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El origen y creación de la UNSa

Lunes, 22 de agosto de 2022 02:16

Este 2022 se cumplen 50 años de la creación de la Universidad Nacional de Salta. Mucho se ha escrito sobre los pasos que se dieron hasta llegar a su concreción y que demandó del esfuerzo mancomunado de los salteños a través de sus dirigentes y fuerzas vivas. El historiador y periodista Luis Alfonso Borelli se ha referido al tema en este diario en muchas oportunidades. Y también existen estudios parciales y fragmentarios de escritores del medio, caso de Eduardo Ceballos, ingeniero Juan Pascual, Alejandro Ruidrejo, María Rodríguez Rey de Sastre, Gregorio Caro Figueroa, Elena Corvalán, Víctor Savoy Uriburu, entre otros.

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Este 2022 se cumplen 50 años de la creación de la Universidad Nacional de Salta. Mucho se ha escrito sobre los pasos que se dieron hasta llegar a su concreción y que demandó del esfuerzo mancomunado de los salteños a través de sus dirigentes y fuerzas vivas. El historiador y periodista Luis Alfonso Borelli se ha referido al tema en este diario en muchas oportunidades. Y también existen estudios parciales y fragmentarios de escritores del medio, caso de Eduardo Ceballos, ingeniero Juan Pascual, Alejandro Ruidrejo, María Rodríguez Rey de Sastre, Gregorio Caro Figueroa, Elena Corvalán, Víctor Savoy Uriburu, entre otros.

El legado de Ovejero

Una persona que dejó un testimonio y legado para las futuras generaciones fue el Ing. Roberto Germán Ovejero (1931-2007), a quien le cupo el honor de ser el primer delegado normalizador con funciones de rector. O sea el primer rector de la nueva Universidad Nacional de Salta, que se creó por ley en 1972, durante el gobierno del general Alejandro Agustín Lanusse y que arrancó a funcionar con las nuevas promociones en 1973.

Ese documento se había mantenido inédito. Recientemente se dio a luz como una iniciativa familiar y bajo el sello de Mundo Editorial. El libro está profusamente ilustrado con fotografías de época y el diseño gráfico estuvo a cargo de Irene Blanco. Dicho libro rescata el texto que dejó escrito el Ing. Roberto G. Ovejero al cumplirse las bodas de plata de la Universidad Nacional de Salta.

Es un texto personal y póstumo, redactado al correr de la pluma, donde cuenta los pasos que se siguieron entre la vieja Facultad de Ciencias Naturales dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán y la nueva casa de altos estudios. En todo ese proceso de cambio y transformación, el Ing. Ovejero fue testigo y protagonista. La obra es un aporte invaluable para la historia de la UNSa y cuenta con semblanzas biográficas de Roberto Ovejero (h), Arturo López Dávalos, Fabiana Laguna, Víctor Passamai, Carlos Alonso Benavides, Juan Francisco Ramos y el suscripto.

Roberto Ovejero, médico veterinario e hijo primogénito del ingeniero, lo recuerda en un texto introductorio del cual rescato lo siguiente: "La cualidad que más distinguía a mi padre era su pasión por la educación y la firme convicción de que lo único que realmente enaltece e incluye al hombre es la instrucción y su desarrollo intelectual, que le permite tomar decisiones desde la libertad para decidir y, asimismo, le otorga las herramientas necesarias para hacer frente a sus necesidades materiales, acceder a trabajos y profesiones de calidad y potenciar su desarrollo económico".

Por su parte, uno de sus amigos personales, el Dr. Arturo López Dávalos, un académico de renombre que fuera director del Instituto Balseiro y del Centro Atómico Bariloche, lo recuerda como sigue: "Su vocación por la enseñanza no tuvo límites, siempre atento a las oportunidades para lograr que los más jóvenes se formaran. Abocado al desempeño de su profesión no cejó en su empeño por dar oportunidades para aquellos que, no pudiendo trasladarse a universidades fuera de Salta pudieran acceder a estudios superiores. Con empeño y constancia, teniendo muy clara la meta, distrajo horas de su trabajo profesional para dedicarse al logro de la Universidad Pública y Gratuita, la UNSa. Así se convirtió en Delegado Organizador, con funciones de gestión y en su carácter de ingeniero, se dedicó al proyecto de ejecución de las obras en Campo Castañares".

Fabiana Laguna, doctora en Física por el Instituto Balseiro, recuerda a su maestro con estas palabras: "Siempre hablaba de su real vocación y de la alegría que le producía haber podido dedicarse a la enseñanza en el ámbito universitario y a la investigación en física teórica. Era un docente excelente, incansable en la búsqueda de estrategias para llevar conocimiento a sus estudiantes. Me dejó huérfana pero llena de enseñanzas, convirtiéndose para siempre en un faro que señala la dirección hacia donde quiero ir".

También lo recuerda Víctor Passamai, ingeniero químico y doctor en Física por la Universidad Nacional de Salta y profesor titular de Física, quien fue uno de sus discípulos directos. Al respecto señala: "El profesor Roberto Germán Ovejero fue un hombre que dedicó su vida a hacer Ciencia y tratar de desentrañar los secretos del Universo, a través de la Física y la Matemática para describirlo. Ovejero era, sobre todo, un señor, con mayúsculas. Apasionado por la Universidad, a la que tanto quería. Habrá que esperar, como la historia de la humanidad lo hizo con otros grandes hombres, que el tiempo permita a muchos ver lograda su obra".

