Tras la decepción del Mundial de Rusia 2018 para la Argentina, con actuaciones que rozaron el papelón, en la Selección nacional de fútbol empezó un esperado proceso de renovación.
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Tras la decepción del Mundial de Rusia 2018 para la Argentina, con actuaciones que rozaron el papelón, en la Selección nacional de fútbol empezó un esperado proceso de renovación.
Sin embargo, la elección de Lionel Scaloni como director técnico del combinado nacional causó un rechazo generalizado de la afición futbolera. Al nuevo entrenador se le cuestionaba la falta de experiencia por un lado, y el haber sido parte del cuerpo técnico de José Sampaoli, que acababa de quedar en la historia del deporte nacional como uno de los mayores fiascos de los muchos que atravesamos.
Con un perfil bajo y en silencio, Scaloni empezó a diagramar el equipo que proyectaba para competir en Qatar, aunque la mayoría de la opinión pública lo ubicaba como un simple proceso de transición y tiraban nombres de posibles reemplazantes para cuando empiece la etapa de competición.
Sin embargo, a fuerza de trabajo, resultados y el respaldo de los jugadores, Scaloni se afianzó en la conducción del equipo. Meses después surgiría La Scaloneta, el fenómeno social que cambió murmullos por ovaciones y se convirtió en un ferviente sentimiento nacional.
Aunque no hay una fecha exacta que marque el surgimiento de este apodo para la Selección Nacional, todo parece haber comenzado después de la goleada 3 a 0 frente a Ecuador, por los cuartos de final de la Copa América 2021.
Aquel resultado, hizo ilusionar a los millones de argentinos sedientos de gloria y fue uno de los primeros grandes pasos previo a la consagración que tendrían más adelante.
Post partido, los memes no se hicieron esperar y uno en particular tenía al protagonista, Lionel Scaloni, manejando un colectivo con la frase "La Scaloneta".
Argentina es hoy un equipo que juega con alegría y con la liberación de haber terminado con el estigma de las finales perdidas desde los ciclos de Marcelo Bielsa a Gerardo Martino. A ello le sumó confianza, aplicación táctica, estrategia, calidad individual y funcionamiento colectivo para marcar la diferencia.
Los jugadores disfrutan compartir la vivencia del seleccionado, más allá de los partidos. Así lo expresan en las redes sociales y puertas adentro en el predio de Ezeiza. Se extrañan cuando no se ven, como el día que Messi se levantó y les escribió en Instagram que "nadie" estaba para el mate.
Ese combo virtuoso se traslada a los hinchas, los contagia, los lleva a agotar entradas en cuestión de horas para ver al equipo en la cancha, algo que no ocurría desde el seleccionado de Alejandro Sabella que fue subcampeón del mundo en 2014.
El seleccionado responde con victorias, con actuaciones convincentes y con mucho compromiso, liderado por un Messi que expresa una felicidad nunca vista en su larga historia con la "Albiceleste".
Los resultados mandan y lo sabe Scaloni, que también reconoce que los históricos se quitaron un peso de encima y los nuevos allanaron el camino a futuro con la vuelta olímpica en Brasil.
El resultado de la final de ayer, si bien es histórico, también es anecdótico en este fabuloso capítulo de la rica historia del fútbol argentino llamado "La Scaloneta", un combinado de grandes jugadores con sed de gloria que dejaron todo, obsesionados por ayudar a su líder e ídolo a levantar la Copa del Mundo.