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Mateo, un hincha baleado en la cancha por la policía, perdió un ojo

Le diagnosticaron "desprendimiento de retina", él y su familia están devastados. "Exigimos justicia, a mi hijo de 19 años le arruinaron la vida", sostuvo la madre.
Domingo, 30 de abril de 2023 00:00

Una mala práctica policial llamada "despeje" en el estadio Padre Martearena le costó un ojo a un joven que nada tenía que ver con un posible desmán que ocurría, como siempre, en la zona de boleterías.

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Una mala práctica policial llamada "despeje" en el estadio Padre Martearena le costó un ojo a un joven que nada tenía que ver con un posible desmán que ocurría, como siempre, en la zona de boleterías.

Aquel domingo, el despeje fue una atropellada policial que incluyó una balacera de proyectiles de goma, disparados sin miramientos en contra de los hinchas y de las personas que esperaban para comprar un boleto de entrada.

Así las cosas, un joven de 19 años terminó lesionado gravemente en uno de sus ojos y tras permanecer en observación finalmente le comunicaron que la visión de ese ojo era irrecuperable.

El domingo 9 de abril pasará a ser uno de los días más nefastos para un joven de 19 años y su familia. Lo que debía ser una jornada dominguera de fiesta en el marco de un partido de fútbol, pasó a ser una pesadilla, para Mateo el infierno mismo.

Ese día, el muchacho fue víctima de la represión policial en Salta, mientras hacía fila esperando el boleto para ver al Club Central Norte fue perseguido por uniformados que a los tiros llevaban a cabo lo que llaman el "despeje". Sin embargo, una de esas balas terminó impactando en el ojo derecho del joven, quien ayer recibió la peor noticia: la pérdida de su ojo.

Pese al horror vivido hace dos fines de semana en inmediaciones del estadio Padre Martearena, en la zona sur de Salta capital, el joven y su familia tenían la esperanza de que el ojo dañado podía recuperarse. Sin embargo, ayer "fuimos al médico, tuvimos que pagar uno particular dada la grave situación que tiene que atravesar mi hijo, y nos confirmó que perdió su ojito a raíz del desprendimiento total de retina", contó Mabel, madre de la víctima.

El muchacho, padre de un bebé de un año, no tiene ánimo para nada, al igual que su madre y su familia quedaron devastados por el diagnóstico médico, ahora el joven deberá seguir un tratamiento con determinadas gotas para no llegar a una cirugía donde incluso podría perder el ojo de forma física. Algo que lo golpea aún más, ya que su discapacidad se haría aún más visible.

La mamá del muchacho lesionado por un perdigón perdido disparado indiscriminadamente sobre los hinchas de fútbol esa tarde en el estadio Padre Martearena dijo a El Tribuno: "Él es un chico de 19 años, con un hijito, comenzaba a trabajar y hacer cosas por su pequeño y con todo esto se vino abajo emocionalmente.

La madre se sinceró y explicó: yo lo hablé y le trato de dar ánimo, le digo que tiene que seguir por su hijo, que no tiene que bajar los brazos. Es algo que a su edad lo marca para siempre, no solo emocionalmente sino en su capacidad para generar recursos para sí y su familia.

Es difícil aceptarlo, claro que sí -dijo su madre-, porque mi hijo no hizo absolutamente nada para que le pase una cosa semejante, un horror es lo que le hicieron", apuntó Mabel.

Al ser consultada por la situación legal del caso, la mujer sostuvo que no saben nada, "a mi hijo lo hicieron ir a la Ciudad Judicial donde lo tuvieron casi dos horas ratificando todo lo que había denunciado, pero después no hay más nada incluso le dijeron que probablemente las cámaras de seguridad que hay en el Martearena no tengan las imágenes porque duran solo tres días, no sé si eso será así".

Luego enfatizó: "Esto no puede quedar en la nada, a mi hijo le arruinaron la vida, por favor suplico que alguien haga algo, fue una salvajada lo que hicieron", apuntó la madre de Mateo dispuesta a luchar para que se haga justicia por su hijo.

El hecho

Mateo, la joven víctima de la represión policial en Salta, contó: "Ese domingo me fui temprano para sacar la entrada. En un momento cuando estaba en la fila para adquirir el boleto, hubo un enfrentamiento entre barras bravas y la Policía nos empezó a correr". El joven sostuvo que en determinado momento se dio vuelta y recibió el certero disparo en el ojo izquierdo.

"Yo estaba aparte, no tenía nada que ver con el quilombo, fui con mi cuñado y su pareja, Infantería comenzó a correr a todos, disparaban balas de goma y pintura y ahí fue cuando me metieron un tiro en el ojo. Antes yo les decía a los policías que ya estaba, por qué nos corrían si no habíamos hecho nada, pero se ensañaron y nos corrieron hasta el descampado", es la declaración del muchacho en la edición de El Tribuno del 16 del corriente mes. Al parecer, y según contó Mateo, el uniformado que le disparó de frente estaba a unos 15 metros de distancia.

Cruz, el antecedente

Lo que sufrió Mateo, la pérdida de uno de sus ojos, se repite con lo sucedido con Luciano Cruz, otro joven de 19 años a quien la Policía de Salta reprimió y le hizo estallar el ojo derecho.

Ocurrió en el barrio Norte Grande cuando el muchacho se encontraba en la puerta de su casa charlando con un amigo, en ese momento irrumpió un móvil policial desde donde descendieron varios efectivo que comenzaron a disparar. Luciano perdió un ojo producto de un impacto de proyectil de posta de goma.

 

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