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Jorge Reale, actual vicepresidente de la agrupación Arriba Boca y candidato a presidente del club para las elecciones de 2027, visitó Salta como parte de una recorrida federal destinada a escuchar a los socios del interior. El dirigente mendocino planteó la necesidad de un proyecto integral para Boca, criticó la gestión de Juan Román Riquelme en el área futbolística y propuso reemplazar el consejo de fútbol por un director deportivo con “ADN Boca” y experiencia internacional. Además, aseguró que el futuro del estadio pasa por iniciar ya un proceso de ampliación de la Bombonera comprando viviendas alrededor, defendió a la institución como asociación civil sin fines de lucro y prometió convocar a todos los sectores —incluidos Riquelme y Macri— para lograr unidad y encarar los grandes desafíos del club.
¿Por qué recorrer provincias del interior con tanta anticipación?
Porque queremos construir, de acá a 2027, el proyecto que más identifique al socio de Boca. Para eso hay que escuchar. Decidí recorrer todo el país y hablar con los socios para llegar con la propuesta “más bostera” y poder ganar la elección.
¿Qué le plantean los socios del interior?
Sufren no poder entrar a la cancha. Pagan la cuota, hacen un esfuerzo enorme para viajar y dependen de habilitaciones arbitrarias. Sobre todo el socio del interior la pasa mal con el sistema actual de ingreso.
¿Cuántos socios esperan hoy en Salta y cuántos hay activos en la provincia?
Calculamos alrededor de cincuenta presentes. En Salta hay aproximadamente 120 socios activos. Que vaya cerca de la mitad demuestra interés y ganas de participar.
¿Cómo evalúa la gestión de Riquelme en el fútbol?
Muy mal. Boca compró 45 jugadores y no potenció a ninguno. Faltó planificación, profesionalismo y equipos de trabajo que estudien cada incorporación. Se toman decisiones sin seriedad y el resultado es un rendimiento mediocre.
Dijo que el periodismo “ataca más” a Boca que a otros clubes; ¿coincide?
En eso tiene razón: Boca siempre vende y siempre fue el foco. Lo que no comparto es que desde adentro se promueva la división. Hay que llamar a la unidad y pelear con los de afuera unidos.
Con ídolos del club hubo salidas ásperas en estos años. ¿Qué haría distinto?
Hay que cuidar a los ídolos porque es cuidar a la institución. Me gustaría que algunos estén cerca con roles institucionales. Le pedí a Sebastián Battaglia que me acompañe como embajador, en un esquema similar al de Javier Zanetti en Inter. Todos los que puedan aportar, bienvenidos, dentro de un presupuesto y con gestión profesional.
¿Mantendría un “consejo de fútbol” como el actual?
No. Trabajó seis años y lo hizo muy mal. Iría con un director deportivo con ADN Boca y experiencia europea, agenda y mirada global. El perfil que me gusta es el de Nicolás Burdisso; hablo con él, pero respeto su trabajo actual. Llegado el momento se verá.
¿Y el técnico? Miguel Russo hoy está al frente.
Ahora hay que bancar a Miguel y terminar el año: clasificar a la Copa es clave deportiva y económicamente. Después, para el próximo torneo, se evaluará un DT con personalidad y una idea clara. También hay que sanear el plantel.
Propuso mudar la Bombonera y cambió de idea. ¿Por qué?
Aprendí escuchando al socio: quiere ampliar, no mudarse. Entonces hay que empezar a comprar viviendas alrededor y generar espacio. Boca tendrá un balance con superávit; con esa plata hay que empezar ya. Seguramente llevará años y quizá no lo termine quien lo inicie: hace falta grandeza para continuar la obra entre gestiones.
El estadio y Casa Amarilla “quedaron chicos”, dijo. ¿Qué plan imagina?
Comprar todo lo que se pueda alrededor para crecer: el estadio y las demás disciplinas necesitan espacio. Casa Amarilla también nos quedó chica.
¿Qué lugar le da a los otros deportes?
Central. Boca es una asociación civil con función social. Hay miles de chicos haciendo deporte en el complejo y los socios del barrio también piden por esas disciplinas. Hay que sostener ese tejido social.
¿Cómo ve hoy al club?
Institucionalmente, bien: tendrá un buen balance. Futbolísticamente, muy mal por malas decisiones en la conducción del fútbol.
¿Qué refuerzos buscaría?
Un nueve, un extremo, un volante de jerarquía que acompañe a Paredes, un central de mayor categoría y un lateral derecho. Y hay cerca de diez jugadores que no deberían seguir: tienen sueldos altos y no dan la jerarquía para Boca.
En 2023 se bajó “para no dividir”; ¿qué cambió rumbo a 2027?
Cumplí la palabra: no me presenté entonces y al día siguiente empecé a trabajar. Hoy recorro el país sin descanso para competir y ganar en 2027.
¿Política nacional y Boca?
Hay que sacar la política nacional del club: modificar fechas electorales y reglas para alejarla. El presidente de Boca debe llevarse bien con todo el arco político, pero no ser político.
¿Sociedades anónimas deportivas?
En contra. Boca siempre debe ser asociación civil sin fines de lucro, manejada profesionalmente.
¿El Riquelme jugador se llevaría bien con el Riquelme dirigente?
Seguro que no: se pelearían a los tres días. El presidencialismo y el personalismo dañan; hay que decidir, cuidar el dinero de los socios y buscar consensos.
¿Qué espera de estas reuniones en el Norte?
Un ida y vuelta: pensar Boca juntos. Vengo más a escuchar que a hablar, pero también a compartir lo que uno sabe por estar cerca.
Si gana, ¿convocaría a Riquelme y a Macri?
Sí. Voy a ganar para convocar a todos y unir a Boca. Unidos vamos a encarar el estadio, modernizar el estatuto y competir para la séptima y lo que venga.