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"Si los padres pierden la oportunidad de vacunar a sus hijos, también podrían perder a sus hijos"

Entrevista a María Luisa Ávila Agüero, médica pediatra y exministra de Salud de Costa Rica.
Martes, 25 de octubre de 2022 12:52

El 19° Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, organizado por el laboratorio MSD, reunió a periodistas científicos y expertos en Salud de la región. Se reflexionó mucho sobre todas las enseñanzas que dejó la pandemia por la COVID-19 en cuanto a la información, la legislación y el acceso a la prevención de enfermedades. Se planteó que la salud es una inversión estratégica de los países para el crecimiento. Una de las disertantes, la médica pediatra María Luisa Ávila Agüero, quien también fue ministra de Salud de Costa Rica, dijo en forma categórica: "La enfermedad empobrece a las familias y a los países". En diálogo con El Tribuno, esta investigadora analizó el riesgo de los brotes de enfermedades que se creían controladas como la poliomielitis y el sarampión; el error que subyace en la baja adhesión a la última campaña de vacunación en Argentina para niños (vigente hasta el 13 de noviembre), y la realidad del HPV (virus de papiloma humano) entre las niñas de latinoamérica.

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El 19° Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, organizado por el laboratorio MSD, reunió a periodistas científicos y expertos en Salud de la región. Se reflexionó mucho sobre todas las enseñanzas que dejó la pandemia por la COVID-19 en cuanto a la información, la legislación y el acceso a la prevención de enfermedades. Se planteó que la salud es una inversión estratégica de los países para el crecimiento. Una de las disertantes, la médica pediatra María Luisa Ávila Agüero, quien también fue ministra de Salud de Costa Rica, dijo en forma categórica: "La enfermedad empobrece a las familias y a los países". En diálogo con El Tribuno, esta investigadora analizó el riesgo de los brotes de enfermedades que se creían controladas como la poliomielitis y el sarampión; el error que subyace en la baja adhesión a la última campaña de vacunación en Argentina para niños (vigente hasta el 13 de noviembre), y la realidad del HPV (virus de papiloma humano) entre las niñas de latinoamérica.

¿Se puede decir que el ejemplo de que la vacunación salva millones de vidas, es la relacionada al HPV?

En general las vacunas salvan la vida, y es lo que se ha observado en la pandemia de COVID-19, la vacuna marcó un antes y un después. Pero efectivamente, algunos tipos de VPH o HPV causan cáncer, incluyendo el de cuello uterino, vagina, vulva, pene, ano y también de la boca y la garganta. La humanidad tiene la oportunidad de prevenir la infección por ese virus que se transmite por contacto sexual porque se cuenta con vacunas efectivas y seguras. Ya 116 países han incorporado las vacunas contra el HPV en sus planes nacionales de inmunización, pero solo son las naciones donde vive un tercio de las niñas del mundo. Sin embargo, hay miles de niñas en países con planes de vacunación contra el HPV que no recibieron la primera dosis durante la pandemia y eso es preocupante.

¿Se puede medir el atraso en vacunación que provocó la pandemia?

El efecto en las coberturas fue desigual y ensanchó las inequidades entre los países. Pero el problema se acentuó durante la emergencia sanitaria. Se necesitan datos de calidad para identificar las brechas y estrategias innovadoras para hacer que las poblaciones vayan a recibir la vacuna. América Latina fue adelante con la introducción de las vacunas contra el HPV en sus planes de inmunización, pero hoy el problema es la reducción de las coberturas de vacunación. Para lograr un efecto adecuado en la reducción de los casos de cáncer de cuello uterino se necesitan coberturas altas. Uno de cada 25 cánceres a nivel global se relacionan con el virus del papiloma humano (VPH) y a causa de esta enfermedad, muere una persona cada dos minutos en el mundo.

Una población vacunada, ¿cuánto suma a sus países?

Son muy amplios los beneficios socioeconómicos y de salud pública que conlleva la vacunación para hacer frente a las amenazas de brotes de enfermedades prevenibles por vacunación. La enfermedad empobrece a las familias y a los países. Por ejemplo el sarampión reapareció en latinoamérica con un brote muy preocupante. El sarampión es una de las enfermedades más temibles en la infancia, los niños pueden tener a raíz del sarampión serias complicaciones como neumonía, e incluso años después podrían tener problemas de tipo neurológico. Por otro lado, el sarampión podría, por así decirlo, borrarles el cassette de inmunidad, por eso es importante que las tasas de vacunación para prevenir esta enfermedad, suban. Una persona con sarampión puede contagiar a 17 y de 17 en 17, se convierte en un brote.

¿Lo mismo ocurre con la poliomielitis que ha reaparecido?

En Nueva York apareció un caso en un hombre de 33 años que quedó paralizado por polio, pero derivado de la vacuna y en 57 puntos de Estados Unidos encontraron ese virus en alcantarillados debido a que la vacuna de polio oral se excreta a través de las heces y de ese modo indirecto podría recuperar su capacidad neurovirulenta, es decir, de producir la enfermedad. Pero si las personas están bien vacunadas, no va a producir esa consecuencia. Brasil fue otro país donde un niño de 5 años que no estaba con su esquema de vacunación completo quedó paralizado, y para el caso, paralizarse con el virus salvaje tiene el mismo efecto que paralizarse con la vacuna oral, por eso es que varios países de nuestra región llevan años vacunando solo con intramuscular, con virus inactivado, que no hace correr estos riesgos.

En Argentina está vigente una campaña de vacunación contra sarampión, rubéola, paperas y polio, que no ha logrado buena adhesión. ¿Qué les diría a los padres de los niños sin vacunar?

Yo les diría que se remonten a la historia y vean aquellos tiempos de enfermedades prevalentes cuando todos deseaban una vacuna, ahora tienen la vacuna y es un deber aprovechar la oportunidad de proteger a sus hijos, porque ahora estamos en riesgo potencial después de la pandemia que hizo que bajara la cobertura de vacunación, y eso sumado a la pobreza, a la migración, a la falta de acceso al agua, que son factores que pueden hacer que haya brotes de esas enfermedades que ya estaban controladas. Si los padres pierden la oportunidad de vacunar a sus hijos, también podrían perder a sus hijos.

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