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Lía Salas: "Castelli es un prócer que nuestros conciudadanos tienen que conocer"

La Cooperativa Teatro Castelli y Lía Salas presentan el libro "Castelli: el verbo que ilumina y el rayo que mata", este sábado, a las 11, en la Casa de la Cultura, Caseros 460. Dialogamos con la bibiotecaria, investigadora y dramaturga salteña, autora del texto teatral.
Viernes, 19 de diciembre de 2025 18:48
Lía Salas es salteña, residió muchos años en Buenos Aires y, desde hace unos meses, regresó definitivamente a su ciudad. Gent. L. S.
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Lía Salas escribió "Castelli: el verbo que ilumina y el rayo que mata", texto teatral llevado al escenario. Estos días fue la última función de "Castelli, el rayo", adaptación de Juan Manuel Correa, en Hasta Trilce, en CABA, y van a volver con otra temporada este verano. Y hoy, a las 11, lo presentan en la Casa de la Cultura.

Bibliotecaria, inquieta, teatrista, apasionada por la historia, formada en la UBA, esta salteña ha regresado a su tierra definitivamente, luego de haber residido unos 40 en Buenos Aires. "Extrañaba mucho", dice en diálogo con El Tribuno, y sobre la experiencia de ver su obra en un espacio ícono comparte: "Lo vivo con mucha alegría y sorprendida, porque no hemos tenido una gran prensa. Somos teatro independiente, con lo cual muchas veces esa parte es difícil de resolver".

El boca en boca hizo su parte y también algunos espectadores. "Personalidades como Pacho O'Donnell o Víctor Hugo hicieron una valoración importante y fueron una ayuda enorme, hemos estado con sala llena todo el tiempo", dice.

¿Es la primera temporada de "Castelli, el rayo"? 

Sí, es la primera temporada... queríamos hacer una presentación para volver en marzo, pero a los chicos les pidieron que volvieran en febrero. Yo estoy en Salta, pero ellos están en la compañía, en Buenos Aires. Entonces estamos haciendo un trabajo en teatro independiente salteño, por mi parte, y ellos teatro independiente de Buenos Aires. Complementamos. 

"Castelli, el rayo" se presentó con éxito de público y de crítica en el Teatro Hasta Trilce, CABA.

Y con un tema tan federal, como es este hombre, Castelli, ¿cómo llegas a esa historia? 

La novela "La revolución es un sueño eterno" de Andrés Rivera fue tan importante... Entre otras cosas, él decía que él no había investigado, que los libros de historia los había dejado de costado y que, finalmente, había hecho el Castelli que él creía. Y bueno, había un debate por ahí con un profesor de Pensamiento Argentino y Latinoamericano... él decía: "No, porque a los revolucionarios de mayo les sucedió la revolución"... como que no habían tenido grandes esfuerzos. Y eso a mí me hizo ruido y quise, por lo menos, plasmarlo en una bibliografía para empezar a discutir. Soy de profesión bibliotecaria, entonces, así fue el comienzo y esto llevó muchos años, porque no era mi propósito escribir. Tuve que aprender la dramaturgia y luego recién escribir. Y me iba entusiasmando a medida que iba profundizando el conocimiento sobre esta personalidad, sobre este prócer. Y mi primer asombro fue que, en tantos años, ningún argentino hubiera escrito una biografía de Castelli, sino que tuvo que hacerlo un catedrático del Paraguay, en agradecimiento a los argentinos, fue Julio César Chávez. Y luego sí, con el Bicentenario aparecieron trabajos. Uno de los más importantes es el de Fabio Wasserman, una biografía excelente. Y yo estaba con esto muchos años antes. Y esos años me llevaron a pensar que era muy interesante ponerlo en conocimiento de tantos compatriotas que, como yo, no sabían muchas cosas de Castelli. Más allá del orador de la Revolución, toda su importante trayectoria en el Alto Perú. 

Entonces, tuviste que investigar casi de cero para escribir. 

