Nazareno Yune Del Carlo es un niño de 12 años aficionado al birdwatching (avistaje de aves), y tuvo la fortuna de registrar un ejemplar de garza azul (Egretta caerulea) en el Parque Bicentenario. Se trata de una especie de extrema belleza y muy particular, dificil de avistar por estas latitudes.
Pese a su corta edad, Nazareno es prácticamente un especialista en el tema. En diálogo con El Tribuno, contó: “El lunes pasado fuimos con mi tía Lucrecia a la zona de la laguna, a ver qué podíamos encontrar. Antes que nada, quiero resaltar que el Parque Bicentenario es un lugar privilegiado, ya que en él se llevan registradas unas 440 especies. Yo ya había visto una garza azul en mayo de este año, pero en la laguna La Maroma, donde fui con Aves Salta”.
Continuando con su relato, Nazareno recordó: “Nos quedamos hasta las 19, momento en el que llegó una bandada de garzas blancas y garcitas bueyeras. En medio de ellas pudimos divisar a una azul. Al principio nos costó creer, porque habitan en el norte de la provincia. Además, estaba oscuro. Nos quedamos con dudas, por lo que volvimos al día siguiente a la misma hora. Fue entonces que el mismo ejemplar al separarse del grupo y estirar el cuello dejó ver sus principales caracteríasticas: era una garza azul”.
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Nazareno Yune Del Carlo es un niño de 12 años aficionado al birdwatching (avistaje de aves), y tuvo la fortuna de registrar un ejemplar de garza azul (Egretta caerulea) en el Parque Bicentenario. Se trata de una especie de extrema belleza y muy particular, dificil de avistar por estas latitudes.
Pese a su corta edad, Nazareno es prácticamente un especialista en el tema. En diálogo con El Tribuno, contó: “El lunes pasado fuimos con mi tía Lucrecia a la zona de la laguna, a ver qué podíamos encontrar. Antes que nada, quiero resaltar que el Parque Bicentenario es un lugar privilegiado, ya que en él se llevan registradas unas 440 especies. Yo ya había visto una garza azul en mayo de este año, pero en la laguna La Maroma, donde fui con Aves Salta”.
Continuando con su relato, Nazareno recordó: “Nos quedamos hasta las 19, momento en el que llegó una bandada de garzas blancas y garcitas bueyeras. En medio de ellas pudimos divisar a una azul. Al principio nos costó creer, porque habitan en el norte de la provincia. Además, estaba oscuro. Nos quedamos con dudas, por lo que volvimos al día siguiente a la misma hora. Fue entonces que el mismo ejemplar al separarse del grupo y estirar el cuello dejó ver sus principales caracteríasticas: era una garza azul”.
El chico contó, que informó del hallazgo a Aves Salta, por lo que al día siguiente fueron tres grupos al Parque. Participaron Diegro Rodríguez, Alejandro Sandoval y Jorge Omar Torres, entre otros. Alrededor de las 19.30 llegó la bandada blanca y con ellas la garza azul. “A la mañana siguiente Torres fue de nuevo y sacó unas fotos preciosas”, Detalló Nazareno.
El “niño de las aves”, como lo llaman algunos aficionados, es alumno del colegio Santo Tomás. Su mamá, la psicóloga Mariana Del Carlo, contó que Nazareno prácticamente aprendió a leer con la guía de aves. Tenía menos de 6 años de edad y me pedía que lo lleve al parque San Martín, a los puestos de venta de libros y revistas. Allí le compraba fascículos sobre la naturaleza. Luego se volcó a internet a indagar más sobre las aves. Hoy tiene una biblioteca muy grande y completa sobre el tema. “El sueña con ser veterinario y ornitólogo”, destacó su mamá.
Javier Arias, uno de los impulsores del avistaje de aves en Salta, puso de relieve que “la garza azul es muy buscada, precisamene porque es difícil de encontrar. De hecho, algunas guías la ubican para el norte de Salta. generalmente dique Itiyuro, en Salvador Mazza”. Sin embargo, Arias recordó que desde hace dos años esta especie comenzó a ser registrada en el Valle de Lerma y especialmente en el Parque Bicentenario.
“Para los que nos dedicamos a la observación, saber que está tan cerca nos produce un placer enorme”, aseguró.
La garza azul es un ave de tamaño mediano. En su descripción, los especialistas señalan que tiene un pico largo, azul pálido en la base y más oscuro en la punta. Los adultos son mayormente azul grisáceo, con la cabeza y el cuello color morado, lo que contrasta con el cuerpo. Los juveniles, en tanto, son blancos en su primer año y con frecuencia muestran manchas azul grisáceo en su primera primavera. Con sus patas amarillo verdosas, forrajea en los humedales. Acostumbra a desplazarse elentamente en aguas poco profundas, con el cuello extendido. Su cuerpo es más alargado que el de la Snowy Egret, explicaron.
El portal Aves Argentinas, señala que los primeros registros de esta especie para Argentina datan de principio de los 90. Si bien la población es muy escasa, se han sucedido una serie de observaciones que permiten confirman su presencia en casi todo el territorio argentino. “El adulto es gris azulado con cabeza y cuello borravino oscuro. El pico es celeste-grisáceo con ápice negro y las patas gris-verdosas. Los jóvenes son blancos, similares a Egretta thula, con pico y patas como el adulto”, detalla el portal.