María Belén Alemán presenta este viernes, a partir de las 18, en la librería Doce Letras, Caseros 876, "Sorpresas trae el viento", un libro para las infancias editado por La Brujita de Papel, una reconocida editorial de Buenos Aires. Preciosas ilustraciones de Daniela López Casenave complementan la historia.
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María Belén Alemán presenta este viernes, a partir de las 18, en la librería Doce Letras, Caseros 876, "Sorpresas trae el viento", un libro para las infancias editado por La Brujita de Papel, una reconocida editorial de Buenos Aires. Preciosas ilustraciones de Daniela López Casenave complementan la historia.
La presentación estará acompañada por canciones infantiles en la voz de Silvana Irigoyen y Carolina Salado Toledo, con acompañamiento de Alan Robles y Aaron Brizuela. Un momento que los chicos y los grandes disfrutarán.
Con la maestría de la escritora salteña, el relato hace pie en la historia de Gasira, una niña africana que llega a vivir a la casa del pequeño Francisco. Esa llegada es un aire nuevo para él y sus padres.
Migrantes, adopción, la mirada sobre el otro, las nuevas oportunidades -aunque no se los nombre directamente- son temas que sobrevuelan el texto con un lenguaje poético y sutil, y con bellas y delicadas ilustraciones.
El Tribuno habló con la escritora sobre las implicancias y desafíos de escribir para los más pequeños.
Una niña africana, un chico argentino, la guerra, la soledad... ¿cómo llegaste a esta historia?
Llegué a esta historia después de escribir "El mar de las libélulas", un libro de cuentos sobre inmigrantes y refugiados, para adultos. Un día me pregunté cómo contarle sobre esta realidad tan dura a los niños. La idea quedó dando vueltas por varias semanas, la iba escribiendo en mi cabeza, hasta que finalmente me senté a bosquejarla y luego de varios borradores llegué a "Sorpresas trae el viento". En realidad, la historia puede transcurrir en Argentina o en cualquier país o ciudad del mundo porque no se nombra ningún lugar geográfico en relación a Francisco. Sabemos que Gasira viene de África por el color de su piel, su peinado divertido y por pequeños guiños que la ilustradora incluyó sobre ese continente. Creo que es importante conversar en familia y en la escuela la mirada sobre el "otro" que es nuestro semejante aunque venga de lugares y culturas lejanas, fomentar la tolerancia. Los niños empatizan fácilmente con sus pares vengan de donde vengan, los adultos tenemos más prejuicios. Gasira quedó huérfana como tantos niños en el mundo debido a las guerras, el hambre, los gobiernos totalitarios. Ella es una de tantos y encontrar un hogar habla de solidaridad, de encuentro, de abrazos. Por otra parte, en la casa de Francisco "todas las mañanas soplan vientos", metáfora del apuro matutino por ir a trabajar, los horarios inflexibles… y él también se siente solito. Hasta que un día sucede algo inesperado y tiempo después llega Gasira, de un lugar donde soplan otros vientos. Ella llega para quedarse y transforma la vida de Francisco para siempre. Hay esbozos de los temas fuertes, una referencia aquí, otra allá que pueden retomarse para conversar o pueden pasar desapercibidos. Depende de cada lector y de cada adulto que medie el libro.
¿Todos los temas pueden ser abordados?
Sí, todos los temas pueden ser abordados en la literatura para niños y niñas. Lo importante no es el tema, sino cómo se lo cuenta, cómo se aborda y es fundamental que haya "literatura". En este libro, por ejemplo, hay capas de sentido que podrá generar diálogos muy interesantes con los niños. Son temas dolorosos, fuertes, comprometidos pero narrados con mucha poesía, con ternura, con miradas cómplices entre el texto y la ilustración que permiten tener varias lecturas. Para mí no hay temas tabúes, sí hay que tener precaución en cómo narrarlos, cómo abordarlos, y cuál es el mejor momento para leerlos con los niños.
Hablás del cómo y de momentos... ¿qué previsiones se deben tener?
No infantilizar la escritura, no moralizar; la historia debe ser rica en sí misma y cada lector encontrará lo que el libro tiene para decirle sin necesidad de hacerlo explícito, nada de lecciones didácticas. La literatura habla de la vida misma, no hace falta agregarle consejos ni moralejas a las historias, en las acciones, en los diálogos, en las ilustraciones, se puede leer lo implícito, los significados profundos si el texto los tuviera. También un toque de humor, algo de poesía en el lenguaje y, sobre todo, no prejuzgar a los pequeños lectores. Ellos son muy críticos, hacen unas interpretaciones geniales de lo que leen o les leen. Escribir para niños no es una tarea menor.
