grieta exagera y agranda todo. 

¿Cómo ve la imagen del presidente Alberto Fernández?
Cayó bastante.

¿De qué niveles hablamos?
Alberto había llegado a tener 61% de imagen positiva, hace 14 meses, en abril y mayo del año pasado, cuando la pandemia lo había reposicionado. Aparecía dialogando con la oposición y todavía tenía cierta credibilidad. Cayó primero a umbrales del 50, después a 40 y ahora ya perforó eso también, porque termina desdibujándose por errores propios y por la puja de poder en el oficialismo, sobre todo por la figura de Cristina. Mitad datos, mitad interpretación, él en algún momento se radicaliza para no quedar descolgado frente a Cristina y al hacerlo pierde el apoyo del votante moderado, que al final dice para que me dijeron que era distinto si es igual. El termina acotando mucho su capacidad de convencer al votante no tradicional. Más allá de la imagen es un presidente muy debilitado, que cometió muchos errores de política doméstica, internacional, narrativos, que tiene una gestión muy deslucida. Tuvo definiciones insólitas: “Como fracasaron los programas económicos, yo no tengo plan”, dijo. La verdad que eso no se sostiene. Después salen los otros funcionarios a decir, si tenemos un plan pero nos les gusta. Hay muchas decisiones del Gobierno que le cuestan mucho a la Argentina. Postergar, por ejemplo, la negociación con el Fondo terminó generando la obligación de negociar con el Club de París un puente hasta marzo. Eso le costó a la Argentina un crédito del 9% anual, cuando la tasa de interés en el mundo está regalada. Eso quiere decir que el contribuyente argentino tiene que pagar, porque el Gobierno quiere postergar el acuerdo con el Fondo porque no quiere hacer el ajuste antes de las elecciones.

Hasta cuándo se sostiene la economía de este país emitiendo y sin un proyecto productivo que genere empleo...
 Nadie tiene una fórmula que permita identificar cuándo esto explota, si es que explota. Argentina está en una decadencia de décadas. Desde el año ’75, desde el Rodrigazo en adelante, nos quedamos sin moneda. Nos quedamos sin confianza, los argentinos no quieren pesos, quieren dólares. Tenés una década sin creación de empleo privado, de estancamiento absoluto, tenés más de tres años de crisis cambiaria, desde abril de 2018. El Gobierno tuvo suerte por el precio de la soja y eso le permitió postergar decisiones, hasta después de las elecciones. Mi impresión es que después de las elecciones Argentina no va a defoltear con el Fondo. Eso sería un desastre. 
Vos podés postergar esto sin que explote, pero generás más decadencia, más desconfianza y más oportunidades perdidas. Hay algo inédito: antes tenías fuga de capitales, ahora tenés fuga de emprendedores y capitalistas. No es solo que estás comprometiendo el flujo financiero, sino las oportunidades de desarrollo sobre generación de empleo y riqueza futura. El daño es inconmensurable. El patear para adelante el problema genera un daño en el tejido social.
Hay más de 40% de pobreza, una decadencia impresionante: no tenemos moneda, no tenemos crédito. Y la oposición tampoco habla de economía, lo cual pone de manifiesto algo increíble: no hicieron duelo del desastre económico de Cambiemos y tampoco tienen propuestas para la realidad. 

¿Cómo ve la relación del Presidente con los gobernadores?
Estoy bastante impactado, porque se suponía que el Presidente iba a ser el presidente federal y que viaja para tener reuniones de gabinete en las provincias, como si eso fuera federalismo. ¿Viste alguna discusión por la coparticipación?, nada. Qué hacen los gobernadores: se quejan en silencio, en privado y no en público. Falta un liderazgo entre los gobernadores, no hay un líder claro y nato que coordine, no se juntan en Buenos Aires, como antes. No hay liga de gobernadores. El interior perdió presencia política en el liderazgo competitivo a nivel presidencial. Eso hay que modificarlo.
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