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13 de Octubre,  Salta, Centro, Argentina
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Un sexteto oranense hizo vibrar la Feria del Libro con su folclore y su magia norteña

Luis Ángel Arévalos, Riqui Zarra, Aldo Paniagua, Mariana Savoy, Guillermo Frías y Giuliano Frías Savoy integran un grupo de músicos que deslumbró con un repertorio inspirado en el libro Oda para Elisa. Una presentación cargada de emoción, ritmo y esencia del norte.
Lunes, 13 de octubre de 2025 08:31

Cuando la literatura se encuentra con la música, el resultado puede ser un verdadero deleite para el alma. Y eso fue exactamente lo que sucedió en la última Feria del Libro, donde un grupo de artistas oranenses se ganó los aplausos del público con una propuesta tan original como sentida.

El sexteto, integrado por Luis Ángel Arévalos (voz), Riqui Zarra (guitarra), Aldo Paniagua (guitarra), Mariana Savoy (charango y voz), Guillermo Frías (percusión) y Giuliano Frías Savoy (bajo), presentó un espectáculo que combinó melodías tradicionales con letras inspiradas en la obra Oda para Elisa, de Silvina Rufino.

Lejos de ser una simple actuación musical, el encuentro fue una experiencia artística completa. Cada una de las ocho canciones interpretadas fue escrita especialmente para esta ocasión, con textos que dialogan con los temas y emociones del libro. “Dos de las letras son mías”, contó Verónica Olguín, autora invitada del proyecto. “Cuando leí el manuscrito me emocioné mucho. Le dije a la escritora que siguiera adelante, que iba a ser un éxito. Y así fue: de esa inspiración nacieron las canciones”.

La creación musical se desarrolló de forma colaborativa: Riqui Zarra se encargó de la composición y las melodías, mientras que Luis Arévalos sumó su talento en la escritura de letras y arreglos. El resto del grupo aportó su impronta y su talento, logrando una mezcla tan fresca como profundamente norteña.

“Somos todos norteños, somos todos norteños. Así es”, repitió con orgullo Olguín en diálogo con El Tribuno, sintetizando en esa frase el espíritu del conjunto. La música viajó entre zambas, escondidos, gatos, chamamés y fusiones folclóricas, cada una con su propio color pero unidas por la raíz común del norte argentino.

Aunque los músicos no conforman una banda estable, sus caminos suelen cruzarse en distintos escenarios. “Nos encontramos seguido, hacemos presentaciones, compartimos esta pasión”, contaron. Esa complicidad se notó sobre el escenario, miradas cómplices y una conexión que contagió a todos los presentes.

El público acompañó con aplausos, otros simplemente cerraron los ojos para dejarse llevar por los acordes. La presentación fue mucho más que un show, fue un homenaje a la identidad, a la tierra y a la creatividad que nace cuando el arte se mezcla con el afecto.

Con este espectáculo, el grupo oranense no solo dejó su marca en la feria, sino que también demostró que el folclore del norte sigue vivo, evolucionando sin perder su esencia. Fue una tarde donde la música, la poesía y la emoción se dieron la mano para recordarnos que el arte, cuando se hace con el corazón, trasciende cualquier frontera.

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