¿Qué puede propiciar el encuentro de las infancias con la literatura?
Puede propiciar encuentros grandiosos, vivir aventuras que posiblemente no puedan experimentar en la vida real, viajar por mundos insospechados, conocer personajes con los que puedan identificarse o disentir, escaparse por un momento de la realidad, dar rienda suelta a la imaginación, jugar, divertirse, pensar, crecer. A partir de la literatura se pueden generar diálogos increíbles, geniales. A través de la literatura se crean y proyectan subjetividades. Yo siempre digo que leer abre los ojos, la mente y el corazón.
Las migrancias son más frecuentes de lo que uno supone. Los chicos tienen menos arraigo por una cuestión de tiempos, es cierto, pero ven y perciben el dolor y miedos de sus padres y mayores...
Totalmente, los niños dimensionan a su manera el dolor del exilio obligado, del abandonarlo todo. Ellos también tienen que reconstruirse de nuevo, empezar una nueva historia lejos de su lugar de origen, del resto de su familia, de su paisaje conocido, de su música, su idioma, sus comidas y también lo sufren aunque tengan mayor facilidad de adaptación por eso de la edad que vos mencionás. En "El mar de las libélulas", en su prólogo, digo que "cualquiera sea el viento que te lleve a otros lugares hay, que reconstruirse de nuevo." Y hoy, no se puede soslayar el tema de las migrancias. Es una realidad que a mí, particularmente, me conmueve muchísimo.
En estos tiempos de usos de tecnologías exacerbados, ¿los afectos y lo simple han perdido su dimensión?
Creo que los afectos siempre están. Somos seres sensibles, que necesitamos del otro, de la palabra de aliento, de un gesto, un abrazo aunque, tal vez, lo que cambió es la manera de expresar esa afectividad. Hoy el mensaje por WhatsApp, un emoticón tienen un lugar muy importante en las comunicaciones interpersonales, hay más abrazos virtuales que reales, más palabras en celulares que cara a cara. La tecnología en sí misma no es mala, hay avances e inventos maravillosos, el problema es el mal uso que se hace de ellas o, como vos decís, el uso exacerbado: almuerzos en familia sumidos en una pantalla, encuentros en bares y cafés donde cada uno está con su celular… entonces yo me pregunto ¿para qué se juntan?, esos aparatitos que suenan todo el día con mensajes y posteos en redes sociales tienen medio esclavizada a la sociedad. No hay nada como el abrazo genuino de piel a piel. Eso es irremplazable y espero nunca pase de moda.
La alegría, el amor están en el libro, y también puertas que se abren...
Sí, en "Sorpresas trae el viento" hay alegría, hay encuentros mágicos entre canciones, juegos, vientos que soplan, descubrimientos y afectos. Revalorizo la necesidad de un verdadero encuentro entre seres humanos. El libro tiene una dedicatoria que dice "Para que más niños encuentren un refugio de abrazos"… un deseo de más puertas abiertas para cobijar y ofrecer nuevas oportunidades.
Un punto de Partida
Poeta y narradora, docente en Letras, especialista en literatura infantil y en gestión educativa, María Belén Alemán tiene mucho para comunicar y lo hace con talento. Y cuando escribe para las infancias, asume que "la literatura habla de la vida misma".
"Los pequeños tienen y absorben más información de la que, a veces, pueden procesar a sus cortos años y, seguramente, tienen muchas preguntas por hacer. Entonces, quizás, la literatura pueda ser un anclaje, un punto de partida para esas inquietudes", dice la escritora.
La escritora publicó en poesía “De intentos”, “Poemas para leer sin voz/s”, “Detrás de los silencios”, “Qué profunda es la noche” y "La vida de los días". En narrativa, la novela “Hasta volvernos a encontrar... Tupananchiskama” y los relatos "El mar de las libélulas". "El estanque mágico", "Un gato tan taan..." y "Los conjuros de Brunilda" son sus últimos libros de literatura infantil. Ha obtenido premios y reconocimientos en la provincia y en el país. Fundó LecturArte - Espacio de Promoción de la Literatura Infantil y Juvenil junto a otras colegas.