¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Biden juega con fuego

Sabado, 02 de abril de 2022 02:12

El presidente de EE UU, Joe Biden, hizo la semana pasada una serie de declaraciones fuera de guión que elevaron la temperatura de las relaciones entre su país y Rusia.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El presidente de EE UU, Joe Biden, hizo la semana pasada una serie de declaraciones fuera de guión que elevaron la temperatura de las relaciones entre su país y Rusia.

Su comentario improvisado el sábado en la parte final de lo que en Polonia consideraron un "gran discurso", cuando sugirió la destitución del presidente Vladimir Putin, pudo haber tenido graves consecuencias.

En su discurso ante una multitud de funcionarios y dignatarios del gobierno polaco en el Castillo Real de Varsovia, el presidente de EE UU advirtió una vez más que el mundo se encuentra en medio de un conflicto decisivo en nuestra era entre democracias y autocracias.

Prometió que la OTAN defenderá "cada centímetro" del territorio de sus estados miembros. También que brindará un apoyo continuo a Ucrania, aunque señaló que el Ejército estadounidense no se enfrentará a las fuerzas rusas allí.

Fue un discurso de confrontación, aunque mesurado, en línea con el que mantienen desde hace meses las autoridades estadounidenses, comenzando por el secretario de Estado, Antony Blinken.

Al final, justo antes de los agradecimientos y la despedida, Biden comentó sobre su homólogo ruso: "Por el amor de Dios, este hombre no puede seguir en el poder".

Ahí estalla la bomba

"Este discurso, y los comentarios referidos a Rusia, son asombrosos, por usar términos educados", declaró el portavoz de Moscú, Dmitry Peskov. Biden, afirmó, "no entiende que el mundo no se limita a Estados Unidos y gran parte de Europa".

Y entonces EE UU recula. "El punto del presidente era que no se puede permitir que Putin ejerza el poder sobre sus vecinos o la región", alegó un funcionario de Washington. "No estaba debatiendo el poder de Putin en Rusia, o un cambio de régimen".

La rapidez con la que se emitió la "aclaración", de la que luego se hizo eco Blinken, sugiere que el gobierno de EE UU comprende el peligro inherente de las palabras de Biden.

Horas antes el presidente de Estados Unidos había llamado "carnicero" a Putin; y la semana pasada pareció adelantarse al procedimiento diplomático de su propia administración al acusar al líder ruso de crímenes de guerra.

En ambos casos los comentarios de Biden provocaron condenas y advertencias de Moscú de que las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia se estaban deteriorando hasta el punto de ruptura.

Hay una línea entre condenar al líder de una nación -la retórica a veces sobrecalentada de la diplomacia- y pedir su destitución; una línea que tanto los estadounidenses como los soviéticos respetaban incluso en el apogeo de la Guerra Fría; una línea que Biden, en principio, ha cruzado.

Frecuentemente se acusa a los países poderosos de imponer a los débiles un "cambio de régimen". Esto, sin embargo, no suele ser lo que una nación con armas nucleares exige a otra.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, advirtió que el líder estadounidense estaba poniendo en peligro las negociaciones de armisticio entre Rusia y Ucrania.

Es conocida la tendencia de Biden a hacer comentarios improvisados que pueden ponerlo en situaciones difíciles.

A veces son una fortaleza política, escribe Tom Nichols de la publicación The Atlantic, que permite a Biden conectarse auténticamente con las emociones del pueblo estadounidense.

Pero en este momento actual de crisis diplomática, cuando unas palabras mal elegidas pueden acarrear consecuencias importantes, también se consideran una debilidad.

La guerra en Ucrania no transcurre como Putin pretendía.

La situación tiene potencial para llevar a la desescalada que piden EE UU y sus aliados, pero también podría hacer que Putin se desespere más. Y si el líder ruso cree que su poder está en juego, y piensa que EE UU persigue ese objetivo de forma abierta, es posible que el giro que tome la crisis a partir de ahora no sea precisamente el de la paz.

 

PUBLICIDAD