Carlos A. Alonso Benavides, presidente del Centro de Residentes Españoles de Santa Cruz (Bolivia) y que en la década de 1970 trabajó como proveedor de áridos en la obra de la universidad, dice: "...es el espíritu del ingeniero Roberto Germán Ovejero autor y actor de la creación y construcción de esa casa de altos estudios. Él hizo suyo el proyecto de una gran universidad para Salta alumbrado en la vieja Universidad de Tucumán y lo llevó a cabo en toda su magnitud. Ladrillo por ladrillo supervisó toda la construcción. Se aseguró de que las empresas constructoras intervinientes fueran preferentemente locales con ingenieros y personal salteños; quiso que todos los materiales que se usaran fueran de provisión local, gravas, cementos, cal, ladrillos, maderas... y todos de proveedores salteños en preferencia. Era un salteño muy identificado con su tierra".

El Ing. Juan Francisco Ramos era decano de Ciencias Exactas de la UNSa al fallecer el Ing. Ovejero, y entre otros conceptos lo despidió con estas palabras: "Como era un espíritu libre que siempre dijo lo que sentía y pensaba, podríamos decir que también nos

enseñó a sentirnos libres y a expresar con libertad nuestras opiniones. Nos alentó en nuestra vocación y en nuestro trabajo”. En mi carácter de coeditor del libro junto a Roberto Ovejero (h), entre otros conceptos señaló: “Roberto Germán Ovejero es uno de los artífices y pilares fundadores de la actual Universidad Nacional de Salta. Matemático y físico de nota tuvo un papel preponderante en la enseñanza y en la investigación. Estas palabras son un homenaje a su memoria en el marco de la publicación de un texto inédito donde Ovejero nos cuenta una versión objetiva de los hechos que ocurrieron durante su paso al frente de la institución. Sin duda, en la galería de salteños ilustres y poco conocidos para las nuevas generaciones resalta la figura del Ing. Ovejero. Entre la pléyade de hacedores de la actual Universidad Nacional de Salta, el Ing. Ovejero tuvo un papel determinante como el hombre de la transición desde la vieja Universidad Nacional de Tucumán a la joven y naciente Universidad Nacional de Salta que abrió sus puertas en 1973”.

 La “memoria” y la Justicia

Por su parte, el propio Ingeniero Ovejero dice, en su texto ahora editado, lo siguiente: “El hecho de encontrarme ya en el ocaso de mi vida, tanto desde el punto de vista académico, cuanto del biológico, hace aparecer conveniente que este testimonio sea a la vez una especie de testamento, que tal vez sirva a las generaciones futuras, que es hacia quienes siempre entendí que debe dirigirse todas las actuaciones de la generación actual, máxime cuando se trata de procesos educativos”.

Ovejero finaliza su escrito con estos comentarios: “En los cinco lustros transcurridos he recibido sinsabores y gratificaciones. 
Entre los primeros, el que más me afectó, fue la sanción de la denominada “Ley Stubrin”, al finalizar el primer período de sesiones del Congreso, una vez restablecida la normalidad institucional. Los ultrajantes considerandos de la misma empleados para justificar el apartamiento de quienes habíamos accedido a la cátedra universitaria previamente al advenimiento de las autoridades radicales, me discriminaron y me impidió durante años colaborar en las tareas de Gobierno de la Universidad.

Finalmente, la Justicia Federal falló en mi favor, y continué mis actividades de profesor titular. Entre las segundas, está el que, habiendo readquirido mis plenos derechos como consecuencia del fallo mencionado, los claustros de mi Facultad me eligieron para regir por el actual período los destinos de la misma. 
También, el que habiendo alcanzado la edad del retiro, la Universidad me distinguió otorgándome el título de Profesor Emérito. Pero la gratificación que supera a todas, es el haber logrado un grupo de discípulos dispuestos a seguir las enseñanzas que tuve la posibilidad de impartirles”.

La presentación del libro se llevó a cabo el pasado martes 16 de agosto de 2022, a las 19 horas, al cumplirse los 50 años del nombramiento de Ovejero a cargo de la delegación normalizadora. 
Los actos se realizaron en los salones del Club 20 de Febrero y contó con la presencia del señor rector de la UNSa, Ing. Daniel Hoyos; la presidenta de la Corte de Justicia Dra. Teresa Ovejero; así como decanos, profesores, alumnos, tesistas de grado y doctorales, profesionales del medio, graduados, docentes y un sinnúmero de otros interesados en el tema. Unas 150 personas se dieron cita en el lujoso salón del Club para escuchar las alocuciones en torno de la figura del Ing.

Ovejero, que fuera definido como el “hombre bisagra” entre la vieja casa de estudios dependiente de Tucumán y la nueva Universidad Nacional de Salta, que arrancó su vida con la promoción de 1973. El propio rector Daniel Hoyos, un dilecto discípulo y heredero académico como Víctor Passamai, el médico veterinario Roberto Ovejero (h) y el suscripto tuvimos alocuciones sobre distintos aspectos de aquellos momentos fundacionales. Un delicioso catering y vinos Isasmendi de alta gama, junto a músicos folcloristas locales completaron el cuadro de honor para honrar la figura del hombre que puso a funcionar a nuestra universidad y cambió para siempre la historia grande de Salta.


 

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