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25 de Octubre,  Salta, Centro, Argentina
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Cuando florece el Bambú: un libro sobre sanar, mirarse con amor y volver a florecer

La poeta y terapeuta holística Noelia Fath presenta este sábado, a las 17, su nueva obra en el Complejo Explora Salta.  En diálogo con El Tribuno habla sobre el proceso que la llevó a escribir desde la enfermedad y el poder de la pausa, la honestidad y el arte como caminos de sanación.
Viernes, 24 de octubre de 2025 22:36
Noelia Fath con su nuevo libro Cuando florece el Bambú.
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“Llevaba casi 20 años como terapeuta holística acompañando a adultos, jóvenes y niños en procesos de sanación, muchos de ellos atravesando el cáncer u otros desequilibrios físicos. Decodificar imágenes, emociones y mensajes del cuerpo se había vuelto parte de mi vida cotidiana. Y ahora era mi cuerpo el que traía un mensaje. Uno claro, íntimo y urgente. Sentí que todo lo que había aprendido acompañando a otros ahora tenía que aplicarlo conmigo. No desde la teoría, sino desde la verdad encarnada".

Con esas palabras abre Cuando florece el Bambú, el libro que la poeta, terapeuta y gestora cultural Noelia Fath presenta este sábado, a las 17, en el Complejo Explora Salta (Peatonal La Florida 20), en el marco del ciclo Octubre Rosa. La presentación estará a cargo de Fernanda Sánchez Barros y contará con la participación musical de Lucía Guanca.

La obra, escrita tras su propio proceso de sanación, es una invitación a mirar el presente con coraje y ternura. “No es un libro sobre el cáncer —aclara Fath—, es un libro sobre la vida y sobre cómo florecer incluso en medio de la tormenta".

 

“Escribir fue una forma de sanarme”

Fath recuerda con precisión la fecha que marcó el comienzo de este nuevo capítulo: “Me operé el 23 de agosto de 2023. Empecé a escribir sentimientos y pensamientos que tenía en el proceso y después de la operación también. Los fui guardando como si fuera un diario personal. Cuando llegó el control del segundo año, en mayo de 2025, volví a leer todo eso y sentí que podía transformarse en algo que también acompañara a otros”.

Así nació Cuando florece el Bambú. “Debo haber estado un año y medio escribiendo sin pensar en un libro. Cuando volví a esos papeles, todo me resonó otra vez, me movilizó. Pensé que si esas palabras me habían ayudado a sanar, también podían servirle a otras personas”, dice.

La escritura, para ella, es una práctica cotidiana y sanadora. “Escribir me ayuda a sacar todo lo que tengo dentro sin juzgar. No escribo buscando la perfección, sino para expresar y liberar. Después, claro, uno trabaja la escritura, pero el primer impulso siempre es terapéutico”, explica.

Desmitificar el cáncer: “No es sinónimo de muerte”

A lo largo de la conversación, Fath insiste en la necesidad de cambiar la mirada social sobre el cáncer. “Todavía cuesta hablar del cáncer desde otro lugar que no sea el miedo o el dolor. Es una palabra que pesa. Pero hay que desmitificarla: el cáncer es un desequilibrio más del cuerpo, una enfermedad más, que puede sanarse si se detecta a tiempo".

“Hay que tomar conciencia —añade— de que tanto mujeres como hombres pueden tener cáncer de mama. Muchas veces los varones no se hacen estudios por prejuicio. Pero la detección temprana salva vidas”.

La presentación de su libro coincide con el Octubre Rosa, mes de concientización sobre el cáncer de mama, y Fath lo vive como una oportunidad para “sembrar conciencia desde el amor, no desde el miedo”.

Con dos décadas dedicadas a la sanación energética, Fath sostiene que los enfoques médico y espiritual no deberían ser opuestos. “Mi sueño más grande es que algún día existan hospitales donde trabajen juntos médicos alopáticos y terapeutas holísticos. Sería maravilloso unir ciencia y espiritualidad”, dice.

Y agrega: “Hoy todavía están muy separados por los egos, tanto del lado científico como del espiritual. Pero ambas miradas son necesarias. La ciencia permite detectar la enfermedad; la espiritualidad nos ayuda a sanar desde la emoción y el alma”.

El poder de la pausa y de mirarse con amor

Una de las ideas más recurrentes del libro es la necesidad de hacer pausas conscientes. “Antes del cáncer creía que me tomaba tiempo para mí, pero en realidad no lo hacía. Ahora disfruto de cosas simples: desayunar en silencio, caminar, escribir. No reviso la agenda mientras tomo el café. Me pregunto cómo estoy, cómo amanecí. Esa pausa mínima me da paz para todo el día".

También habla del poder de la autocompasión: “Aprendí a mirarme sin juicio. A decir: ‘hice lo mejor que pude’. No desde la culpa, sino desde el amor. Mirar qué cosas hice bien, en lugar de quedarme solo con lo que hice mal. Eso cambia todo”.

Poeta, terapeuta y gestora cultural, Fath encuentra en el arte una vía esencial de conexión con el espíritu. “El arte sana. Está en todo lo que hacemos: al vestirnos, al cocinar, al elegir un color o un sabor. Cada gesto creativo es una forma de reconectar con el alma. Los milagros suceden cuando aprendemos a ver lo simple”, afirma.

En Cuando florece el Bambú, esa mirada se traduce en una escritura que combina ejercicios, rituales, relatos y poesía. “Hay dos poemas, pero todo el libro tiene una mirada poética. La poesía es ir hacia lo bello, hacia lo que no se ve, y eso también es sanar”, resume.

Fath dice que no quiso escribir un libro sobre la enfermedad, sino un acompañamiento: “Más que un testimonio de lucha, es un abrazo, un ‘te entiendo’, un ‘estoy acá’”.

A quienes recién reciben un diagnóstico, les deja un mensaje claro: “El miedo siempre va a estar. Pero también está la fuerza y la luz que somos. Lo importante es decidir cómo queremos vivir. Si amamos la vida, entonces hay que abrazarla y vivir a pleno. Cuando vivís a pleno, ya estás sanando”.

En sus páginas insiste en la importancia de la honestidad con uno mismo. “Creo que todos amamos la vida, pero pocas veces nos preguntamos si realmente sabemos cómo queremos vivir. Ser honestos no es ser egoístas, es ponernos primero desde el amor. Cuando somos honestos, somos coherentes y podemos dar amor verdadero”, sostiene.

Esa coherencia también incluye escuchar al cuerpo: “Nos olvidamos de preguntarle cómo está. A veces lo entrenamos, lo exigimos, pero no lo escuchamos. El cuerpo siempre habla; hay que oírlo antes de que se enferme”.

A los 48 años, madre de dos hijos, Noelia Fath celebra la publicación de un libro que nació del silencio, del dolor y de la esperanza. “Florecer —dice— no significa que todo esté bien, sino que elegimos seguir creciendo. Como el bambú, que florece una sola vez en su vida, pero cuando lo hace, transforma todo a su alrededor".

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