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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Diego Castro: un pobre fallo y otra muerte que quedó impune

Un trabajador de una marmolería murió al ser arrollado por una conductora ebria. Su familia siente y reclama que la Justicia salteña le "dio la espalda".
Lunes, 20 de noviembre de 2023 04:23

"Volvé hermano mío, mi corazón está destruido", es la frase que colocó hace algunas semanas Sol Castro, de 36 años, en su perfil de WhatsApp. Palabras que tienen como destinatario a Diego, pero él nunca podrá leerlas, porque murió a manos de la conductora de un auto, que infringiendo toda norma de seguridad vial se estrelló contra una marmolería y en el trayecto arrolló brutalmente al joven. Otra de las tantas causas penales que dejaron gusto a impunidad y una enorme herida de indignación e injusticia en quienes amaban, conocían o pudieron enterarse del caso.

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"Volvé hermano mío, mi corazón está destruido", es la frase que colocó hace algunas semanas Sol Castro, de 36 años, en su perfil de WhatsApp. Palabras que tienen como destinatario a Diego, pero él nunca podrá leerlas, porque murió a manos de la conductora de un auto, que infringiendo toda norma de seguridad vial se estrelló contra una marmolería y en el trayecto arrolló brutalmente al joven. Otra de las tantas causas penales que dejaron gusto a impunidad y una enorme herida de indignación e injusticia en quienes amaban, conocían o pudieron enterarse del caso.

Ocurrió el 3 de junio de 2017, sobre la colectora de la avenida Paraguay, en cercanías de Villa Palacios. Producto del tremendo impacto Diego, quien tenía 35 años, quedó con sus piernas destrozadas, prácticamente diseccionadas. Tuvieron que amputárselas en el hospital San Bernardo, pero no resistió y murió de un paro cardíaco. Junto a un hombre, la conductora que embistió de manera mortal al joven trabajador circulaba a una velocidad no permitida y las pruebas de alcoholemia le dieron resultado positivo.

El 14 de marzo de 2019 la Sala V del Tribunal de Juicio de esta capital condenó a María Belén Méndez García Zavaleta, la conductora del vehículo, un Ford Focus color gris, a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional por homicidio culposo en accidente de tránsito calificado por conducir con exceso de velocidad, con inhabilitación para manejar vehículos durante diez años.

El tribunal conformado por Marcelo Rubio (presidente), Mónica Faber y Martín Pérez también ordenó que la imputada y condenada debía cumplir con reglas de conducta, como abstenerse de consumir estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas, entre otras, y realizar trabajo comunitario cuatro horas semanales en la Fundación Hope.

"El juicio nos dejó mucha desazón, un sabor a nada. Fue terrible porque nosotros confiábamos en la Justicia. Teníamos pruebas contundentes, como el video que comprobaba la velocidad. Sabíamos todos los datos de la causa. Yo decía: 'Bueno, por fin vamos a tener Justicia'. La muerte de mi hermano no va a quedar impune", relató Sol Castro a El Tribuno.

Y añadió: "Incluso muchas personas nos dijeron que íbamos a sentar un precedente, que la condena iba a ser ejemplar para que no haya más Diegos, y lamentablemente no, nos dieron la espalda, se nos rieron en la cara".

Decepción, bronca e impotencia fueron los sentimientos que invadieron a la familia de Diego tras el fallo. "Me sentí desahuciada. Ese fue el peor día de mi vida. Mi familia quedó destruida por completo y nosotros no volvimos a ser los mismos", expresó Sol entre lágrimas.

Las imágenes

Se refirió que al video del hecho, prueba que consideraba fundamental, y trataba de no mirarlo. "Me invitaron a programas de televisión en vivo, donde lo pasaban y yo trataba de no mirarlo porque ese día cuando mi hermano estaba en el hospital y después lo trasladaron al CIF para las pericias me empezaron a llegar fragmentos del video y fotos de cómo había quedado mi hermano. Desde ese día mi cabeza no está tranquila. Ver eso en el juicio fue fuertísimo", manifestó visiblemente quebrada.

Tras el fallo la familia decidió insistir y no darse por vencida. Su abogada, la doctora Gabriela Arellano, presentó un escrito para que vaya a Casación, pero se lo rechazaron y confirmaron que el fallo estaba bien. "Directamente no dieron ni vueltas, no lo estudiaron para nada y dejaron todo así", sostuvo Sol.

Añadió que los fundamentos no están bien elaborados. "Son una burla. Cuestionaron a nuestra abogada, hicieron comparaciones con otros casos que no tienen nada que ver y lamentablemente se cerraron en eso. No sé qué hubo en el medio, no sé qué personas estuvieron implicadas para que esto se haya dado así. Uno siente que a la persona que tiene poder se le permite todo, sobrepasar todos los límites y avasallar los derechos de los demás como si nada, incluso acabar con la vida ajena", expresó.

"Mi papá murió porque no aguantó tanto dolor"

En medio de la desilusión que significó el juicio en su jornada final, la mujer recordó cómo fue el proceso del juicio. "La culpable de la muerte de mi hermano se mostró como si fuera la víctima. Dijo que estaba mal, que sus familiares estaban enfermos. Dijo que ella también había pasado el accidente y pidió perdón pero fue como de forma obligada, sin sentimiento, no era real", aseguró Sol Castro.

Contó que su hermano era bueno, callado, trabajador y compañero con su familia, compuesta por un total de 12 hermanos. Cuando llegaba a casa les contaba cómo había sido su día, el trabajo y siempre estaba predispuesto.

"Ayudaba para cubrir los gastos. Si a mi hija le faltaba algo enseguida él se lo compraba. Era muy apegado, principalmente a mi papá, que vivía con él, y que murió un año después del fallecimiento de Diego porque no aguantó tanto dolor. Es que otra hermana, María Cristina, había muerto nueve días antes por una enfermedad y mi papá ya venía con Parkinson y demencia senil. No resistió tanta angustia. Todo fue muy fuerte", sostuvo con la tristeza de una hija que tuvo que soportar tanto dolor.

Sol contó que también tuvieron un conflicto con la empresa cerámica, donde Diego trabajaba. "Estuvo más de diez años trabajando ahí. Hacía los pisos, baldosas, instalaba mesadas. Era un trabajo bastante pesado pero tenía unas jornadas en negro y otras en blanco entonces cuando pasó todo el dueño se desentendió. No quería aportar las filmaciones de ese día. La Justicia lo tuvo que obligar. Creo que todo eso fue porque mi hermano no tenía seguro y cuando empezó la investigación, para los de la cantera fue fácil decir que era un chico que solamente estaba haciendo pegatina de carteles, cuando no fue así, porque mi hermano estaba sacando un cartel de su trabajo", aseveró.

¿La diversión es solo consumiendo alcohol?

"Hay muchas personas que están equivocadas y piensan que no hay diversión si no toman alcohol. Esta mujer mató a mi hermano que estaba trabajando, que tenía un futuro por delante, arruinó a toda mi familia pero sigue viviendo. No sé si tendrá cargo de conciencia o no, porque si volvió a manejar, evidentemente no", sostuvo Sol, hermana de Diego.

Hace un tiempo Sol recibió un llamado telefónico que la dejó muy preocupada. "Me dijeron que a la culpable de la muerte de mi hermano la vieron manejar un vehículo. Todavía no se cumplieron los diez años. Le dije a esa persona que necesito fotos o videos para tener pruebas".

"La responsable conocía bien el lugar donde arrolló a mi hermano. Sabía bien cuál era la velocidad permitida pero iba rapidísimo. Estaba alcoholizada y desvelada", añadió.

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