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La pobreza moral

Viernes, 31 de marzo de 2023 02:40

El diccionario define a la pobreza como: "escasez o carencia de lo necesario para vivir". La Organización de las Naciones Unidas por su parte la considera "condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información".

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El diccionario define a la pobreza como: "escasez o carencia de lo necesario para vivir". La Organización de las Naciones Unidas por su parte la considera "condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información".

Existe más de una clase de pobreza, porque el ser humano tiene, a simple vista, varios tipos de necesidades, todas igualmente válidas. La pobreza de nuestro pueblo es mucho más amplia que tan solo la carencia de ingresos. Nuestra sociedad tiene una pobreza moral, significativamente mucho más importante que la pobreza económica.

Moral es el conjunto de costumbres y normas que se consideran buenas para juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad. Hoy, los hechos nos habilitan a pensar que estamos en presencia de esa pobreza moral.

Una líder juzgada y sentenciada como culpable de defraudación al Estado que se autoproclama proscripta mientras deshoja la margarita de una candidatura y sigue en funciones manejando con discrecionalidad los fondos públicos, situación por demás contradictoria que denota la falencia de nuestras leyes.

Gobiernos provinciales que en educación primaria promueven la no repitencia para evitar la deserción escolar y cuyo resultado es que los alumnos completan el ciclo sin haber alcanzado los contenidos mínimos que puedan garantizar el debido conocimiento. Conclusión: egresados ignorantes, educación decadente.

Gobiernos provinciales que no dan clases por las altas temperaturas ya que los edificios no cuentan con ventiladores, pero como contrapartida se regalan viajes "de fin de curso" secundario, estadías y excursiones, en un marco de adoctrinamiento que ya ni se disimula.

Los aparentes suicidios de Juan Castro y Alberto Nisman. La realidad grita en el silencio una verdad que no se traslada a los estrados judiciales porque no resulta conveniente a un poder omnipotente y hegemónico que no se condice con lo que debería estar imperando en un régimen democrático.

Dos atentados contra la AMIA y a la Embajada de Israel que después de treinta años siguen esperando Justicia.

Naturalización de planes sociales vitalicios, que institucionalizan la pobreza de manera definitiva.

Cortes de calles, rutas y acampes donde inescrupulosos "dirigentes sociales" abusan de las necesidades de muchas personas y avasallan los derechos humanos de adultos y menores, frente a la aquiescencia oficial.

El ataque al Poder Judicial, en un claro intento desestabilizador del régimen democrático.

Todos estos son indicios de pobreza moral. El gran desafío que debe enfrentar la sociedad argentina para retornar a su destino de grandeza que algún día supimos conseguir.

 

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