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David Slodky presentará su libro Amanecer... Atardecer: “Hoy en el atardecer de mi vida, doy a luz estas anotaciones”

Martes, 11 de octubre de 2022 06:43

David Slodky presentará el viernes a las 20 del corriente en el salón auditorio del Colegio de Psicólogos de Salta, Alsina 1.023, su libro “Amanecer... Atardecer”
En diálogo con El Tribuno, el escritor salteño contó que ésta, su octava obra, es una selección de notas relacionadas a sus descripciones del alba y del crepúsculo. Pero en realidad es mucho más que eso, en ella se vislumbran recuerdos, anécdotas y opiniones. De sus letras emergen sentimientos a flor de piel y que tocan de cerca al poeta Arturo Dávalos e inspiran a músicos y compositores de la talla de Robustiano Figueroa Reyes Aráoz, a ponerle música y canto a muchas de sus páginas.
Psicoterapeuta, exdocente, hombre de las letras y referente de cultural de la provincia, Slodky suele pasar horas interminables en el inmenso balcón de su casa ubicada en Cerrillos, desde donde disfruta del paisaje que ofrece la Cordillera Oriental. “Hoy, en el atardecer de mi vida, doy a luz estas anotaciones. Silvia (su mujer recientemente fallecida) no podrá leerlas, ella que fue siempre la primera en juzgar mis escritos”. Pero en lo profundo, sabe que lo hará.

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David Slodky presentará el viernes a las 20 del corriente en el salón auditorio del Colegio de Psicólogos de Salta, Alsina 1.023, su libro “Amanecer... Atardecer”
En diálogo con El Tribuno, el escritor salteño contó que ésta, su octava obra, es una selección de notas relacionadas a sus descripciones del alba y del crepúsculo. Pero en realidad es mucho más que eso, en ella se vislumbran recuerdos, anécdotas y opiniones. De sus letras emergen sentimientos a flor de piel y que tocan de cerca al poeta Arturo Dávalos e inspiran a músicos y compositores de la talla de Robustiano Figueroa Reyes Aráoz, a ponerle música y canto a muchas de sus páginas.
Psicoterapeuta, exdocente, hombre de las letras y referente de cultural de la provincia, Slodky suele pasar horas interminables en el inmenso balcón de su casa ubicada en Cerrillos, desde donde disfruta del paisaje que ofrece la Cordillera Oriental. “Hoy, en el atardecer de mi vida, doy a luz estas anotaciones. Silvia (su mujer recientemente fallecida) no podrá leerlas, ella que fue siempre la primera en juzgar mis escritos”. Pero en lo profundo, sabe que lo hará.

 

¿Los amaneceres y atardeceres tienen un significado especial en su vida?

Sin duda. Tanto, que tengo mi estudio que da a un enorme balcón desde el que puedo disfrutar de los amaneceres y de los atardeceres pintando esa enorme Cordillera Oriental. Es una vista única que me llena de emociones. Vivo allí momentos que disfruto muchísimo y a los cuales describo en mis anotaciones. Precisamente este libro es una selección de esos escritos. 
La obra lleva el nombre de esos momentos, mis favoritos: “Amanecerá  Atardecer”. Y su presentación será también especial, ya que Robustiano Figueroa Reyes me acompañará con su música y su canto. Están todos invitados a disfrutar de un encuentro que anticipo será inolvidable, en el hermosísimo salón del Colegio de Psicólogos.
Yo venía publicando en mi muro de Facebook lo que eran esas salidas y puestas de sol desde mi lugar en Palo Marcao, Cerrillos. Fue la poeta Nélida Cañas la que me sugirió generosamente, hace una punta de años, que debería publicarlos en un libro. Y así lo hice.

 

Tiene ya varios libros editados. Este en particular ¿tiene algún valor especial?

Creo que todos marcan de alguna manera etapas especiales de mi vida. Pero este en particular nace en un momento muy significativo y sensible, el fallecimiento de mi esposa Silvia (Pereda). Está dedicado a ella. Al amor perdido y al amor ganado. En esos amaneceres y en esos atardeceres que describo, la recuerdo tocando el piano, subiendo por las escaleras, susurrándome en este espacio donde elegimos venir a vivir y morir, hace ya casi 30 años, elección en la que Silvia tuvo tanto que ver.
Este libro representa parte de lo que fueron mis emociones, pensamientos y pasiones en esta última década. Hoy, en el atardecer de mi vida, como señalo en el prefacio, doy luz a estas anotaciones.

 

Slodky es una apellido que remite a Europa Central...


Sí. Mi madre y mi padre eran judíos polacos. Huyeron en aquellos años de guerra. Ella tenía 16 años y él 20. Se conocieron aquí, en Argentina, y luego de mucho andar se radicaron en Salta. Fue una bonita historia de amor. Mi papá era maestro, una persona muy culta. Tuve una infancia maravillosa en la zona que yo describo en uno de mis libros llamado “Las Fronteras”. Era la frontera de la ciudad de Salta donde pasé mi niñez, en nuestra casa de Córdoba y La Rioja. 
Fue una infancia divertida, de travesuras, de jugar a la pelota en la cancha de Correos, donde hoy se encuentra la Escuela Técnica Albert Einstein. Antes era un potrero. Algunos de esos recuerdos aparecen directa o indirectamente en las páginas de “Amanecer... Atardecer”.

 

Si tuviera que elegir entre amaneceres y atardeceres, ¿con cuáles se quedaría?


Observo ambos momentos con la misma admiración. Los disfruto plenamente. Conscientemente no sabría con cual quedarme si tuviera que elegir tan solo alguno de ellos. Pero visto desde afuera, con la finura de la observación de Elsa Mariana Campos, quien generosamente escribió el prólogo, existen 49 descripciones del amanecer en el texto, contemplados desde los ventanales de mi estudio, mientras que solo ocho corresponden al atardecer. Hago mías sus palabras, evidentemente tengo una fascinación por los amaneceres. Tal vez porque el amanecer triunfa sobre el atardecer, la luz sobre la oscuridad, a cada ocaso le sigue siempre la aurora. La vida es un constante renacer. 

 

¿Cómo transcurren sus días? ¿Qué vislumbra en el horizonte?


Sigo atendiendo en mi consultorio de psicoterapeuta, que he trasladado a mi casa, porque mi trabajo me apasiona, no podía dejar de hacerlo. Leo, ando en bicicleta y escribo. Las letras fueron una constante a lo largo de mi existencia. Hoy vivo intensamente este último libro, pero me preparo para la obra fundamental de mi vida. Eso es lo que hoy vislumbro en el horizonte. Un trabajo en el que confluirán todas mis complejidades, llenas de arte en derredor. No puedo decir más, pero estoy seguro que será mi esencia.

 


 

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