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"La muestra Besoabrazo propone un reencuentro, apretarse a las emociones y sentir"

Domingo, 21 de enero de 2024 01:54
Fabián Nanni, Artista. Fotos: Javier Rueda
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Luego de más de 10 años sin exponer, el artista Fabian Nanni, cerrillano por adopción, volvió a "comunicarse con los afectos", como definió. Ese es el objetivo de su muestra "Besoabrazo" que estará disponible hasta marzo en la Fundación Osde. El juego de palabras, aseguró, apunta a plantear la fusión de dos gestos: "Es besarse abrazándose o abrazarse besándose", explicó. A la par reflexionó sobre la apertura que debe haber para que eso suceda, porque "la libertad no es solamente poder manifestar, sino también poder recibir y entender al que no puede hacerlo".

Esa apertura a "los vínculos" es la que lo llevó hace casi 40 años, luego de estudiar en Italia, hasta Cerrillos, donde llegó en busca de un amigo escultor y por lo que decidió quedarse ahí. Desde entonces se dedicó a buscar espacios donde tejer otras redes, uno de ellos fue el abrir un taller de cerámica en su propia casa, otro la docencia y otro ComunicArte, un proyecto con el que interpelaron a los salteños en las calles desde el arte. 

Nanni puede ser escultor, pintor, dibujante, ceramista o hasta trabajar en grabado. Su diversidad también se observa en sus búsquedas constantes para llegar al espectador: "Hay que abrir todos los canales posibles para que haya más posibilidad de llegar a la sensibilidad que tenga desarrollada la otra persona", precisó.  

¿Cuál ha sido la devolución de la muestra?

Todavía hay gente que me gustaría que viniera. Pero es algo que sucede particularmente en Salta, que si no estás en ese microespacio, en esas cuatro manzanas del centro, por más que estamos a 7 u 8 cuadras, a la gente le cuesta moverse. Igual como se sabe que esta muestra es a largo plazo, la gente se toma su tiempo, generalmente son 15 días las muestras. Por eso es que accedí, cuando la Fundación me convocó les dije sobre el esfuerzo que me lleva hacer una muestra, porque yo siempre trabajo para las muestras. Por eso hace 10 años que no expongo. La Fundación me dio el tiempo que yo necesitara. 

El naranja predomina en la muestra...

Si, hay mucho naranja, rojo y hay colores que contrastan, que los hacen lucir, que están puestos para que ellos se luzcan. Es, como en la danza, el partener que labura al igual que la figura, pero trabaja para que la figura se luzca. Acá pasa lo mismo, hay colores que son tremendos pero tienen que trabajar para que otros se luzcan. 

Los colores a veces son apropiados por luchas sociales o movimientos políticos. ¿Eso se traslada al arte?

Es bastante delicado el tema, tiene que ver con la psicología del color, pero no es masivo. Por ejemplo, el color rojo puede significar la vida por la sangre, lo vital. Pero hay gente que, por alguna cuestión particular, dramática, hacen que lo vean de otra manera. Recuerdo el caso de esta chica Rae, que la madre la torturaba cuando era un bebe y le higienizaba los genitales con agua hirviendo, y cuando su mamá lo hacia, habían cortinas rojas en la cocina. Cada vez que ella veía ese color, de grande, quería suicidarse para evitar el dolor. Si bien hay respuestas psicológicas generales, hay otras que son ligadas a las vivencias personales. Uno lo tira, pero hay que ver si el que lo recibe tiene la misma vibración. 

¿Qué es lo que debe causar el arte?

Lo mejor que puede pasar es que uno se vaya reflexionando y cuestionando cosas, es un espacio para eso. Pero te estás encontrando con algo que el autor reflexionó y te lo muestra con imágenes, coreos, texto, una melodía, un movimiento; pero es su visión sobre una idea. Lo mejor que puede pasar es que ante ese hecho se cuestione y reflexionen cosas, más allá de disfrutar o no.

¿Y qué es lo que querés comunicar con Besoabrazo?

Es, para mí, un reencuentro - por este tiempo que hace que no expongo-, con los afectos en línea general, no solo los íntimos. Yo amé a un dibujante como Egon Schiele, me permito acercarme para hacerle un homenaje, a mi vieja, amigos, los tomo como tema para elaborarlos y los comparto. El besoabrazo es eso, un momento de apretarse a las emociones. Es intentar que la persona que venga pueda permitirse besoabrazar, no solamente las obras, sino que se permita un momento de besoabrazarse. Las obras tienen textos y los textos los incorporé no como una poetización de la imagen, ni como una ilustración, sino como si fuera la voz de la obra; escribo sobre lo que yo intuyo que a la obra le gustaría decir, otras veces como la obra siente. La idea es poder llegar con la mayor cantidad de vínculos, si pudiera hacer música la incorporaría a cada obra porque me gusta que hayan más canales abiertos. 

Hay que estar abiertos a sentir... 

