El Centro Preventivo y Asistencial de Adicciones Sumaq Kawsay llevó adelante un proyecto de tipo productivo mediante el cual los pacientes que asisten en forma regular al centro elaboraron dulce de leche casero, actividad que los entusiasma mucho.
El producto final fue comercializado por el equipo de profesionales y lo recaudado será invertido en la continuidad de las capacitaciones que permiten la obtención de nuevas herramientas, para incrementar las posibilidades de una reinserción de los pacientes en el ámbito laboral y social.
El Centro Sumaq Kawsay fue creado en el año 2014 en instalaciones pertenecientes al Hospital Joaquín Castellanos, como un centro de orientación y escucha, donde solo se brindaba asesoramiento a la persona afectada por el consumo de sustancias peligrosas o a familiares suyos, pero no recibían ningún tipo tratamiento.
En el 2018 el espacio donde eran atendidos los pacientes que requerían de algún tipo de asesoramiento sufrió importantes refacciones y ampliaciones de sus oficinas, lo que le permitió adicionar otros servicios, transformándose en un centro preventivo y asistencial de adicciones.
Con esta recategorización pudo sumar nuevos profesionales hasta lograr conformar un gabinete.
El proyecto nace a partir de una presentación que fue elevada desde el centro preventivo hacia la Secretaría de Salud Mental y Adicciones de la provincia, entidad que le brindó todo su respaldo, haciendo posible que el Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), apruebe el proyecto y se haga cargo de su financiamiento.
Los fondos remitidos desde Nación fueron recepcionados por el Ministerio de Salud Pública, para la compra y entrega de los insumos necesarios.
“Lo primero que se llevó a cabo fue una capacitación sobre manipulación de alimentos, luego aprendieron las técnicas para elaborar el dulce de leche, después pasamos a la parte de producción hasta llegar al producto final”, informó la licenciada Luciana Soto. El Centro Sumaq Kawsay no cuenta con un espacio para poder trabajar con alimentos, por lo que sumó a la Secretaría de Acción Social de la Municipalidad en un trabajo interinstitucional, que le cedió las instalaciones de la Casa de Piedra, ubicada en el mismo hospital Castellanos.
Del proyecto participaron 15 pacientes, que aprendieron a elaborar dulce de leche con el acompañamiento del técnico del INTA Carlos Arias. “Pensamos el proyecto para trabajar terapéuticamente con nuestros pacientes, buscando además brindarles herramientas laborales que les permitan enfrentar a futuro las situaciones económicas y laborales en un contexto social que se les pudieran presentar”, explicó la Lic. Soto.
Fueron jornadas fructíferas donde todos los participantes lograron nuevos conocimientos no solo en cuanto a la elaboración del alimento, sino a su manipulación, al envasado y confección de la etiqueta para su posterior venta, “la etiqueta fue una idea de los pacientes y trabajaron en ella utilizando computadoras, o sea que se trató de una actividad bastante completa, desde la elaboración de la idea hasta la venta del producto elaborado”, expresó la jefa del Centro Preventivo.
Luego de esta primera experiencia van a continuar generando actividades similares de tipo terapéuticas, invirtiendo lo que se pudo recaudar con la venta del dulce de leche en nuevos proyectos, lo que cerraría el círculo de una actividad comercial.
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El Centro Preventivo y Asistencial de Adicciones Sumaq Kawsay llevó adelante un proyecto de tipo productivo mediante el cual los pacientes que asisten en forma regular al centro elaboraron dulce de leche casero, actividad que los entusiasma mucho.
El producto final fue comercializado por el equipo de profesionales y lo recaudado será invertido en la continuidad de las capacitaciones que permiten la obtención de nuevas herramientas, para incrementar las posibilidades de una reinserción de los pacientes en el ámbito laboral y social.
El Centro Sumaq Kawsay fue creado en el año 2014 en instalaciones pertenecientes al Hospital Joaquín Castellanos, como un centro de orientación y escucha, donde solo se brindaba asesoramiento a la persona afectada por el consumo de sustancias peligrosas o a familiares suyos, pero no recibían ningún tipo tratamiento.
En el 2018 el espacio donde eran atendidos los pacientes que requerían de algún tipo de asesoramiento sufrió importantes refacciones y ampliaciones de sus oficinas, lo que le permitió adicionar otros servicios, transformándose en un centro preventivo y asistencial de adicciones.
Con esta recategorización pudo sumar nuevos profesionales hasta lograr conformar un gabinete.
El proyecto nace a partir de una presentación que fue elevada desde el centro preventivo hacia la Secretaría de Salud Mental y Adicciones de la provincia, entidad que le brindó todo su respaldo, haciendo posible que el Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), apruebe el proyecto y se haga cargo de su financiamiento.
Los fondos remitidos desde Nación fueron recepcionados por el Ministerio de Salud Pública, para la compra y entrega de los insumos necesarios.
“Lo primero que se llevó a cabo fue una capacitación sobre manipulación de alimentos, luego aprendieron las técnicas para elaborar el dulce de leche, después pasamos a la parte de producción hasta llegar al producto final”, informó la licenciada Luciana Soto. El Centro Sumaq Kawsay no cuenta con un espacio para poder trabajar con alimentos, por lo que sumó a la Secretaría de Acción Social de la Municipalidad en un trabajo interinstitucional, que le cedió las instalaciones de la Casa de Piedra, ubicada en el mismo hospital Castellanos.
Del proyecto participaron 15 pacientes, que aprendieron a elaborar dulce de leche con el acompañamiento del técnico del INTA Carlos Arias. “Pensamos el proyecto para trabajar terapéuticamente con nuestros pacientes, buscando además brindarles herramientas laborales que les permitan enfrentar a futuro las situaciones económicas y laborales en un contexto social que se les pudieran presentar”, explicó la Lic. Soto.
Fueron jornadas fructíferas donde todos los participantes lograron nuevos conocimientos no solo en cuanto a la elaboración del alimento, sino a su manipulación, al envasado y confección de la etiqueta para su posterior venta, “la etiqueta fue una idea de los pacientes y trabajaron en ella utilizando computadoras, o sea que se trató de una actividad bastante completa, desde la elaboración de la idea hasta la venta del producto elaborado”, expresó la jefa del Centro Preventivo.
Luego de esta primera experiencia van a continuar generando actividades similares de tipo terapéuticas, invirtiendo lo que se pudo recaudar con la venta del dulce de leche en nuevos proyectos, lo que cerraría el círculo de una actividad comercial.