La muerte violenta otra vez golpeó la zona este de la capital salteña.
Poco después de las 18 un llamado alertó a la fuerza pública sobre un cuerpo sin vida abandonado en un descampado cercano al ingreso al vertedero municipal San Javier.
Decenas de curiosos llegaron hasta el lugar y, según fuentes policiales, algunos estaban en estado de ebriedad, por lo que la fuerza de seguridad tuvo que organizar un operativo de control para preservar la escena del macabro hallazgo.
Casi cuando caía la noche, familiares y vecinos de la zona habrían identificado a la persona encontrada sin vida. Según refirireron, se trataba de un joven llamado Mauro Gonzalo, con domicilio en barrio Solidaridad.
Un inmenso cordón separó a los curiosos de la zona donde debían trabajar los peritos del CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales).
Varios patrulleros y personal de Infantería llegaron, conjuntamente con un equipo del Gopar, una división policial creada para operativos de alto riesgo.
inicia sesión o regístrate.
La muerte violenta otra vez golpeó la zona este de la capital salteña.
Poco después de las 18 un llamado alertó a la fuerza pública sobre un cuerpo sin vida abandonado en un descampado cercano al ingreso al vertedero municipal San Javier.
Decenas de curiosos llegaron hasta el lugar y, según fuentes policiales, algunos estaban en estado de ebriedad, por lo que la fuerza de seguridad tuvo que organizar un operativo de control para preservar la escena del macabro hallazgo.
Casi cuando caía la noche, familiares y vecinos de la zona habrían identificado a la persona encontrada sin vida. Según refirireron, se trataba de un joven llamado Mauro Gonzalo, con domicilio en barrio Solidaridad.
Un inmenso cordón separó a los curiosos de la zona donde debían trabajar los peritos del CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales).
Varios patrulleros y personal de Infantería llegaron, conjuntamente con un equipo del Gopar, una división policial creada para operativos de alto riesgo.
De esa manera comenzaron las pericias que se extendieron hasta altas horas de la noche. Decenas de jóvenes, adolescentes y mujeres siguieron paso a paso el negro acontecimiento, que rompió con la rutina dominguera de los barrios pobres del este de la capital.
Con el correr de las horas casi todos los presentes dijeron conocer al joven Mauro Gonzalo, de 27 años, y algunos dieron pequeños detalles aunque ninguna certeza de lo realmente ocurrido en ese lugar, un descampado de monte bajo, que tiene algunas viviendas en su frente, el que da a la avenida que atraviesa el barrio Solidaridad, en su parte final, casi llegando a la rotonda que deriva hacia el Parque Industrial.
Fuentes policiales confirmaron anoche que el joven habría sido víctima de un delito violento y que presentaba a simple vista heridas en su rostro y posibles lesiones de arma blanca. Sin embargo ningún organismo oficial pudo ayudar a corroborar esta información, ya que hasta el cierre de esta edición los peritos aún trabajaban en el lugar, al igual que los investigadores asignados por la fiscalía para recabar datos sobre lo realmente acontecido.
El lugar fue señalado por los vecinos como el asentamiento Los Pinos, que se encuentra ubicado frente a la avenida Discépolo y Pontussi.
El Tribuno pudo dialogar brevemente con algunos de los jóvenes que se hallaban esperando noticias sobre Mauro Gonzalo, a quien aseguraban que conocían desde hace mucho tiempo.
Ninguno de ellos dijo nada acerca de lo sucedido y solo atinaron a manifestar que “los amigos” lo hallaron sin vida en medio de unos matorrales del terreno baldío colindante con el asentamiento.
Al lugar llegaron muchos policías de civil y varias personas ingresaron a reconocer al muchacho y a dar su versión de los hechos, que no están esclarecidos aún.
La oscuridad reinante hizo que personal de Infantería mantuviera una cerrada guardia a la entrada del terreno baldío, que se encuentra tapado de malezas y matorrales.
Dada la singularidad del lugar y la absoluta oscuridad, el trabajo de los peritos se vio complicado desde el inicio.