Hoy al mediodía, nuestra selección disputará el campeonato mundial con la de Francia. Será la sexta final para el fútbol argentino. Desde hace 28 días, nuestro país está pendiente de la campaña de este equipo que encarna la pasión que desde hace un siglo despierta este deporte entre nosotros. La segunda película de cine sonoro filmada en la Argentina, en 1933, ya se llamó "Los tres berretines", que en aquel entonces eran el tango, el fútbol y el cine. El fútbol atraviesa nuestras vidas; aunque todos sepamos que las victorias o las derrotas deportivas son efímeras, la experiencia demuestra que también generan sentimientos y emociones profundas.
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Hoy al mediodía, nuestra selección disputará el campeonato mundial con la de Francia. Será la sexta final para el fútbol argentino. Desde hace 28 días, nuestro país está pendiente de la campaña de este equipo que encarna la pasión que desde hace un siglo despierta este deporte entre nosotros. La segunda película de cine sonoro filmada en la Argentina, en 1933, ya se llamó "Los tres berretines", que en aquel entonces eran el tango, el fútbol y el cine. El fútbol atraviesa nuestras vidas; aunque todos sepamos que las victorias o las derrotas deportivas son efímeras, la experiencia demuestra que también generan sentimientos y emociones profundas.
Y no solo en la Argentina la pasión por el fútbol produce semejante impacto. Este torneo de 2022, la 22ª edición desde 1930, tiene como característica el protagonismo alcanzado por las selecciones de países con menos tradición "futbolera", al punto que han estado representados los cinco continentes. Incluso, y más allá de las irregularidades detectadas en el trámite de adjudicación, el hecho de que se desarrolle en Qatar indica que se trata de un deporte de interés planetario.
Los futbolistas del siglo XXI encarnan a los atletas olímpicos de la Antigua Grecia, cuna de la civilización occidental.
El fútbol y el deporte en general, profesional o amateur, representan mucho más que un juego o un entretenimiento. Nada se convierte en pasión de multitudes por casualidad. A su vez, la popularidad del deporte es un estímulo para que gran número de personas concurra a gimnasios o se esmere en cultivar la actividad física y las prácticas al aire libre.
En estos días, además, el equipo que dirige Lionel Scaloni y que tiene como figura principal a Lionel Messi ha dado muestras de una responsabilidad profesional movilizadora y gratificante para nosotros. De los 42 partidos que jugó desde 2018, este equipo perdió solamente uno, el primero de este torneo, contra Arabia Saudita, que en los papeles parecía un rival fácil. Nuevamente, el fútbol demostró que cada partido hay que jugarlo y nunca se debe cantar victoria de antemano. A partir de ese momento, nuestra selección jugó y ganó cinco finales para llegar a la definición de hoy con merecimientos sobrados y una gran expectativa. La armonía interna del grupo, la autoridad de los líderes, la humildad de algunas figuras que debieron ceder la titularidad a otro compañero y la convicción de que el trabajo en equipo es la única carta legítima de triunfo fueron vitales en esta campaña. El equipo debió superar adversidades como el cambio de clima y lesiones que lo privaron de algunos jugadores o limitaron las actuaciones de quienes habían sido protagonistas en los cuatro años precedentes.
Eso, que se llama "resiliencia", fue un factor fundamental para potenciar la inteligencia estratégica del equipo técnico y la excelencia de los integrantes del plantel, figuras que brillan en la elite del fútbol profesional.
Estas cualidades no surgen de la nada; son resultado del trabajo de largo plazo, basado en valores como calidad, eficiencia, competitividad, sacrificio, autocrítica y capacidad de superación personal. Son fruto del mérito, una palabra olvidada, y a veces rechazada, pero que hoy todos los argentinos aplaudimos cuando juega la popularmente llamada "Scaloneta".
El desempeño de este equipo lleva el sello de la hidalguía y del respeto por las personas y las reglas que caracteriza a José Pékerman, un técnico valorado y querido por el plantel y que en las selecciones menores dirigió a Scaloni, Pablo Aimar, Walter Samuel, Javier Mascherano, Diego Placente y Bernardo Romeo, integrantes de actual equipo técnico.
Hoy se juega la final. Ambos competidores han hecho méritos para llegar a este partido. Todos deseamos que nuestra selección logre la tercera Copa para la Argentina. Sin embargo, lo que hemos vivido en estas cuatro semanas, ya nos llena de orgullo y reconocimiento.