Sí, anduve por archivos de Bolivia, de Perú, además, por supuesto, de acá. Y para sorpresa mía también, los bolivianos, los compatriotas latinoamericanos, sabían mucho más de Castelli que los argentinos. Y allí se generó un debate, después de eso me ofrecieron de la Biblioteca y Archivo del Congreso de Bolivia, que escribiera un artículo, y lo escribí. Porque, claro, yo me contactaba con ellos, que eran archivistas e historiadores, y tenía argumentos, y me dijeron "qué interesante, escribí un artículo". Fue muy estimulante. Y raro. 

"Y mi primer asombro fue que, en tantos años, ningún argentino hubiera escrito una biografía de Castelli... tuvo que hacerlo un catedrático del Paraguay, Julio César Chávez. Y luego sí, con el Bicentenario aparecieron trabajos".

Y más pensando que viene esta mirada desde las artes. Hablabas de la novela de Rivera, y ahora es una pieza teatral... ¿Qué le da el teatro a esta historia? 

Le da lo vívido, ese momento, ¿no? Lo efímero que es el teatro, en esa hora, vos estás ahí, compartiendo esta vida de Castelli con sus contradicciones, con sus avances, con su su pasión, su enfermedad, su antagonista... en este caso es el deán Funes, que era el cuadro ideológico de la corriente de Saavedra. Me pareció interesante poner a discutir a ellos dos, ficcionalizar eso.

Y todo el contexto de 1810, cuando nacía el proyecto de país...

Sí y, además, la admiración que me fue creciendo respecto de Castelli, porque el 22 de mayo, en esa alocución, y si bien se termina votando por lo que propuso Saavedra, lo fundamental es que él descabeza, por más que sea a través de Fernando, este vínculo de colonia y monarquía. Y yo pensaba mucho en los abogados, él peleó tanto por la soberanía como concepto, además, la tenemos en nuestra Carta Magna. Él hace otra pieza jurídica muy importante, que respalda la del 27 de mayo, para que todas las provincias pudieran ir adhiriendo a este corte con la monarquía, aunque simulado, en Fernando VII. Él tenía mayor conocimiento, por eso lo eligen para que dé la discusión y jurídicamente lo fundamente. Y Castelli es uno de los que estuvo ahí peleando en esa instancia tan crucial. Por eso también le puse "el verbo que ilumina y el rayo que mata", porque él iluminaba con su discurso, los sueños que planteaba, pero también ejecutaba. Entonces, de ahí el mucho cuestionamiento, la elite que lo odió y los humildes que lo amaron.

Se destaca la adhesión que tenía de los mulatos, los negros, los indios...

Totalmente. Él fue a donde ellos vivían, y como estudiante en Chuquisaca, había conocido toda la situación de las minas del Potosí, de la mita... de todo eso.

Abogados, con Belgrano terminan a cargo de un ejército.

Claro. Ellos tenían el modelo de la Revolución Francesa, donde el que mandaba, el que comandaba, era el comisario político. Estaba subordinado el militar a esa dirección política. Por eso ese juicio amañado que le hacen padecer y las acusaciones falsas y demás...

"... le puse 'el verbo que ilumina y el rayo que mata' porque él iluminaba con su discurso los sueños que planteaba, pero también ejecutaba. Entonces, de ahí el mucho cuestionamiento, la elite que lo odió y los humildes que lo amaron".

¿Cómo se vertebra la pieza?

Él está en sus últimos tiempos. Era un luchador muy importante y siempre tenía esa energía, porque aún en la derrota que había tenido en El Desaguadero, se reúne con sus soldados y dice que tienen que volver al campo de batalla y no se da por vencido hasta que, bueno, desde Buenos Aires lo sacan del cargo. Pero él siempre estuvo pensando en el triunfo, aún en los momentos más oscuros. Por ejemplo, tuvo que enfrentar a que su hija se quisiera casar con un secretario de Saavedra, que era de esa corriente. Hay una frase que no está chequeada, y yo la pongo en cuestión, que dice "si ves el futuro, dile que no venga"... Es una frase que se le asigna a él, yo no lo creo. Lo veía tan vital en toda la documentación que fui consultando, en sus discursos, cuando se hace toda la referencia al juicio y demás. Es una persona potente que se planta y que va siempre para adelante. Es muy raro que tuviera una salida así. Él está con la idea de que son oleadas de los pueblos, que uno deja la bandera y otro la levanta.

