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No cortemos la luz

Martes, 25 de enero de 2022 00:00

Público y privado son categorías que heredamos de los griegos.

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Público y privado son categorías que heredamos de los griegos.

En el ágora todo ocurría en público, sujeto a la publicidad más plena; en la casa (oikos, origen de economía) era la opuesto.

Desde allí hubo dos líneas de desarrollo: la inglesa, que durante cien años fue institucionalizando los impulsos políticos hasta llegar al parlamento moderno, pleno de transparencia, y la francesa, que lo hizo con una revolución, imponiéndola textualmente en la Constitución.

Desde entonces hasta hoy el sistema republicano tiene a la publicidad como eje de su funcionamiento. Lo que parece mero devaneo intelectual es muy concreto: a la luz de la publicidad, todo se manifiesta como es, todo se hace visible. Es parte de un mecanismo de verdades implicadas: es la antesala del control. Sin publicidad no hay control; sin control, hay un camino irreversible al autoritarismo, porque no pueden funcionar dos dispositivos centrales, la oposición y la prensa.

La Argentina está atravesada por dos vectores patéticos: una apología del fracaso y una aversión marcada por la publicidad de los actos. Lo primero es de una originalidad histórica; nunca se vio un gobierno abrazar los errores y resultados adversos, al punto de festejarlos con impavidez. Lo segundo es grave y propio de la inautenticidad, de un estilo de hacer política que tiene como nota dominante eso de cortar la luz (en todos los sentidos), de moverse con soltura en las tinieblas.

El tratamiento de deuda con el FMI es la muestra más descarnada. Se convoca a una reunión a la oposición por un canal impropio, aprovechando debilidades conocidas. Pero lo más importante, se suspende luego porque falta contenido; no hay nada para mostrar ni explicar, o en todo caso lo que hay es vergonzante (ausencia de plan); era solo la foto.

En plenas contradicciones de política exterior se busca el apoyo del voto principal en el directorio del organismo multilateral; el Departamento de Estado de USA publica el contenido del encuentro (lo hace siempre), donde se pidió un "strong economic policy framework" (un marco regulatorio económico fuerte, es decir, un plan) y además se destacó un confuso episodio en Nicaragua.

El comunicado argentino describe otra reunión. Esquizofrénico. Con verdad ni temo ni ofendo, decía Artigas. Claro, en el corto plazo todo vale. Pero la mentira tiene patas cortas. Hace 38 años murió alguien que hizo de la publicidad y el control una forma de vida: Arturo Illia fue un republicano, un hombre ejemplar, que era y parecía.

La Argentina (una parte, los pícaros de siempre) no le tuvo paciencia. Lamentablemente se la tiene a la opacidad de festejantes de cuarentena y veraneantes caribeños. Vale la pena mirar atrás para poder avanzar hacia el futuro como corresponde. Es difícil y hasta incómodo ser servidor público, entender la administración como pública, es decir, que sirve a la gente y es transparente en todos sus actos.

Aquí está, en rigor de verdad, la madre de todos los problemas. Sin publicidad, en el largo plazo estaremos definitivamente muertos.

 

 

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