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María Eugenia Chagra: "Escribimos y hacemos desde lo que somos; y yo, entre otras cosas, soy psicoanalista"

Ediciones BTU ha publicado un nuevo libro de la escritora salteña. Parte de la Colección Quena, lo presentan este miércoles, a las 18.30, en Galería BAC, 12 de Octubre 658. Hablamos con la novelista.
Martes, 25 de noviembre de 2025 22:18
Los libros de María Eugenia Chagra integran la colección Quena, de Ediciones BTU. Gent.
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María Eugenia Chagra ha publicado "No sé qué duele más", novela que integra la Colección Quena, reunión de los libros de la escritora salteña con el sello de Ediciones BTU. El Tribuno se contactó con ella, con Quena. 

"Hacía un tiempo que no escribía nada orgánico. Escribía cosas sueltas, había dejado los libros por un rato", cuenta. "Y, de pronto, me enfrenté con una situación de enfermedad que me hizo temer... no la muerte", dice y se inicia la charla.   

El planteo de tu novela va por allí... 

Temía tener un accidente cerebro-vascular, concretamente, y quedar en un estado vegetativo y que se tuvieran que hacer cargo de mí. Y, desde ese lugar de angustia, empecé a escribir este libro, que, bueno, terminó siendo otra historia. Como casi siempre me ocurre, hay un disparador que me manda a escribir. Es una necesidad imperiosa. 

En la tapa, la mujer en el espejo tiene una flor roja y detrás de ella se ve una marcha y aviones. Hay mucho en esas imágenes... 

El dibujo es de Martín Aibar, él hizo las tapas de toda esta colección de 11 libros. En esta historia de una mujer enferma, en estado de coma terminal, una enfermera la cuida y encuentra escritos de ella y los empieza a leer. Y aparece una historia de militancia, no partidaria sino política. Esa flor roja podría estar representando una idea socialista. Y todas esas marchas, la lucha de una época. Y esos aviones de la muerte que se ven ahí, sobrevuelan. En las memorias de esta mujer que lee la joven está todo eso. 

¿Se inscribe en la ficción la propia memoria? ¿Cómo se logra la distancia para que sea una novela? 

No te puedo dar mucha explicación técnica ni teórica... soy una intuitiva. No tengo ninguna formación en la escritura, mi formación es en Psicología. Y empecé a escribir, justamente, en la época del proceso. En esta necesidad de decir, en esta necesidad de salir de la oscuridad, empecé a escribir cositas sueltas que terminaron siendo mi primer libro, que se llamó "Retazos de memoria". Era muy autobiográfico. Después ya vino más la ficción. Pero en la ficción siempre se filtra mi historia. Siempre estoy yo en alguna memoria, en alguna emoción, en algún sentimiento. No debe ser así, me imagino, para un escritor con formación de otro tipo, pero a mí se me filtra. Hay algunos libros mucho más lejanos a mí. Hay una novela llamada "Soledad del diván", y aunque pueda parecer que tiene que ver con mi profesión de psicoanálisis, en realidad lo que traté de escribir -en una cosa casi sin proponérmelo- es la conversación entre tres mujeres y su psicóloga, mostrando la incomunicación. Que no es, precisamente, lo que me pasa, yo comunico y me comunico... pero había mucha incomunicación alrededor y me salió esta novela, por ejemplo. Entonces, sí, siempre hay presente algo, algo que yo percibo, alguna observación. Aunque no esté yo, estoy de alguna manera. 

Y empecé a escribir, justamente, en la época del proceso. En esta necesidad de decir, en esta necesidad de salir de la oscuridad".

Se lee en la solapa: "Mi profesión, el psicoanálisis", ¿te ha servido esa formación para escribir? 

Yo siempre cuento que en mis años de formación psicoanalítica, ya afuera de la universidad, tuve unos profesores maravillosos, y uno de ellos decía: "Los que trabajamos en esto necesitamos algo más". Que no solo es el análisis individual, porque ese es un requerimiento profesional, ¿no? Supervisar los casos, seguir la formación teórica, analizarnos. Él decía: "Necesitamos algo más, bailemos, escribamos". Y yo encontré dos cosas... El bailar, que ya no puedo por mis años, aunque cuando escucho música se me van los pies. El baile para mí ha sido muy liberador. Y escribir ha sido otra forma de liberación también. Seguramente está mi mirada desde el psicoanálisis, en muchos de mis escritos. Aunque no la ponga, la mirada está, es inevitable. Escribimos desde lo que somos, hacemos desde lo que somos. Y yo, entre otras cosas, soy psicoanalista. Entonces también escribo desde ese lugar, ¿no? 

El título del libro es muy sugerente.

Ese "no sé qué duele más" tiene que ver con el momento en que lo escribí, con todo un planteo de la vejez, la posibilidad de la muerte y dejar a los seres queridos, los ideales perdidos, las luchas abandonadas, el sentirse invisible para la sociedad por la vejez. A mí me pasa, a veces, que estoy hablando y me doy cuenta de que no me están escuchando. Cosa que yo hacía cuando era más joven, con los mayores (risas). Aunque diga algo interesante, siento que no me escuchan. Uno va desapareciendo. Y la lucha de uno también va desapareciendo. Como aquello de "los imprescindibles son los que luchan toda la vida". Bueno, yo ya siento que no soy imprescindible. Aunque mi libro anterior es un grito de lucha, y lo escribí después de este, "Descarnada intemperie" se llama. Y tiene que ver con el conflicto en Medio Oriente. Y son poesías, y es algo que me desgarra. Ese libro es un grito... 

Hay una nostalgia de otros tiempos...  

Si antes no escuchaban los jóvenes, ahora creo que es peor, no solo los jóvenes, también la gente más grande no escucha. Eso forma parte del dolor del libro, de lo que duele más... 

 

Ese 'no sé qué duele más' tiene que ver con dejar a los seres queridos, los ideales perdidos, las luchas abandonadas, el sentirse invisible para la sociedad por la vejez". 

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