PUBLICIDAD

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
19°
28 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Ferias y festivales folclóricos: ¿Qué actividad prefieren los salteños?

Ambas propuestas se disputan el podio. Sin embargo, cada vez más personas eligen caminar entre los puestos de los feriantes antes que ir a otros eventos. Así lo reveló un sondeo realizado por El Tribuno.
Jueves, 28 de agosto de 2025 09:12
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En Salta, las ferias y mercados populares dejaron de ser un simple lugar donde hacer compras a buen precio para transformarse en una salida cultural en sí misma. Un sondeo realizado en la web de El Tribuno, lo confirma: 27,4% de los consultados eligió a las ferias como su actividad preferida, apenas por detrás de los festivales folclóricos (32,9%) y por encima de los festivales gastronómicos (17,8%).

La encuesta dejó en claro un dato que hasta hace poco parecía impensado y es que para un tercio de los salteños, ir de feria es tan entretenido como ir a un festival de música o a un evento gastronómico.

La primera razón para explicar este fenómeno está en la economía. En un contexto de bolsillos ajustados, los mercados barriales y ferias municipales ofrecen productos más baratos que en los supermercados o comercios tradicionales. Frutas, verduras, ropa, juguetes, artesanías, plantas o hasta herramientas se consiguen a precios accesibles.

Pero el secreto del éxito no está solo en el ahorro. Para muchos, la feria es también un paseo que combina lo útil con lo agradable. Se va a comprar, pero también a caminar, mirar, encontrarse con conocidos y probar algo rico en los puestos de comida.

En otras palabras, las ferias lograron convertirse en una especie de plaza cultural itinerante, donde la economía popular se mezcla con la tradición y el esparcimiento.

Competencia directa con los festivales

El dato más llamativo del sondeo es que los festivales gastronómicos, que en los últimos años parecían haber captado la atención del público, quedaron relegados al tercer lugar, con apenas el 17,8% de las preferencias.

La comparación es interesante. Mientras un festival gastronómico suele concentrarse en un día y un lugar específico, con entradas pagas o precios más elevados, las ferias están disponibles de manera regular, en diferentes barrios y con acceso libre.

Además, su versatilidad juega a favor, ya que se puede ir en familia, solo o con amigos, y la experiencia es distinta en cada visita. Cada fin de semana la feria ofrece algo nuevo, ya sea un producto, un artesano o un espectáculo callejero.

El folclore todavía manda

Pese a este crecimiento de las ferias, los festivales folclóricos siguen liderando el ranking con un 32,9%. No es casualidad, porque el folclore es parte de la identidad salteña y sus festivales no solo ofrecen música, sino también un encuentro social que conecta a generaciones.

Lo que aparece en el horizonte es que, de a poco, las ferias comienzan a disputar ese lugar privilegiado en la agenda cultural de gran parte de la problación.

El fenómeno no es exclusivo de Salta. En diferentes ciudades del país, las ferias barriales o mercados populares viven un auge. En la capital salteña, la Feria de la Balcarce, la de plaza Güemes, de artesanías en el Parque San Martín son algunos ejemplos de cómo estos espacios se convirtieron en verdaderos polos de atracción.

En los últimos años, incluso, los municipios como La Merced, Cerrillos, Campo Quijano o Vaqueros, comenzaron a organizar ferias temáticas de libros, de productos regionales, de emprendedores, de reciclaje. Todas con un denominador común, convocar a la gente a disfrutar del paseo sin necesidad de gastar demasiado.

Más que compras, experiencias

El éxito de las ferias puede explicarse también desde lo simbólico. Para muchos salteños, caminar entre puestos significa revivir tradiciones, el contacto directo con el productor, el regateo, el aroma de las comidas caseras, la música en vivo.

Esa atmósfera convierte a las ferias en un espacio democrático y cercano. No importa el nivel económico, todos pueden ser parte. Allí conviven el estudiante que busca ropa usada, la familia que llena la bolsa de verduras y el turista que compra una artesanía.

En una sociedad cada vez más atravesada por la virtualidad, la feria ofrece algo que las redes sociales no, el cara a cara, el vínculo humano, el compartir en comunidad.

El termómetro de la encuesta

El sondeo de El Tribuno, aunque no científico, refleja una tendencia palpable. Con 1320 votos, los resultados muestran una radiografía clara de las preferencias culturales de los salteños: Festivales folclóricos 32,95%, Ferias y mercados 27,42%, Festivales gastronómicos 17,88% y Otros 22,12%.

Estos números no solo revelan lo que la gente disfruta, sino también hacia dónde podrían orientarse las políticas culturales y turísticas de la provincia.

Hoy las ferias ya no son solo un lugar para hacer las compras del mes, sino un espacio de encuentro e identidad. Representan el pulso de una ciudad que combina tradición con modernidad, economía popular con cultura viva.

Quizás por eso cada vez más salteños eligen pasar una mañana recorriendo puestos antes que pagar una entrada costosa a un espectáculo. Y quizás también por eso las ferias llegaron para quedarse, porque ofrecen, en una sola salida, ahorro, paseo, cultura y comunidad.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD