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"El trabajo contra la violencia de género no es de una sola área del Gobierno ni solo en prevención"

Jueves, 23 de marzo de 2023 02:24

La secretaria de Mujeres, Género y Diversidad de Salta, Itatí Carrique, dialogó con El Tribuno sobre la situación de la violencia de género en la provincia tras el cuarto caso de femicidio desde que comenzó el año.

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La secretaria de Mujeres, Género y Diversidad de Salta, Itatí Carrique, dialogó con El Tribuno sobre la situación de la violencia de género en la provincia tras el cuarto caso de femicidio desde que comenzó el año.

La funcionaria hizo hincapié en el trabajo mancomunado entre diversas áreas del Gobierno para hacer frente a las diferentes vulnerabilidades que sufren las mujeres en Salta.

¿Cómo ve la situación de la violencia contra las mujeres luego del último femicidio?

Vemos la situación con preocupación. Según nuestros registros provisorios, en lo que va del año tenemos cuatro casos que son investigados bajo la carátula de femicidio. Desde que comenzó 2023, hubo mujeres que fueron halladas muertas en sus hogares o en la vía pública y muchos de ellos se desestimaron porque eran suicidios o porque, luego de investigar, fueron modificadas las carátulas.

¿Estos cuatro que siguen con la carátula de femicidio cuáles son?

Los de Alejandra Cardozo, Rosa Aranda, el último; uno, en Rosario de la Frontera y otro, en Orán.

¿Cómo trabajan desde el Gobierno con la ley de emergencia por violencia de género?

Cuando hay un femicidio, el área que interviene directamente es la Secretaría de Justicia.

En muchos de los casos hicimos intervenciones articuladas con otras áreas, por la presencia de niños, de hijos de víctimas, a los que había que asistir en situaciones de mucha vulnerabilidad, como en el caso de Alejandra Cardozo.

Los femicidios siguen sucediendo porque nuestra sociedad sigue siendo machista y patriarcal; todavía no logramos desarmar esta idea de la mujer como propiedad y como objeto.

¿Qué acciones realizan?

Todo lo que hacemos hoy en día: capacitaciones, sensibilizaciones, acciones directas con mujeres que sufren violencia, todo eso va a mostrar resultados en el mediano plazo. Estas buscan la deconstrucción de nuestra matriz cultural.

Un femicidio es el caso máximo de violencia contra una mujer, es la punta del iceberg. Debajo de eso tenemos un montón de cosas que requieren la intervención del Estado y del Poder Judicial. En esas intervenciones trabajamos para ser cada vez más precisos, cuidadosos y articular.

Hay casos de femicidio en los que no tuvimos luz de alarma antes, como el de Alejandra Cardozo. Desde la Secretaría y desde la Justicia no hubo nada que nos alertara de que ella era víctima de violencia.

Hay casos donde intervenimos, asistimos, hay medidas de la Justicia y, a pesar de eso, se llega a un femicidio. Estos son aquellos en los que el Estado, tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Judicial, no tomó las medidas necesarias...

En esta instancia de prevención es donde más podemos hacer para evitar llegar a un femicidio y donde más tenemos que mejorar y articular nuestro trabajo.

Esta no es una tarea que hace una sola área. La Secretaría asiste y brinda asesoramiento a mujeres que sufren violencia. Hay otras, como la Justicia, que toman medidas y tienen la potestad de que se cumplan.

En muchos casos, asistimos y no siempre se llega a una denuncia por parte de la persona. En casos graves, en los que nosotros tenemos alerta, hacemos denuncias de oficio. Esa mujer está en una situación de mucho peligro y vulnerabilidad y como funcionarios públicos tenemos el deber de actuar.

¿Y cuando hay un femicidio?

El interés esporádico que surge cuando hay un femicidio, sobre todo, en algunos sectores de la sociedad, tiene que ser sostenido en el tiempo y no debe quedar solo una reacción al hecho grave. Tiene que ser una acción permanente y coordinada.

Cuando hablamos de violencia o femicidio, intervenimos muchas personas en ese proceso.

Lamentablemente vemos que siempre se desestima y no se le da la importancia real que tienen la sensibilización y las capacitaciones permanentes.

¿En qué sentido lo dice?

Cuando aparecen los casos de femicidios que no refirieron ninguna luz de alerta antes, lo que encontramos es que hay mujeres que todavía no logran identificar que sufren violencia. Cuando una persona no registra que es víctima de violencia, no puede denunciarlo ni pedir ayuda.

Las capacitaciones, el hablar de esta problemática y el brindar herramientas son parte del trabajo que nos lleva a mitigar a mediano plazo la violencia.

Desde que comenzó el año, parece que hubo muchos hechos de violencia... ¿Lo ven así también?

Vamos casi tres meses desde que comenzó el año y tenemos cuatro femicidios. Aunque tengamos uno, es mucho, porque muestra la vulnerabilidad de las mujeres. Hablamos de la vida de mujeres, a las que nuestra sociedad sigue vulnerando de muchas maneras.

Me parece que es necesario reflexionar... Tenemos cuatro casos que se investigan como femicidios de todas las muertes de mujeres que se vieron en los medios.

Hay un alto porcentaje de suicidios: ¿por qué tenemos mujeres que llegaron a la decisión de quitarse la vida? ¿En qué situación estaban? Las mujeres tenemos un alto grado de vulnerabilidad, no conseguimos trabajo con facilidad, no podemos estudiar, tenemos salarios muy bajos, somos la masa más grande que sufre la pobreza en nuestra sociedad. Al analizar cada caso de suicidio, se ve la vulnerabilidad de estas mujeres.

Una mujer que llega a la instancia de quitarse la vida capaz que no podía darle de comer a sus hijos, no conseguía trabajo, no tenía condiciones dignas de vida, sufría en un contexto en el que toda nuestra sociedad pasa por una situación crítica a nivel económico y social.

Hay que pensar en cuánto repercute el trabajo de otras áreas para que la violencia contra las mujeres cese.

¿Qué quiere decir?

Una mujer que tiene la posibilidad de trabajar, que tiene un salario digno y que puede estudiar tiene más herramientas para salir más fácil de una situación de violencia y no llegar al extremo de un femicidio.

El trabajo no es ni de una sola área del Gobierno y no es solo en prevención de violencia. El trabajo es mucho más grande: es necesario que veamos todas las otras vulnerabilidades que tienen las mujeres para ver cómo las atacamos, cómo luchamos contra ellas y cómo achicamos estas desigualdades para que las mujeres no estén en una situación de vulnerabilidad total.

¿Qué desafíos tiene el Gobierno para tratar de salir de esta situación?

El desafío más grande es esto que digo: que trabajemos articuladamente desde todo el Estado para achicar las brechas de desigualdad que hay para las mujeres.

Desde que se creó la Secretaría, insistimos muchísimo en la necesidad de trabajar con una visión más amplia, que no se ocupe solo de la asistencia y abordaje de la problemática de la violencia de género, porque la verdad es que, cuando está el hecho de violencia, aun cuando no sea un femicidio, ya llegamos tarde.

Por eso, tenemos programas como Constructoras, Programadoras y trabajamos para que las mujeres se incorporen a la minería. Creemos que la solución es darles herramientas para la autonomía económica y que eso impacte en el mediano plazo en la cuestión de la violencia.

Cuando una mujer llega a pedir asistencia porque es víctima de violencia, nosotros vemos detrás de ese caso una mujer que en general no tiene vivienda, no tiene trabajo, no tiene posibilidad de sustentarse sola. Eso habla de todas estas vulnerabilidades.

 

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