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"Claro que hay salida a la crisis: tenemos los recursos y hay que ponerlos en orden"

Domingo, 04 de junio de 2023 02:32

"Mi esperanza en la recuperación de la Argentina está puesta en los recursos humanos", asegura Juan Carlos Sánchez Arnau, hoy coordinador del Equipo Económico de la Fundación Encuentro Federal. "Que en esta crisis haya habido personas capaces de crear 11 unicornios, empresas tecnológicas con un capital de US$ 10.000 millones es una demostración de capacidad para crear empresas exitosas en las peores condiciones".

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"Mi esperanza en la recuperación de la Argentina está puesta en los recursos humanos", asegura Juan Carlos Sánchez Arnau, hoy coordinador del Equipo Económico de la Fundación Encuentro Federal. "Que en esta crisis haya habido personas capaces de crear 11 unicornios, empresas tecnológicas con un capital de US$ 10.000 millones es una demostración de capacidad para crear empresas exitosas en las peores condiciones".

Fogueado en los tiempos de la hiperinflación y las tormentas financieras de los '90, no se muestra amilanado ante la magnitud de los problemas que se plantearán al próximo gobierno.

La fundación que coordina forma parte de Encuentro Republicano Federal, que preside el exsenador Miguel Picchetto.

Junto con los expertos de la Fundación Hannah Arendt, del ARI; de la Fundación Pensar, del PRO, y de la fundación Alem, de la UCR, trabajan en la elaboración del plan de gobierno para 2024. "Es que vamos a ser gobierno, estoy convencido", dice Sánchez Arnau.

En esta entrevista con El Tribuno, el economista habló del "plan económico integral para alcanzar la estabilidad y volver al crecimiento".

Ese programa plantea objetivos precisos: terminar con la inflación empezando por eliminar el déficit operativo y el endeudamiento del sector público; reformar la Carta del Banco Central, de las empresas públicas y del Estado, estímulos a la producción y la exportación, reforma tributaria; profesionalización de la función pública y modernización la legislación laboral, entre ellos.

¿Hay salida para el país? Es la pregunta que nos hacemos todos…

Sí, creo que hay salida. Yo he vivido en mi vida pública circunstancias comparables. Y de todas las crisis se salió. En los años '90 me tocó ser subsecretario de Relaciones Internacionales. En los últimos 12 meses de Alfonsín hubo 3.450% de inflación; en los primeros tiempos del gobierno de Menem hubo que aplicar el plan Bonex, después de llegar al 100% en enero del '90. Se salió relativamente rápido, pero con un año de mucha contención del gasto público por parte del equipo de Erman González, que bajaron la inflación de enero a diciembre a 7 %. A partir de allí se alcanzó una recuperación que permitiría la Convertibilidad, que cambió el país en un año y medio, se terminó con la inflación y se logró una inversión muy elevada. Las privatizaciones no fueron "la venta de las joyas de la abuela" sino la modernización de empresas deficitarias. De ese modo, se cancelaron deudas e ingresaron al país de 23 mil millones de dólares. Fue un cambio sustancial, que permitió consolidar un crecimiento real de la economía del 8% anual. Es cierto, luego vino el aumento del gasto público financiado con endeudamiento externo, que fue la política de piloto automático que aplicó Roque Fernández. Hoy, asesor de Javier Milei. Lógicamente, eso nos llevó de nuevo a otra crisis. ¿Hay salidas? ¡Claro que hay salida!

Usted sostiene que "no basta con la macroeconomía". Hay que gestionar. ¿Cómo lo interpretamos?

Las políticas macroeconómicas son la restricción del gasto, prudencia en la emisión monetaria, tasas de interés, para lograr estabilidad. Pero esto no es suficiente porque además tenemos una enorme crisis social. Al mismo tiempo, esto se convierte en oportunidad, porque tenemos la posibilidad de acceder a miles de programas con mano de obra intensiva para viviendas sociales, canalizaciones, tendidos de red eléctrica. Los recursos están. Hay fondos de las provincias, de los municipios, de programas internacionales que hoy se están dedicando a actividades de muy baja productividad. Son programas con la posibilidad de movilización de mano de obra no calificada, generando trabajos formales. Y por eso hace falta renovar las legislaciones para las pymes. Tenemos recursos y experiencia, pensamos que es posible.

Además, hacen falta otras transformaciones…

La segunda parte es poner en marcha y desarrollar un amplio programa de obra pública, de generación de infraestructura vial, transporte ferroviario, de puertos… Y esto solo se puede hacer a través de la inversión privada. El Estado no tiene recursos para financiarlo; entonces lo esencial es recuperar la confianza con una política seria que ofrezca oportunidades. Eso es posible con racionalidad en las tasas de interés, la emisión monetaria y la eliminación del déficit del Estado para que el país sea atractivo. Y, por supuesto, contando con entes autónomos y profesionalizados, para que la política no siga interfiriendo en esos organismos.

Usted mencionó el olvidado "piloto automático" de Roque Fernández. Es el período en que aparecen el desempleo y la pobreza ¿No hay también un olvido de las crisis internacionales que jaquearon a la convertibilidad?

