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Europa y Argentina, el eterno retorno

Jueves, 08 de junio de 2023 02:51

Europa y Argentina tienen una larga historia de interacción en general positiva alrededor de las temáticas sociales y ambientales. Si bien los primeros tiempos estuvieron sesgados por un proceso de colonización que dejó grandes heridas, también generaron las bases de nuestra estructura actual de producción, de convivencia y de articulación cultural, que condicionan nuestro futuro. Las actuales circunstancias globales dan nuevas oportunidades a nuestro país y sin duda, hay grandes oportunidades en ciernes, particularmente para el Norte Grande donde se concentra la biodiversidad, la diversidad étnica originaria y los procesos de expansión agropecuaria.

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Europa y Argentina tienen una larga historia de interacción en general positiva alrededor de las temáticas sociales y ambientales. Si bien los primeros tiempos estuvieron sesgados por un proceso de colonización que dejó grandes heridas, también generaron las bases de nuestra estructura actual de producción, de convivencia y de articulación cultural, que condicionan nuestro futuro. Las actuales circunstancias globales dan nuevas oportunidades a nuestro país y sin duda, hay grandes oportunidades en ciernes, particularmente para el Norte Grande donde se concentra la biodiversidad, la diversidad étnica originaria y los procesos de expansión agropecuaria.

Este Norte Grande y sus espacios limítrofes han sido objeto de tempranas incursiones europeas en nuestra historia, dándoles visibilidad a estos territorios desconocidos hasta entonces. Es así como Ulrico Schmidl (Baviera 1510-1580) recorrió las extensiones chaqueñas realizando las primeras descripciones de sus animales y comparándolos con sus especies europeas ("ovejas del tamaño de burros" refiriéndose a los guanacos chaqueños). El Padre Jesuita Pedro Lozano (español 1697-1752) quien redacto la primera obra general sobre el Gran Chaco. Aime Bonpland (francés 1773-1858) quien impulsó el cultivo comercial de la yerba mate en la Mesopotamia argentina. Por esos años también otro naturalista francés (Alcides d´Orbigny) recorrió la Mesopotamia argentina (1830) describiendo con sumo detalle la fauna y vegetación. El ingeniero y naturalista español Félix de Azara (1746-1821) quien hiciera importantes aportes al conocimiento biológico de la Cuenca del Paraná-Paraguay. El artista italiano Guido Boggiani (1861-1902) que recorrió la región chaqueña principalmente de Paraguay pintando primero y fotografiando después, los paisajes y los Chamacocos del Alto Paraguay. Erland Nordenskiold (sueco) quien organizó las primeras colecciones arqueológicas y etnográficas sistemáticas del Gran Chaco entre 1913 y 1932. También podemos mencionar por esos años a otro sueco (Gustav Haeger) que filmara en 1920 el primer film sobre el Gran Chaco y los indígenas Pilagá en los años que comenzaban a llegar los primeros rebaños de vacunos y los criollos a la región, generando grandes cambios a nivel paisajístico, cambios que dominan en la actualidad la matriz social de la región.

Estos pocos ejemplos dan cuenta de una profunda y prolongada en el tiempo interacción entre estos dos mundos, que hoy se recrean con una visita masiva de representantes de 16 países europeos (que incluyó a 14 Embajadores y la Delegación de la Unión Europea) en la búsqueda de nuevos acercamientos en lo cultural y comercial, determinado por el posicionamiento global de la UE asociado a la temática ambiental global.

Esta visita que se concentró en un espacio muy acotado de la extensa geografía del Norte Grande argentino (Bañado La Estrella en el Oeste formoseño), fue organizada por un conjunto de organizaciones de la Sociedad Civil, que buscan en este encuentro nuevas formas de articular acciones tendientes a la sustentabilidad de nuestra expansión productiva. Hoy el mundo requiere de nuestras producciones, tanto energéticas como forestales y alimenticias, y esta necesidad debe generar en nosotros la búsqueda permanente de alternativas que fomenten la eficiencia energética, la preservación de la biodiversidad y la inclusión social. En esta búsqueda está nuestra oportunidad para ubicar más y mejor nuestros productos en el mundo y que ello sea nuestra garantía para proteger adecuadamente nuestros bienes y servicios ambientales.

Un nuevo encuentro, que hoy como antaño, permita dar visibilidad a nuestros territorios sobre la base de sus valores intrínsecos, pero también sobre la base de nuestra capacidad para entender los procesos a escala global en los que estamos ineludiblemente inmersos.

 

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