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La embestida a la Corte, más que una torpeza

Jueves, 19 de enero de 2023 01:39

El intento de juicio político a la Corte Suprema de Justicia impulsado por el presidente Alberto Fernández generó advertencias del gobierno de los Estados Unidos y de varias entidades internacionales preocupadas por la manoseada estabilidad institucional en un continente que se aleja de los valores de la democracia occidental.

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El intento de juicio político a la Corte Suprema de Justicia impulsado por el presidente Alberto Fernández generó advertencias del gobierno de los Estados Unidos y de varias entidades internacionales preocupadas por la manoseada estabilidad institucional en un continente que se aleja de los valores de la democracia occidental.

Asociaciones civiles y de magistrados de toda la región advirtieron sobre la amenaza que se cierne en nuestro país para la independencia de la Justicia.

La organización Human Rights Watch afirmó en su último informe anual que "en la Argentina, la retórica hostil hacia los jueces por parte de autoridades, las demoras en la designación de jueces y otras autoridades de alto nivel y la corrupción, también presente en el poder judicial, han socavado de forma progresiva el Estado de derecho".

Las ideas de "libertad", "derechos humanos" e "inclusión plena" se van degradando en la región por el crecimiento de autoritarismos, camuflados de izquierda o derecha pero todos confluyentes hacia un retroceso acelerado de la calidad institucional.

Esto ocurre en gran parte de América, y fue puesto en práctica por personajes tan polifacéticos como Donald Trump y Evo Morales, Nicolás Maduro y Jair Bolsonaro; Daniel Ortega y Cristina Kirchner, sin olvidar a la elite cubana, una reliquia en el Caribe.

En el escenario

Pero en esta misma América latina existe otro problema candente. La invasión del presidente ruso Vladimir Putin contra Ucrania, además de mostrar el rostro más espeluznante de la guerra, es detonante de un cambio en el proceso de reordenamiento mundial iniciado en la década de los '90.

El despegue de Asia, y en particular, el crecimiento de la República Popular China como superpotencia no está del otro lado del mundo, sino del otro lado del Pacífico. Tanto Estados Unidos como China tienen intereses puestos en la región, en su potencial y en su cercanía a la Antártida. China avanzó a pasos agigantados en las dos primeras décadas del siglo mientras que Estados Unidos que se distrajo por completo a partir del rechazo al acuerdo ALCA, en 2005, en Mar del Plata, ahora quiere volver a ocuparse.

América latina es escenario de esa pugna. La Argentina, con interesantes reservas de cobre, litio y oro, un enorme potencial en agroalimentos y un avance en tecnología nuclear muy sólido debería tomar conciencia sobre el rol que ocupa. Para eso se requiere una mirada internacional y una estrategia diplomática de la que carece actual gobierno.

El escudo que no protege

La teoría del "lawfare" y las diatribas contra la prensa independiente son el escudo protector que busca la vicepresidenta Cristina Kirchner y que han llevado a Fernández a intentar voltear a la Corte Suprema, reformar la Justicia, ampliar en número de miembros del máximo tribunal del país y paralizar el Consejo de la Magistratura. Esos impulsos están expresados en la andanada de 27 proyectos que el presidente envió al Congreso Nacional para que los trate en el período de sesiones extraordinarias. Justamente en el receso de un año en el que el parlamento sesionó 14 veces.

Todo esto se parece mucho a las maniobras contra la Justicia y el Parlamento protagonizadas en su momento por Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales, Pedro Castillo, Alberto Fujimori y, desembozadamente, Jair Bolsonaro, quien nombró ministro de Justicia al juez que había condenado a prisión al líder del PT y actual presidente de Brasil Lula da Silva.

Este ambiente enrarecido de América latina preocupa, y mucho, por la amenaza a la democracia y a los derechos humanos, que se suma a la pobreza y a la violencia social creciente.

La embestida contra la Corte muestra la inconsistencia de Fernández. Se fundamenta en un fallo, no en una irregularidad. Ataca a un dictamen desfavorable para su presidencia pero favorable para todas las provincias. Al ordenar la devolución de los recursos coparticipables que le quitaron a la CABA, para perjudicar al opositor Horacio Rodríguez Larreta, y que entregaron al oficialista Axel Kicillof, la Corte ratificó un interés vital para los habitantes de cada distrito, que es la intangibilidad de la coparticipación. La orden judicial es que los fondos que se restituyan salgan de donde tienen que salir, de la parte de la coparticipación que corresponde al Tesoro que administra el poder central; de la fuente que debió proveer la multimillonaria ayuda que recibió el gobernador bonaerense desbordado por la insurrección policial en 2020.

El gobierno de los Estados Unidos no hizo un pronunciamiento formal pero desde la subsecretaría de Asuntos del Hemisferio Occidental llamó a "respetar las instituciones democráticas y la separación de poderes". Joe Biden y su equipo saben de la competencia tecnológica y comercial que debe librar con China en nuestra región; conoce las avanzadas de Putin y, también, la ambivalencia permanente de nuestro gobierno que constantemente acude a su ayuda a través del ministro Massa y del embajador Jorge Argüello; también observa de los romances al descubierto con Xi Jinping, los halagos a Putin (que siempre nos cuestan caro) y los coqueteos con Irán. La advertencia, entonces, no sorprende a nadie. Habría que adivinar como piensa Massa salir de la encrucijada.

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