Hay una falacia instalada y es la que identifica los '90 con la pobreza. No es cierto. Desde que se tienen datos estadísticos normalizados, ese fue uno de los períodos en que la pobreza estuvo por debajo del 20%. Si, es cierto, sufrimos las crisis del Tequila, de Rusia, de los países asiáticos y finalmente, la del Real, lo que produjo desconfianza y enfriamiento de las inversiones hacia los países en desarrollo. Argentina cometió el error de pagar déficit fiscal con endeudamiento. La Argentina había tomado deuda, pero estaba canalizada a través del Plan Brady y los acuerdos con el Club de París. Pero las crisis internacionales produjeron una suba en las tasas de interés. Hay que diferenciar el instrumento monetario que fue la convertibilidad de los errores cometidos en las políticas paralelas y complementarias. Quizá hubiera sido conveniente reemplazar al dólar por una canasta de monedas de los países con los que tenemos intercambio.

Ud no apoyaría una dolarización de la economía.

Justamente… eso significa atarse a la moneda de un país con una historia inflacionaria muy prolongada. Pegarse a una moneda que se ha ido devaluando frente a otras más estables no es aconsejable.

¿No hacía falta salir de la convertibilidad?

No; simplemente, había que modificar la base de cálculo.

A partir de 2001, vuelve la inflación y desde 2011 no se detiene nunca. En la última década se duplicó el gasto público y la planta del Estado. Y la pobreza trepó del 25% al 42%...

Nosotros hacemos un análisis semestral de los datos de la pobreza y de la distribución del ingreso. Hay una pérdida real de las jubilaciones y también del salario formal. Y el escenario es claro; crece el empleo público, crece el informal, y el privado, en blanco, prácticamente no crece. Es decir, es evidente el avance de la informalidad y eso va en desmedro de los trabajadores, ya que en negro tienen menores sueldos, sin seguridad social y sin amparo sindical. Conseguir empleo formal es un milagro.

¿Qué pasa con la pobreza y la conflictividad en las provincias?

Hay infinidad de recursos del Estado de los que disponen las provincias para que la gente pueda vivir de la asistencia del Estado. Cantidad de mecanismos de redistribución del ingreso a cargo de funcionarios o legisladores. Conozco el caso de Catamarca: ese manejo de recursos del Estado ha logrado que en esa provincia, en 10 años haya disminuido el 10% el número de empresas privadas. Desaparecen porque se achican las posibilidades. Desapareció Bajo La Alumbrera y ahora está el litio. Pero no alcanza, y el Estado genera las condiciones de mera supervivencia. Hay una predilección de los gobernadores por destinar los fondos a crear empleos públicos en vez de aplicarlos en mejoras de infraestructura y servicios. Frente a eso, se cierran los caminos para la creación de nuevas empresas que generen empleo registrado. Y es importante evaluar el nivel de endeudamiento de los empleados públicos, que genera hábitos de gasto por encima de su poder adquisitivo.

Pasa con el país: se gasta más de lo que se tiene.

¡El gran problema de nuestro país! Argentina podría producir mucho más, gastar mucho más y la gente vivir mucho mejor si tuviéramos una economía ordenada, con un gasto público razonable.

¿Cómo se achica el gasto público?

Con menos ministerios, menos secretarías, menos viajes de grandes comitivas, menos autos privados y con funcionarios idóneos.

¿Cómo se profesionaliza la gestión pública?

En un espacio que funcione adecuadamente debe haber menos cargos políticos y más profesionales. Los ministros, secretarios y subsecretarios son cargos políticos, pero hasta el nivel de director, deben ser cargos de carrera, con títulos y con experiencia, estabilidad e idoneidad para garantizar que el Estado funcione como corresponde. Si se cambian todos esos cargos de carrera cada vez que cambia el gobierno, pasa lo que pasa en nuestro país: se tira por la ventana todo lo que se está haciendo y se empieza de nuevo. No hay continuidad. Por eso no hay políticas de Estado, que son las que se prolongan en el tiempo, porque nombrar amigos en cargos que deben ser profesionales lo impide.

¿Cómo se hace para reformar el Estado con una grieta ideológica y social como la que vive el país?

Mi esperanza en la recuperación de la Argentina está puesta en los recursos humanos. En quienes tienen la capacidad de explotar esos recursos naturales. Ejemplo, el desarrollo tecnológico del agro. Que en esta crisis haya habido personas capaces de crear 11 unicornios, empresas tecnológicas con un capital de US$ 10.000 millones. Una demostración de la capacidad para crear empresas exitosas en las peores condiciones. Vaca Muerta es el indicador del potencial que nos brindan los recursos naturales. Lo que nos falta es un Estado capaz de aprovecharlos.

¿Y qué garantías podemos brindar a los inversores extranjeros?

Nosotros hemos elaborados tres versiones de un proyecto de ley de inversiones extranjeras. Argentina tiene 61 acuerdos internacionales con otros tantos países. Todos son distintos y hoy existen baches para la interpretación jurídica y tributaria. Nuestro proyecto tiene por objetivo unificar criterios y clarificar la interpretación. Por otra parte, nuestro país ha ido asumiendo una serie de obligaciones para controlar el flujo de capitales extranjeros para evitar el ingreso de dinero proveniente del narcotráfico o del terrorismo. Un tema muy complejo y delicado. Y también estamos analizando el tema de la solución internacional de disputas, especialmente porque Argentina es, luego de Venezuela, el país que ha debido afrontar más demandas por incumplimientos de sus contratos. En la época del kirchnerismo se hicieron desastres. Va a ser muy difícil recuperar la confianza externa, pero, habrá que hacer los deberes. No es imposible.

 

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