La radio tiene esa presencia cercana, que acompaña desde el amanecer en una cocina, hasta una larga ruta en medio del campo. En un tiempo en el que muchos habían anticipado su final, los micrófonos y las ondas demostraron todo lo contrario, la radio no murió, se reinventó y está más viva que nunca. Hoy convive con los celulares, con los podcasts, con las plataformas de streaming y hasta con las redes sociales, pero mantiene la esencia que la hizo grande y que es llegar a todos lados y hablarle de igual a igual a cada oyente.
Hace 105 años un grupo de jóvenes visionarios se subió a la terraza del Teatro Coliseo de Buenos Aires y, con un transmisor rudimentario, lograron lo impensado: transmitir en vivo la ópera Parsifal, de Richard Wagner. Fue el 27 de agosto de 1920 y aquella hazaña técnica y cultural cambió para siempre la forma de comunicarnos. Los protagonistas, Enrique Telémaco Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, pasaron a la historia como “los locos de la azotea”. Y no era para menos, ya que con un solo un micrófono, unas antenas improvisadas y mucho entusiasmo, marcaron el inicio de la radiodifusión en la Argentina y en el mundo.
Aunque en aquel momento la escucharon menos de 100 personas, la semilla ya estaba sembrada. Desde entonces la radio acompañó los grandes momentos del país, desde noticias urgentes, relatos deportivos que quedaban grabados en la memoria, radioteatros que enamoraron a generaciones, campañas solidarias, música que unía barrios enteros. Todo con esa mezcla de inmediatez y cercanía que ninguna otra plataforma supo igualar.
En 1968, la Sociedad Argentina de Locutores decidió rescatar del olvido aquel primer paso y homenajeó a los pioneros en el mismo Coliseo. Dos años más tarde, por decreto, se instituyó oficialmente el 27 de agosto como el Día de la Radiodifusión Argentina. Desde entonces, cada año es también un momento para reflexionar sobre su presente y futuro.
Lejos de apagarse con la llegada de internet, la radio se subió al tren de la tecnología. Hoy está en la App del celular, en un parlante inteligente, en streaming desde cualquier punto del planeta. Los podcasts multiplicaron las voces y ampliaron la oferta. Las emisoras tradicionales transmiten en vivo en YouTube o Twitch. Y las redes sociales funcionan como la nueva vidriera para interactuar con la audiencia. Todo eso no debilitó a la radio, la potenció.
La radio todavía tiene un papel fundamental en la construcción cultural.
En un mundo acelerado, sigue siendo ese refugio donde la gente encuentra información, compañía, música y, sobre todo, cercanía. A 105 años de aquella primera transmisión, los “locos de la azotea” siguen recordándonos que siempre habrá lugar para una voz que acompañe del otro lado del dial, del parlante o del auricular.
La radio en Salta: de las primeras ondas al sonido estéreo
Hablar de la radio en Salta es hablar de una historia que se mezcla con la vida cotidiana. Fue en la década del 30 cuando comenzó a tomar forma lo que luego sería un verdadero fenómeno cultural. En 1937 nacía LV9 Radio Provincia de Salta, la primera emisora estatal que se animó a transmitir noticias, música y programas que reunían a la familia alrededor de un aparato grande, pesado y casi mágico. Algunos dicen que hubo emisiones antes, experimentales, pero fue ese año el que quedó grabado como el inicio oficial.
Con el tiempo, otras emisoras fueron apareciendo. Radio Nacional, conocida en ese entonces como LW4, se convirtió en escuela para muchas voces. Cuentan los memoriosos que fue allí donde mujeres como Lia Plaza comenzaron a dejar su huella, desafiando un mundo radial que todavía estaba marcado por la solemnidad y las voces graves de los varones. A su lado, Gloria Franco también supo ganarse un lugar y el ser reconocida como pionera. Aquellas primeras décadas estaban llenas de entusiasmo. La radio era el puente entre el interior y el mundo, un espacio donde la información y la música viajaban sin fronteras.
El gran sacudón llegaría en los años 80. Hasta entonces, las AM reinaban, pero apareció un nuevo sonido, el de la FM. Génesis fue la primera emisora, nacida como un desprendimiento de Radio Salta. Con ella llegó el sonido estéreo, los graves más profundos, la música con otra fidelidad y voces femeninas, como la de la histórica Delia Aguilar.
Para quienes escuchaban por primera vez la FM, era como si la banda estuviera tocando en el living de su casa. También aparecieron nuevos estilos de programas, con una forma de conducción relajada, distinta a la rigidez habitual, entre ellos ByRapper’s Rock, Radio Show, La Sombrilla, En Buen Sentido y La Manija (Génesis). También en La Ventana (LV9 Radio Salta), Verano Limón (Láser), Sábado con Todos (LV9 Radio Salta), Hora Libre (Génesis), Agéndelo (Aries), Noctambulía; Para Ti (Aries), La Nueva Mañana (La Nueva Radio), Cena de gala con el deporte (20 de Febrero), La Tarde con Amigos y algo más (LV9 Radio Salta), La Súper Mañana (AM 840), Volviendo a Casa (AM 840). A ellos se suman Noches Solidarias (AM 840) y El Tren de la tarde (AM 840).
César “Cacho” Alurralde, en diálogo con El Tribuno, contó: “Estábamos en aquella época con Jorge Pablo "Chino" Villarreal, Fernando Berdeja, Fernando Armonía, Gloria Borezay, Juan de la Cruz Martearena, quien fue el segundo en instalar una FM que se llamó Saturno, frente de la Cruz Roja”.
También recordó que de aquella movida participaron “Javier Lamas, Leo Tejerina, la familia Pandolfi, con Oscar y Pablo a la cabeza, que tenían FM 20 de Febrero 101.5 MHz, que estaba en Caseros 650. Jorge Molina. En Génesis, estaba Delia Aguilar, Carlos "Michi" Mercado, Sergio Sumbay... César Agostini, Fernando Lostal, Jorge Omar López, Jorge Solis, Sergio Navarro y yo, estábamos en Lasser NOA 106.3 MHz", detalló Alurralde.
Entre los operadores más emblemáticos de la radiofonía salteña estaban “Coco” Gutiérrez, “Pirilo” López, Sebastián “Chiquito” Avila, Jorge ‘Cuqui`' Carrasco, ‘Pablito‘ López, Julio Villafañe, Sergio ‘Pancu' Ramos, de Radio Salta. A ellos se suman Enzo Homes y Hernán ‘Piquín‘ Romero; y recordado Luisito Villafañe, toda una leyenda detrás de las consolas.
Con estos y otros muchísimos nombres, la radio se volvía más cercana, más lúdica, más cómplice. En Salta no es solo un medio de comunicación, es también memoria, compañía y tradición.