No era la primera vez que la niña, de 7 años, salía de su casa para ir a comprar. Sin embargo esta vez un aberrante hecho marcaría su vida. El jueves 2 del corriente mes un hombre de 73 años, dueño de un comercio ubicado en la calle Zuviría al 2400 de Salta capital, fue sorprendido por la madre de la presunta víctima, acusado de abusar de la pequeña.
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No era la primera vez que la niña, de 7 años, salía de su casa para ir a comprar. Sin embargo esta vez un aberrante hecho marcaría su vida. El jueves 2 del corriente mes un hombre de 73 años, dueño de un comercio ubicado en la calle Zuviría al 2400 de Salta capital, fue sorprendido por la madre de la presunta víctima, acusado de abusar de la pequeña.
El fiscal Penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS), Federico Obeid, imputó a un hombre de 73 años por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante. Durante la audiencia de imputación, el hombre que atiende un almacén en la ciudad de Salta-, se abstuvo de declarar. La Fiscalía solicitó el mantenimiento de la detención por lo que el hombre continuará en la Alcaidía General de la Provincia.
El 2 de junio, la madre de la menor radicó la denuncia asegurando que había mandado a su hija de 7 años a comprar a un almacén cercano. Ante la demora de la niña, indicó, fue a buscarla y observó que su hija era sacada del brazo del interior del local por el hombre que suele atender a los clientes. La mujer contó que, al preguntarte a su hija qué sucedía, esta rompió en llanto y le contó que el almacenero la había sometido a tocamientos en sus partes íntimas y que no era la primera vez que sucedía.
El fiscal solicitó la inmediata detención del hombre, quien se encuentra alojado desde el 2 de junio en la Alcaidía General de la Provincia.
Vecinos, indignados
Tras seis días de la denuncia contra el comerciante acusado de abusar sexualmente de una menor, los vecinos del barrio Vicente Solá, indignados por lo ocurrido en el interior del comercio ubicado en calle Zuviría al 2400, con carteles se dirigieron hasta el lugar para escrachar al presunto abusador. “Los niños no se tocan” rezaba uno de los carteles en medio de la protesta.