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13 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La Anfisbena y los derechos laborales

Sabado, 11 de noviembre de 2023 02:40

Jorge Luis Borges en su "Libro de los seres imaginarios" recuerda a la Anfisbena, un monstruo de dos cabezas con forma de serpiente. Según la mitología griega, la Anfisbena había nacido de la sangre que goteó de la cabeza de la gorgona Medusa cuando Perseo voló sobre el desierto libio con ella en su mano. Pero los monstruos de dos cabezas no son criaturas exclusivas de la mitología griega. En la civilización azteca era frecuente encontrar representaciones de serpientes (uno de sus dioses más conocidos, Quetzalcoatl, era representado como una serpiente emplumada) y la serpiente de dos cabezas era llamada Maquizcoatl. Se decía que, cuando se volvía agresiva, las dos cabezas podían llegar a enfrentarse en un duelo a muerte.

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Jorge Luis Borges en su "Libro de los seres imaginarios" recuerda a la Anfisbena, un monstruo de dos cabezas con forma de serpiente. Según la mitología griega, la Anfisbena había nacido de la sangre que goteó de la cabeza de la gorgona Medusa cuando Perseo voló sobre el desierto libio con ella en su mano. Pero los monstruos de dos cabezas no son criaturas exclusivas de la mitología griega. En la civilización azteca era frecuente encontrar representaciones de serpientes (uno de sus dioses más conocidos, Quetzalcoatl, era representado como una serpiente emplumada) y la serpiente de dos cabezas era llamada Maquizcoatl. Se decía que, cuando se volvía agresiva, las dos cabezas podían llegar a enfrentarse en un duelo a muerte.

Hoy los argentinos nos enfrentamos a un horrible engendro bicéfalo, con dos cabezas que se pelean a muerte. Aunque una importante mayoría querría arrancarle las dos espantosas cabezas; por una cruel ironía de las circunstancias nos vemos compelidos a elegir entre una y otra. Pero en vez de matarla debemos darle nuestro apoyo a una para que aniquile a su indeseada compañera.

Muchas voces nos dicen que no podemos abstenernos de apoyar a una de las dos, que tenemos un deber moral de optar. Que, si nos abstenemos, indirectamente vamos a favorecer a la ganadora de esa extraña lucha. íPero claro que favorecemos a la ganadora! Pero hasta que una se haya engullido a la contraria no sabremos cuál es la ganadora. En una primera vuelta una ganó estrechamente ese primer combate, pero ahora pitonisas, brujos y augures pronostican el triunfo de la otra horrorosa cabeza. El voto en blanco, dicen los fariseos de la corrección política, sería favorable a alguna de ellas. ¿Por qué obligarnos a elegir? Dicen que debemos optar por el mal menor. Pero, aunque votar por el mal menor no es tan grave como votar por el mayor, sigue siendo malo. Por suerte para los electores, siempre existe la opción de evadir el mal al abstenerse o votar en blanco. Al no votar por ninguno de los dos males podemos decir que no nos volvemos partidarios de su mal.

Los votos en blanco tienen plena validez jurídica. Si bien no traducen una voluntad positiva del sufragante en beneficio de ningún candidato, constituyen ciertamente una expresión de voluntad política legítima, admitida expresamente por la ley, ya sea que importen legítimo disenso respecto a la totalidad de los candidatos en pugna, traduzcan la indecisión del sufragante, o tengan cualquier otro significado que el ciudadano y elector haya podido atribuirle como manifestación de su voluntad política. íViva el voto en blanco, carajo!

Las propuestas laborales

Las cabezas de nuestra Maquizcoatl nos susurran propuestas que creen nos cautivarán. Una nos promete pasarles la motosierra a todos los derechos laborales conquistados durante siglo y medio de luchas obreras en todos los países civilizados, la otra nos dice que Argentina vive en el mejor de los mundos laborales y que nada se tocará de la anacrónica legislación laboral de este abnegado país. Para esta última cabeza, que llamaremos "Mas", debe mantenerse una legislación sindical unitaria que perpetúa a corruptos dirigentes sindicales, un régimen de obras sociales que crea aberrantes desigualdades, una cobertura de riesgos laborales que enriquece escandalosamente a sus administradoras, un régimen de despidos con indemnizaciones agravadas exorbitantes, un sistema que le da igual tratamiento a la empresa multinacional que a las micropymes, etc. etc.

La otra cabeza, que llamaremos "Mil", que se caracteriza por sus propuestas de imposible cumplimiento y desconocimiento de los principios básicos de nuestra sociedad; se ha referido a la justicia social como "aberrante" (ignorando la medulosa construcción que en torno a ella elaboró la doctrina social de la iglesia). De nuestra Constitución ha dicho que es "inmunda" y del artículo 14 bis que "constituye el cáncer del país". No sabemos si estas ideas las sostiene en estos momentos el candidato libertario porque las va acomodando minuto a minuto. Prometió "derogar" el artículo 14 bis sabiendo que ello es imposible jurídica y políticamente, entre otras cosas porque no tendrá mayoría parlamentaria ni para ordenar el tránsito.

Recordamos que el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, en su primer párrafo dice entre otras cosas: "El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial". ¿Ignora el anarco capitalista que cada una de estas normas tiene su respaldo en numerosos tratados de derechos humanos celebrados por los países civilizados? ¿O prometerá que va a derogar la legislación mundial? ¿Le va a negar al trabajador, condiciones dignas y equitativas de labor, la limitación de su jornada, la retribución justa, las vacaciones o la protección contra los despidos arbitrarios?

El voto en blanco afianza la democracia, convoca a los ciudadanos a no ser títeres que se entregan a las locuras de sus dirigentes. Y por eso mismo el voto en blanco abre una senda, un camino, una señal de decisión. Difícilmente alguien se arrepienta de haber votado en blanco, pero con estas opciones muchos ciudadanos, probablemente, deplorarán haberse dejado seducir por el mal menor. Repito no quiero ninguna de estas cabezas, ni "mil" "más" como estas.

 

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