Tras la cobarde agresión que le costó la vida al subcomisario Manuel Alberto Pistán, ayer el jefe de Policía, José Alberto Ibarra, con el común acuerdo de la familia de la víctima, el comisario fallecido en servicio, ordenó habilitar la sede central de la fuerza pública para que los camaradas y la sociedad toda rindan el homenaje póstumo a un servidor público.
“Es un golpe de realidad, porque es a lo que estamos expuestos al hacer una intervención, así sea mínima. Los niveles de violencia social en la provincia y en el país son muy elevados”, dijo conmovido Ibarra.
Toda la familia policial se vio enlutada. Pistán falleció tras ser atacado supuestamente por los hermanos Cristian y Nahir Puntano, el sábado en El Galpón. Ambos serán imputados hoy, según precisaron fuentes del Ministerio Público.
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Tras la cobarde agresión que le costó la vida al subcomisario Manuel Alberto Pistán, ayer el jefe de Policía, José Alberto Ibarra, con el común acuerdo de la familia de la víctima, el comisario fallecido en servicio, ordenó habilitar la sede central de la fuerza pública para que los camaradas y la sociedad toda rindan el homenaje póstumo a un servidor público.
“Es un golpe de realidad, porque es a lo que estamos expuestos al hacer una intervención, así sea mínima. Los niveles de violencia social en la provincia y en el país son muy elevados”, dijo conmovido Ibarra.
Toda la familia policial se vio enlutada. Pistán falleció tras ser atacado supuestamente por los hermanos Cristian y Nahir Puntano, el sábado en El Galpón. Ambos serán imputados hoy, según precisaron fuentes del Ministerio Público.
Desde la capilla ardiente instalada en la Central de la Policía de Salta el comisario general licenciado José Alberto Ibarra, señaló a El Tribuno con meridiana claridad una situación crítica que enfrenta la fuerza.
“Se vive un momento amargo, de mucha tristeza. Una situación por la que ningún policía quiere pasar. Es un golpe de realidad para nosotros”, insistió.
Acongojado informó: “Estamos acompañando a la familia en todo, y junto a ella queremos rendirle a nuestro compañero los honores que se merece. El comisario Manuel Pistán falleció en cumplimiento de su deber y esto es lo que hacen todos los policías diariamente”.
La muerte de Pistán movilizó a la sociedad. En El Galpón incluso hubo una movilización en reclamo de justicia y seguridad.
“Cuando ingresamos a la institución, nos comprometemos y juramos cumplir con el deber hasta perder la vida. Suena -entonces- ideal y se piensa que no vamos a llegar a una situación como esta, pero la realidad nos golpea”, expresó Ibarra. “Hemos tenido otros momentos de tristeza, cuando hemos perdido a otros compañeros en el cumplimiento del deber. Recuerdo al principal Pantaleón, quien murió el 26 de marzo en un operativo. Hay muchos casos donde la institución ha tenido que lamentar la pérdida de efectivos. Hoy la fuerza sufrió un duro golpe anímico porque estamos todos tristes, acongojados”, reflexionó.
Luego, al ser inquirido sobre si se pueden revertir estas situaciones de extrema violencia social, señaló: “Hay varias cosas que se pueden realizar para cambiar y mejorar, no solo en lo institucional sino también con la intervención de otras agencias e instituciones, como ser trabajar sobre los niveles de violencia, fortalecer el respeto, los principios, eso nos va a llevar a que la situación de violencia en general no sea extrema”, graficó.
El último adiós
El jefe de Policía informó además que puso a disposición de los efectivos de El Galpón todos los medios para que puedan llegar a la capilla ardiente a despedir a su jefe. “Estamos más unidos que nunca con la familia policial”.
Luego señaló: “La intención de velarlo en la Central es para que cualquier ciudadano pueda venir a honrar su memoria o a despedirse de su camarada. Lo podrán hacer hoy”, declaró.