Salta ocupa un lugar de privilegio en el mundo de las regatas. Un dato que tal vez muchos desconozcan: en los torneos de la categoría Pampero que se organizan en distintos puntos del país, la provincia no solo cuenta con una delegaciones más numerosas, sino también con experimentados y prestigiosos campeones.
Pampero, como se la conoce, es una clase nacional de veleros ligeros. La categoría se originó a partir de la embarcaciones del mismo nombre construidas en los Astilleros Neptuno, de Buenos Aires. Fueron diseñados por Carlos Bordiga, basándose en las prestaciones y en las líneas de un velero francés. A fines de los 70, el modelo se incorporó a un programa Náutico Deportivo de la Armada, bajo el lema “El Mar nos Une”. Fue así que los Pampero recorrieron el país y sirvieron para brindar cursos de iniciación en la navegación a vela. A Salta llegó para quedarse y suma adeptos año tras año.
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Salta ocupa un lugar de privilegio en el mundo de las regatas. Un dato que tal vez muchos desconozcan: en los torneos de la categoría Pampero que se organizan en distintos puntos del país, la provincia no solo cuenta con una delegaciones más numerosas, sino también con experimentados y prestigiosos campeones.
Pampero, como se la conoce, es una clase nacional de veleros ligeros. La categoría se originó a partir de la embarcaciones del mismo nombre construidas en los Astilleros Neptuno, de Buenos Aires. Fueron diseñados por Carlos Bordiga, basándose en las prestaciones y en las líneas de un velero francés. A fines de los 70, el modelo se incorporó a un programa Náutico Deportivo de la Armada, bajo el lema “El Mar nos Une”. Fue así que los Pampero recorrieron el país y sirvieron para brindar cursos de iniciación en la navegación a vela. A Salta llegó para quedarse y suma adeptos año tras año.
Los logros de los deportistas locales son innumerables. En el último torneo nacional disputado en Semana Santa sobre las aguas del Río Uruguay, organizado por el Yacht Club de Entre Ríos, los primeros lugares llegaron de la mano de Darío Justiniano y Mónica Muruaga, en Máster, quienes se consagraron campeones. La pareja de Sofía Astegiano y Abril Astegiano en el “Pegaso”, se ubicó segunda en Femenino. En ese mismo segmento, Silvia Dib Ashur y Luz María Rangil a bordo de “El Sueño”, completaron el podio.
En General, el primer lugar fue para el binomio Julián del Cerro y Marisol Martínez en su “Pocas pulgas”. Segundos se ubicaron Federico González y Macarena Amaya en “Mavi”; y terceros Carlos Luque y Lucrecia Díaz en “Luqueado”.
En total fueron 65 los barcos de todo el país que se sumaron al certamen. De ellos,19 integraban la flota del Club de Regata Güemes, sin dudas la delegación más numerosa. El dato no pasó desapercibido y fue destacado por los organizadores.
Julián del Cerro, en diálogo con El Tribuno contó: “La actividad náutica en Salta está muy afianzada. En mi caso comencé desde muy chico, a los 7 años. Ingresé al mundo de los veleros a través de los cursos de preparación que tomé en el dique Campo Alegre. Luego comencé a sumarme de a poco a la competencias”.
En cuanto a la sensación de que la náutica es una actividad mucho más onerosa que la mayoría de las que pueden practicarse en el medio, Del Cerro explicó: “Desde afuera se la suele ver como muy cara, porque de hecho el barco tiene su costo. Sin embargo, la escuela náutica tiene a disposición embarcaciones para quienes no la posean”. Hay veleros accesibles y el costo de comprarlo y de mantenerlo es el mismo o incluso mucho menor al de otros deportes, como el motociclismo o el automovilismo, por dar un ejemplo.
Respecto de las competencias y los viajes, señaló que suelen hacerlo en grupo lo que resulta más accesible en cuanto a la logística y la estadía.
“Es una actividad que genera mucha camaradería y trabajo en equipo. Tal vez ese sea uno de los motivos por el que hay tantos navegantes en Salta. Se suman las ganas de practicar el deporte, de compartir con la gente, de viajar y de encontrarse con amigos”, relató el salteño.
“El viento un factor determinante”
En aguas quietas, como la de los lagos y embalses, el viento obviamente es un factor determinante para disfrutar de la navegación a vela. Pero en los ríos se suman otros factores, como las corrientes.
Para dominar un velero a nivel competitivo hace falta estar en muy buen estado físico, ya que demanda mucha fuerza de las extremidades. La posición normal del tripulante en la embarcación con vientos flojos es la de sentado, pero cuando las ráfagas aumentan las posiciones se van modificando para evitar que el barco vuelque. En ese momento, el regatista engancha sus pies y comienza a separarse del casco, desplazando el centro de gravedad para estabilizarlo. En esta situación exige al cuerpo una serie de palancas , que requieren de fuerza y elongación.
“Voy al gimnasio durante la semana para mantenerme en buen estado y practico navegación los fines de semana”, detalló Del Cerro.
Un Club y una Escuela
El Club de Regata Güemes es el corazón de la actividad náutica en Salta. Brinda cursos a grandes y chicos en el dique Campo Alegre y en el Cabra Corral. Es una institución que formó a deportistas de primer nivel, que posicionan a Salta como una de las provincias más destacadas en navegación.