El "orador de la Revolución" padece un cáncer...

Sí, cáncer de lengua, es una paradoja tremenda. Sí, quedarse sin poder hablar, y él que había sido tan potente y que había calado tan hondo en los pueblos originarios, ya en el Virreinato del Perú; porque allí había levantamientos en Tacna, esperando que entre con sus tropas. Eso fue impresionante, porque él ya estaba preso en aquel momento. Pero bueno, los pueblos se levantaban en nombre de su rey, le decían "el Inca Castelli". Eso está documentado. Y es increíble que en aquel momento existiera un diario de un guerrillero que registrara que Castelli conocía muy bien las zonas donde se armaron las primeras guerrillas. Es una de las fuentes, y uno a eso lo puede debatir. Es asombrosa la magnitud de la personalidad del prócer.

En definitiva, fue arrestado por Buenos Aires.

Claro, porque justamente era el más federal, porque ellos querían el centralismo porteño. Por eso lo detestaron tanto. Y en esa lucha, iban quedando pocos de esa corriente, ya a Moreno se lo habían sacado de encima, al otro lo habían corrido para otro lado... a Belgrano lo mandaron a la zona de las misiones, en fin. Así que era complicado, difícil.

¿Cuándo muere?

Esa es otra paradoja. El 12 de octubre de 1812. Andrés Rivera, cuando decía "es uno de los malditos", tenía mucha razón. Y me ha pasado a mí que, por ejemplo, en donde están sus restos, en la iglesia de San Ignacio, en Buenos Aires, no hay ninguna placa ni nada. Se mandó a hacer una, pero no quisieron colocarla. Y nos fuimos encontrando y conversando de estas cuestiones con la gente que hizo la película "La Revolución es un sueño eterno", que les pasó cosas similares. Tenía razón Rivera cuando decía, es uno de los malditos. Por eso uno tiene que poderlo recuperar, estas son nuestras herencias. Nuestro legado. Esos son los que nos anteceden. Y son los que nos tienen que dar fuerza para seguir adelante.

Es una historia para conocer.

Y muy enriquecedora, y todo eso me impulsó a llevarla al teatro, porque yo decía "no me puedo quedar con este conocimiento". Castelli es un prócer que nuestros conciudadanos tienen que conocer. Y lo que decidan ya es otra cosa. Ya que accedí a esto tengo la obligación -me sentía así- de ponerlo a disposición...

Lía Salas y José Manuel Correa estarán este sábado en la Casa de la Cultura.

Una cita con la historia y el teatro, este sábado a las 11

La Cooperativa Teatro Castelli y Lía Salas presentan el libro "Castelli: el verbo que ilumina y el rayo que mata", hoy, a las 11, en la Casa de la Cultura, Caseros 460. La obra teatral ha tenido una exitosa temporada en la sala Hasta Trilce, en CABA. La pieza profundiza en los anhelos emancipadores y los proyectos políticos en pugna en el tiempo de la revolución de Mayo. Juan Manuel Correa, actor y director de "Castelli, el rayo", y Cecilia Palacios, música, compartirán un cierre performático y luego habrá firma de ejemplares. 

Sobre la adaptación, Salas, dijo: "Cada uno le da una impronta particular. Él le ha dado una genial vuelta, y está excelente. A la gente le impactó y encantó muchísimo".

"Juan Manuel viene a Salta para darme una mano en la presentación y también para lucirse con su actuación, con un monólogo", detalla Salas.

A partir de que circule el texto de Salas, otros grupos de teatro, otras compañías, podrán hacer su propia versión. "Siempre es bienvenido. Y también que se escriban otros textos", dice la dramaturga.

"Es más, en el final del libro puse un QR, cargué la bibliografía del estudio que hice. Un muestreo, más de 70 fuentes, y hago un breve comentario de cada una de ellas para que vayan teniendo un perfil más acabado de él y de quienes transitaron todo ese periodo que él vivió, la generación de 1810", informa Lía Salas.

El director y actor de teatro Juan Manuel Correa acompañará este sábado la presentación del libro.

 

 

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