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26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Urgen intensificar los esfuerzos para reducir las brechas de género en el campo laboral

Sabado, 30 de abril de 2022 22:08

Por Carla Arévalo

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Por Carla Arévalo

Economista  


El avance tecnológico tiene fuertes implicancias en el mundo del trabajo. Muchas tareas fueron, y otras tantas serán automatizadas y complementadas o reemplazadas por máquinas. La tecnología permite mejorar los procesos productivos, aumentar el volumen y calidad de la producción. También, la tecnología nos permitió durante la pandemia continuar trabajando desde casa, y hasta mantener las ventas de nuestros productos aunque no pudiéramos abrir la persiana (física) del negocio.

La introducción de avances tecnológicos llega a cada país a diferentes velocidades según el nivel de desarrollo, dada la necesidad de inversión y adaptación a los cambios. Quienes tienen mayor probabilidad de ver sus puestos de trabajo automatizados son quienes realizan tareas operativas, repetitivas y rutinarias. En cambio, aquellos puestos que requieren un proceso analítico incorporan al cambio tecnológico como un complemento, y no un sustituto, para mejorar la productividad. Las voces más optimistas anuncian que el cambio tecnológico generará muchos más puestos empleos de los que se destruirán. Un estudio realizado con datos de 30 países muestra que el 10% de la fuerza laboral tiene un alto riesgo de ser desplazado por la automatización en las próximas dos décadas. 

Las mujeres realizan más trabajos rutinarios que los hombres, por lo tanto están más expuestas a la automatización. Las mayores, las menos educadas, las que realizan tareas administrativas, de servicio y comercio están desproporcionadamente expuestas a la automatización. 

Para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de beneficiarse de la cuarta revolución industrial es urgente intensificar los esfuerzos para reducir las brechas de género en el campo laboral.

En Salta, las carreras de nivel superior más orientadas a la tecnología tienen ingresantes principalmente hombres. En 2016, por ejemplo, 77% de los ingresantes a la Licenciatura en Análisis de Sistemas eran varones, 67% en ingeniería, y se cuentan muchas menos mujeres en la Tecnicatura en Electrónica (96% varones) y en programación (83% varones). 

Políticas de promoción de igualdad de género y de empoderamiento de las mujeres permitirán ampliar las capacidades de desarrollo y crecimiento de nuestras economías. Las jóvenes necesitan encontrar un espacio, sentirse capaces y merecedoras de elegir y transitar carreras STEM (con especialización en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Los gobiernos deben implementar estrategias para quebrar los estereotipos e incrementar el número de mujeres en este campo. El Ministerio de Defensa de los Estados Unidos llamó Ada al lenguaje que utilizó para enviar cohetes al espacio en honor a Ada Lovelace, la primera programadora allá por 1800. Los códigos de otra mujer, Margaret Hamilton, fueron los que guiaron la misión Apolo, para lograr ese pequeño paso para el hombre y gran paso para la humanidad. Promovamos la existencia de más Adas y Margarets. Esfuerzos e inversiones para la incorporación de cada vez más mujeres en los ámbitos educativos y laborales científicos y tecnológicos no traerán más que ganancias en una sociedad, de este modo,     cada vez más justa.
 

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