El brutal homicidio que sufrió un joven de 32 años en una calle de la ciudad de Orán aún no tiene detenidos, aunque fuentes de seguridad de ese distrito destacaron que la investigación tiene ya una línea que podría conducir al esclarecimiento del sonado caso, que se produjo apenas unos días atrás. La opinión pública de la ciudad de frontera se encuentra sensibilizada por un sonado caso policial ocurrido en 2006, el homicidio de Liliana Ledesma, que se juzga justamente en esa ciudad.
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El brutal homicidio que sufrió un joven de 32 años en una calle de la ciudad de Orán aún no tiene detenidos, aunque fuentes de seguridad de ese distrito destacaron que la investigación tiene ya una línea que podría conducir al esclarecimiento del sonado caso, que se produjo apenas unos días atrás. La opinión pública de la ciudad de frontera se encuentra sensibilizada por un sonado caso policial ocurrido en 2006, el homicidio de Liliana Ledesma, que se juzga justamente en esa ciudad.
El homicidio del joven se produjo alrededor de las 7.30 del lunes. El hombre murió de un único y certero disparo de arma de fuego que le impactó en el tórax.
El cuerpo de la víctima quedó tendido en calle Mario Silva y Alvarado en el macrocentro de Orán.
El alerta fue recibido en el sistema de emergencia 911 minutos después de la detonación mortal, que al decir del vecindario no habría tenido testigos oculares.
La opinión pública de la ciudad del norte ya tiene una palabra para naturalizar un crimen: ajuste de cuentas. Aunque suene violento, de esa manera pareciera que la muerte no es tan cruel.
Cuando éstos salieron a la calle tras la detonación se encontraron con el cuerpo del hombre tendido en el suelo, rodeado de su propia sangre.
La policía llegó al lugar y pidió la presencia de un médico que constató la muerte de la víctima. Allí se realizaron las pericias correspondientes y se dio intervención al personal de Graves Atentados para investigar las circunstancias en las que mataron al hombre y la búsqueda del posible móvil del espantoso atentado, ocurrido a plena luz de sol en una ciudad que ya no se asombra.