La historia de Walter Chaparro, o simplemente "Waly”, sigue abriéndose paso entre cerros, viento y pantallas. Este martes cumplió su primer día de marcha rumbo a la Catedral Basílica de Salta, un viaje que emprendió como promesa al Señor y la Virgen del Milagro, y que miles de personas acompañan desde lejos gracias a las redes sociales. Anoche durmió a la intemperie, al costado de la ruta 51- Km 132. De acuerdo a lo previsto, serán al menos cuatro días de marcha hasta llegar a destino.
Su andar, solitario pero firme, despertó una ola inmediata de apoyo. “Nacha”, la vecina de San Antonio de los Cobres que primero difundió el testimonio, volvió a cruzarse con él para alcanzarle un almuerzo caliente. Más tarde, una empresa de logística minera se detuvo en plena ruta para dejarle jugo y alimentos. Y cuando cayó la noche, un grupo de peregrinos salteños se organizó casi sin pensarlo para acercarse a cenar con él, compartir un rato y asegurarse de que no le faltara nada.
El camino que le resta por delante es largo, duro y, según él mismo reconoce, llevará más días de los que había previsto. En ese escenario, cada mano tendida se vuelve un motor. Pero Waly aclara que jamás se siente solo, que en cada pausa saca de la mochila las fotos de sus hijos, en especial la de su nena de 2 años y 6 meses, la razón que lo impulsa a cumplir esta promesa que le nace del alma.
Con la fe como guía y una comunidad que se sigue sumando paso a paso, Waly avanza por la ruta con la certeza de que ese camino, aunque cansador y frío, también está lleno de compañía. Y que cada gesto que recibe lo acerca un poco más a su llegada a Salta y a la emoción del encuentro final frente al Milagro.