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VIDEO. Denunció a policías y fue golpeada por la madre de uno de ellos

Gabriela Hurtado hace un año vive con custodia policial. Hoy habrá una marcha en La Merced.
Miércoles, 07 de diciembre de 2022 01:25

Cuando Gabriela Hurtado comenzó las charlas con su amigo Jonathan Córdoba para cederle a un módico precio parte de las tierras que heredó en La Merced, no pensaba que un año después ese mismo acuerdo le traería tantos dolores de cabeza, y que se realizaría una marcha en su solidaridad. Hoy habrá una movilización en la plaza de La Merced a las 9.

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Cuando Gabriela Hurtado comenzó las charlas con su amigo Jonathan Córdoba para cederle a un módico precio parte de las tierras que heredó en La Merced, no pensaba que un año después ese mismo acuerdo le traería tantos dolores de cabeza, y que se realizaría una marcha en su solidaridad. Hoy habrá una movilización en la plaza de La Merced a las 9.

Gabriela es una mujer trans de 60 años. "Vivo con miedo", reconoce. Aunque luego de los últimos episodios que "para su suerte" quedaron filmados, asegura que el temor no la paraliza. La motiva no "saber cuál es el límite" de los policías a quienes denunció: el suboficial Jonathan Córdoba, su madre, Mónica Haydee Cruz ,y el compañero de Córdoba, el oficial Lindor Mamaní. "Los tres tienen denuncias de otras personas, Lindor y Jontahan hasta de propios policías y Mónica hasta de su propia familia", advirtió Gabriela.

El video que se puede ver en la página web de El Tribuno muestra cómo Mónica viola la perimetral y le pega a Gabriela a plena luz del día. "No me importa ir presa", grita, mientras sigue propinándole golpes. Desde un auto le advierten que la estaban filmando, pero la mujer continúa con la golpiza. Gabriela asegura que además ese día le robaron su celular, con el que venía recabando, cada vez que podía, pruebas sobre el hostigamiento que sufre hace un año y por el que vive con custodia policial en su casa.

 

"Unos días antes de esa golpiza salí de mi casa a comprar pan a la noche. Siempre le digo a la custodia que me mire porque vivo alejada del pueblo y es oscuro alrededor. Esa noche me salió de los yuyos y de uniforme Jonathan que me dijo 'con vos tengo que hablar'; apareció también uniformado Lindor en el auto que me robaron. Lindor comenzó a sacar y poner el arma en la cartuchera, no me apuntó, pero jugaba con el arma reglamentaria, y Jonathan me dijo que me dejara de romper las bo... con los abogados y se fueron", contó Gabriela.

Los hechos denunciados, que van desde estafa, amenazas, golpizas y violaciones a perimetrales, comenzaron luego de que conviniera con su entonces amigo, Jonathan, que, como le costaba mantener la hectárea y media heredada a las afueras del pueblo, le cedería a cambio de un modesto precio una porción de la tierra. A cambio, Jonathan le dio dinero y el boleto de compraventa de un auto.

En esas tierras que colindan con la casa de Gabriela, Córdoba se instaló con su madre y construyeron una casa. "Yo no tenía drama que hicieran lo que quisieran con su parte, pero instalaron una cancha clandestina de fútbol 5 y ahí comenzaron los problemas con los vecinos. No había ni baños y los que iban hacían sus necesidades por ahí, se iba la pelota a cualquier lado y así", aseguró la mujer sobre cómo comenzó la ruptura de la amistad con el policía y su madre.

En aquel momento, aseguró Gabriela, le reclamó a su amigo y su madre, esto habría motivado la primera golpiza que sufrió en el patio de su casa. "Llegó Mónica, la madre de Jonathan, y me revolcó como trapo viejo en el fondo de mi casa, llegué a llamar al 911 que me rescató. Al día siguiente volvió a violentarme y una vecina alcanzó a pedir auxilio", relató.

Luego vinieron las represalias materiales. La mujer indicó que una noche en que regresaba a su casa en el auto que se le habría dado como parte de pago, al bajarse, "Lindor se subió al auto y se lo llevó. A mí me habían dado una cédula azul para poder manejarlo, pero la transferencia no estaba inscripta en el Registro del Automotor", lamentó. Aún no logra recuperar el automóvil.

Los meses siguientes fueron amenazas que se mantienen hasta hoy. "Un día pasó Jonathan por la calle y me dijo que me iba a matar. La fiscalía puso restricción de 10 metros, sí, diez, y Mónica me dijo que le sobraban esos metros para meterme un balazo en la cabeza", repasó Gabriela. También le envenenaron sus 6 perros y asegura que fueron ellos. La causa está en la fiscalía de Cerrillos. "Siempre me pedían pruebas, espero que ya con este video no pidan más", indicó la mujer.

 

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