Ojalá pudiéramos permitírnoslo, se que no todos los momentos son propicios. Es lindo poder besoabrazarse, pero hay que ver si estoy en el momento justo para poder recibirlo, porque pueden haber cuestiones que me llevan a mi a momentos que no puedo recepcionar eso. Alguien puede querer abrazar, pero el otro tal vez no pueda recibirlo, por el momento, no por no querer, sino por no poder. La libertad no es solamente poder manifestar, sino también poder recibir.

En unos de tus cuadros también está el naufragio...

Todos naufragamos, es cierto y es cotidiano. No es solamente que uno durante meses estuvo naufragando, a veces sucede en horas. Y a la vez, mientras que uno es náufrago puede llegar a ser dios para otro que te ve como salvación. 

¿Crees que mirar a esa otredad es algo que se está perdiendo?

Todo es cíclico, lo ha demostrado la historia. En este momento si está perdido, estamos un poco refractarios, la vorágine, el sistema, el celular, la pantalla, uno ha dejado de comunicarse, se ve en la calle. Es una época difícil que hay que acomodar, madurar, digerir y ver en qué se resuelve. Hay mucha insensibilidad provocada por el aislamiento.

¿La pandemia fue un antes y después?

Creo que es un poco la causante de todo esto, somos el resultado de eso ahora. Esto de que tuvimos que guardarnos, aunque fue lindo guardarse también y no comunicarse, y ahora cuesta. 

¿Estás usando madera reciclada en tus obras?

Hablaba con un amigo escultor y decíamos qué contradictorio todo esto con el cambio climático, y nosotros los escultores somos capaces de sacar un árbol de 200 años para una obra. Así que dijimos "basta de trabajar con rollos". Si bien es invaluable la tarea que se puede hacer, es la manera de fomentar que no se siga talando y ahora usamos lo que la industria desperdicia, son pedacitos de madera dura, con fragmentos de obras con las que trabajé en rollos.

¿Cómo llegaste a Salta?

Me crié en Salta y después tuve la suerte de ganar una beca, me fui, y cuando volví recibido, en el 1978, vine a visitar un amigo y en 1985 me quedé en Cerrillos.

¿Por qué Cerrillos?

Me impactó, yo venía de estudiar afuera y de un lugar en el que cada uno hace la suya, cumplís, sos responsable, pero no hay vínculos. No importa si tenés un problema, si te duele la vida, no interesa. De repente vengo a ver a un muchacho con el que había tenido un taller en Buenos Aires y vivía en Cerrillos. Fui a la terminal a tomar un colectivo que era el Cháves, la terminal eran dos chapas, llovía, se había cortado la luz, y cuando llego me empapo y había un señor cerrando un negocio, le pregunté para ir Cerrillos, me dijo que esperara, saltó la valla bajo la lluvia y fue a para el colectivo porque era el último que iba para ahí. Yo no podía creerlo, me parecía surrealista. Ya en el colectivo empezamos a andar en la nada, era una boca de lobo, yo no sabía qué distancia era, y cuando llegamos a Cerrillos y me pregunta el chofer a donde iba, le digo que a un hotel y me dice que no había. Le cuento que iba a ver a un compañero escultor "rubio, alto", ahí despertó el chofer al otro pasajero para preguntarle si estaba apurado, salió de la ruta y entró dos cuadras, se bajó en una casa, tocó la puerta y sale el flaco, y le dice "ahí lo buscan". Yo pensaba: "esto no existe", .esas cosas impactan, conmueven. Luego fuimos a comprar a la panadería y en un par de cuadras saludé a veinte personas de ida y a las mismas de vuelta.

Cerrillos conserva aún eso del vínculo, uno hace vínculos, es una manera de estar y de que los demás estén.

¿Cómo nace ComunicArte?

Nació de la época del tendedero, una feria de arte al aire libre que hicimos con Silvia Katz, Martearena, Milo Barraza y otros. Fue la necesidad, yo había hecho experiencias afuera y después en Buenos Aires en muestra temáticas. En ese momento aún no se hacía, asi que desarrollamos una idea y creamos el grupo. Era un grupo de comunicación a través del arte, basado en un concepto de que el arte es comunicación. el concepto es viejísimo, de Heggel. Hay un mensaje, una idea y una intención y comenzamos a trabajar. La primera fue "Un alto en el bajo". Quisimos visibilizar un problema que en aquel momento había con los chicos y chicas del Bajo Chico porque se los perseguía y golpeaba y no se los dejaba trabajar. En el trabajo sexual hay dos necesidades, la apetencia de consumo y del otro alguien que no tiene otro elemento para mantenerse más que su cuerpo. Es dramático pero es real. Esa muestra se expuso en el Arias Rengel y la Plazoleta IV Siglos y tuvo gran conmoción social. Luego trabajamos en el mercado San Miguel y el mundo paralelo que hay ahí adentro, ahí expusimos también en el mercado. Eso terminó hace más de diez años, la pena es que esos proyectos no siguen con gente nueva. 

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