Las socias de Lecturarte promueven desde hace más de 10 años la lectura y la literatura infantil y juvenil en Salta. Con su valija viajera, repleta de libros y de historias, recorrieron la provincia y visitaron escuelas, bibliotecas populares, merenderos, cárceles y residencias de cuidado de niños, niñas y adolescentes.
Con mucha generosidad y compromiso comparten lo que aprendieron en sus vidas muy leídas para que docentes, adultos y cuidadores disfruten la lectura literaria y transmitan ese amor a los más chicos.
En octubre de 2010, por iniciativa de la escritora y lectora María Belén Alemán, decidieron conformar esta asociación sin fines de lucro, delegación en Salta de la Asociación de Literatura infantil y Juvenil de la Argentina (Alija).
El “tren” de Lecturarte no se frenó a pesar de la pandemia y las restricciones: se las rebuscó para llegar a través de audios de whatsapp o de encuentros virtuales por videoconferencia.
Ahora las voluntarias de Lecturarte y, sobre todo, sus libros buscan un espacio para que más chicos y chicas puedan abrir, como ellas dicen, los ojos, la mente y el corazón. La biblioteca que armaron tiene más de 500 volúmenes.
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Las socias de Lecturarte promueven desde hace más de 10 años la lectura y la literatura infantil y juvenil en Salta. Con su valija viajera, repleta de libros y de historias, recorrieron la provincia y visitaron escuelas, bibliotecas populares, merenderos, cárceles y residencias de cuidado de niños, niñas y adolescentes.
Con mucha generosidad y compromiso comparten lo que aprendieron en sus vidas muy leídas para que docentes, adultos y cuidadores disfruten la lectura literaria y transmitan ese amor a los más chicos.
En octubre de 2010, por iniciativa de la escritora y lectora María Belén Alemán, decidieron conformar esta asociación sin fines de lucro, delegación en Salta de la Asociación de Literatura infantil y Juvenil de la Argentina (Alija).
El “tren” de Lecturarte no se frenó a pesar de la pandemia y las restricciones: se las rebuscó para llegar a través de audios de whatsapp o de encuentros virtuales por videoconferencia.
Ahora las voluntarias de Lecturarte y, sobre todo, sus libros buscan un espacio para que más chicos y chicas puedan abrir, como ellas dicen, los ojos, la mente y el corazón. La biblioteca que armaron tiene más de 500 volúmenes.
Mucha pasión
María Belén Alemán contó que la inquietud por armar este espacio surgió antes de 2010. Ella trabajaba en capacitación docente y veía cómo niños y docentes disfrutaban la buena lectura y cómo se necesitaba darle más espacio al libro y a las historias en las escuelas.
Primero convocó a un grupo de personas en las que su propuesta no tuvo mucho eco. Luego invitó a otras, que son las que siguen hasta ahora, junto a más que se sumaron. En este momento son unas 12 voluntarias, muchas de las cuales son socias fundadoras. Todo el trabajo que realizan es ad honorem. La mayoría está en actividad y realizan esta tarea en los tiempos que disponen.
Distintas actividades llevan adelante desde Lecturarte. Llaman “movidas literarias” a los encuentros con niños, niñas y adolescentes, con animación a la lectura, narraciones orales y lecturas interactivas, entre otras propuestas.
Otra línea de trabajo es la promoción con docentes y animadores, por medio de jornadas, encuentros, talleres y capacitaciones. Van a los terciarios donde se forman los futuros docentes para que trabajen con literatura infantil.
Proyectos en barbijo
Entre idas y vueltas por los protocolos, durante la pandemia llevaron adelante dos proyectos muy gratificantes. Uno fue, “Palabras para soñar”: Gladis Boris las invitó a sumarse al proyecto que buscaba acercar audiocuentos y poesías a quienes quisieran leer oyendo por medio de un canal en internet. En época de cuarentena grababan cuentos y poesías que circulaban por whatsapp.
Otro fue “La voz propia y heredada”, un proyecto para mujeres en situación de encierro en el penal de General Güemes y sus niños, que recorren allí sus primeros pasos de escolaridad.
Esta actividad, que estuvo coordinada desde Buenos Aires por Maro Vidal Varela, les permitió ganar el premio de la Fundación Navarro Viola, con el cual pudieron financiar este proyecto y otro más, en una residencia para madres adolescentes. En ambos espacios armaron una biblioteca con libros para las mujeres y sus niños.
El proyecto con las madres adolescentes, coordinado por Cecilia Torres, se realizó en una residencia para chicas que atraviesan situaciones de vulnerabilidad y que viven allí por disposiciones judiciales, que buscan proteger sus derechos y los de sus hijos. Durante dos meses todos los sábados les llevaron un poco de aire fresco, con libros y lecturas para ellas y sus hijos. “Terminamos hablando de temas muy fuertes y muy necesarios, porque la literatura habla de la vida. La literatura abre puertas y ventanas y genera emociones muy interesantes”, contaron.
Entre otras iniciativas, desde Lecturarte publicaron “Los libros del tren”, una colección de seis libros de cuentos que buscan que circulen por las escuelas. Publicaron también un libro de ensayos “Autores que con-mueven: miradas criticas sobre la literatura infantil”.
Lo que se viene y cómo contactarlas
Pronto se va a lanzar el segundo Concurso Literario de Cuentos para alumnos del nivel secundario de toda la provincia, que organiza Lecturarte con el Colegio de Escribanos. Este año, por primera vez, podrán participar jóvenes y adultos de los BSPA.
Para contactarse con Lecturarte, www.lecturarte blogspot.com; lecturarte [email protected]; Facebook: LecturArteSalta; Instagram: lecturarte_salta.