En el Chaco salteño el hambre es el común denominador, el estigma, la cruz de todos... personas y animales. La indiferencia histórica y sistemática que golpea a los wichis, también alcanza a sus perros, todos caschis y muchos. La puja por el bocado es dolorosa en este monte chaqueño desafortunado donde los wichis quisieran alimentar a sus canes para devolverles el favor de la compañía, de la protección contra las víboras y del abrigo que les propinan durmiendo juntos en los días helados como éstos... pero ¿qué comerían ellos? Igual, muertos de hambre, con la piel que se les pega a los huesos de las costillas, los perros de los wichis son fieles como una sombra. Se pasan la vida hociqueando el suelo, comiendo tierra, heces, lamiendo cualquier cosa, plagados de pulgas, sarna, garrapatas, parásitos, moquillo y toda clase de enfermedades, muchas de las cuales comparten con niños y adultos de las comunidades donde habitan.
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En el Chaco salteño el hambre es el común denominador, el estigma, la cruz de todos... personas y animales. La indiferencia histórica y sistemática que golpea a los wichis, también alcanza a sus perros, todos caschis y muchos. La puja por el bocado es dolorosa en este monte chaqueño desafortunado donde los wichis quisieran alimentar a sus canes para devolverles el favor de la compañía, de la protección contra las víboras y del abrigo que les propinan durmiendo juntos en los días helados como éstos... pero ¿qué comerían ellos? Igual, muertos de hambre, con la piel que se les pega a los huesos de las costillas, los perros de los wichis son fieles como una sombra. Se pasan la vida hociqueando el suelo, comiendo tierra, heces, lamiendo cualquier cosa, plagados de pulgas, sarna, garrapatas, parásitos, moquillo y toda clase de enfermedades, muchas de las cuales comparten con niños y adultos de las comunidades donde habitan.
Entre tantas experiencias de su última cruzada solidaria, esto es lo que vino a destacar Daniel Pereira, quien con su esposa Débora y su pequeño hijo Gael, visitan hace 9 años las comunidades del Chaco salteño para intentar dar respuestas a necesidades muy básicas de los wichis con la solidaridad de los salteños que acuden al llamado de este matrimonio.
"Estoy muy movilizado por todo lo que vi esta vez en las comunidades de Santa Victoria Este; hace 9 años que vamos con mi señora, pero en cada viaje nos volvemos a conmover con el dolor y con el amor también. Nos duele mucho no verlos progresar, sus miserias y las luchas internas entre los caciques que cada uno quiere que les dejemos todas las donaciones. Al principio eso da un poco de bronca, pero después uno comprende que así habla la pobreza extrema, ese es el idioma de la indigencia. Al final el balance siempre es muy positivo", dijo Daniel Pereira.
Con respecto a los perros de las comunidades, expresó: "Me da impotencia ver que no se trabaje en forma seria y constante con los animalitos de los wichis. Veo a algunos funcionarios sacarse fotos con mascotas y sinceramente no sé para qué lo hacen si en realidad nada cambia para bien. Los perros de los wichis están con enfermedades, muertos de hambre, y hay mucha gente que quiere ayudar a los perros pero necesitamos ayuda del Gobierno para la logística. Son enfermedades que afectan a los niños también. Hay que curarles la zarna y otras enfermedades y castrarlos porque son miles y no existe ninguna política de salud animal que apunte a limitar la reproducción de los perros".
Pereira agregó: "Les puedo asegurar que no es difícil cuidar y alimentar a esos animales. Cuento con veterinarios solidarios que pueden ir a vacunar, a castrar. Solo necesitan traslado y hospedaje porque lo demás es gratuito. Lamentablemente he pedido ayuda y hasta ahora no puedo contar con eso".
"En este último viaje alimentamos a cientos de perros y dejamos alimentos para que los hermanos originarios los puedan asistir, aunque sea por algunos días y también se pudo vacunar gracias a la colaboración de Federico Bogado. Agradezco también al doctor Walter Chihan, Lucas Iñigo, José Luis Pastrana y a todas las personas que nos hicieron llegar cientos y cientos de kilos de alimento para los perros que no se llenan", señaló el filántropo.
Todavía con el perfume del palo santo en la piel, Pereira agradeció haber podido estar con las comunidades una vez más, compartiendo la tristeza por lo que falta y la alegría por el encuentro. "Asistimos a las comunidades de San Miguel, Pozo del Toro, Pozo la China, La Vertiente Chica, Mistolar II, La Banda, Choway 2, Biblioteca Macacha Gemes de Alto La Sierra, La Merced Nueva 2 (chorotes), Las Golondrinas, Quebracho Blanco y Santa Victoria II. Dejamos nuestro esfuerzo, nuestro amor, nuestro corazón y sinceramente estamos muy felices y orgullosos de haberlo logrado nuevamente", manifestó con quebranto Daniel Pereira.