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Murió Brigitte Bardot, la mujer que transformó la belleza en un gesto de rebeldía

A los 91 años se apagó una figura que excedió al cine: estrella precoz, símbolo cultural del siglo XX y militante inquebrantable por los derechos de los animales, dejó una huella que combinó fama, decisiones radicales y una vida narrada a contramano de las convenciones.
Domingo, 28 de diciembre de 2025 08:12
Murió la mítica actriz francesa Brigitte Bardot. Su belleza perforó fronteras y fue un ícono del Siglo XX.
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Había algo en la mirada de Brigitte Bardot que el cine nunca pudo terminar de domesticar. No era solo la belleza perfecta de sus facciones o ese cabello rubio que parecía capturar todo el sol de la Riviera francesa; era una rebeldía intrínseca, una fuerza de la naturaleza que, tras conquistar el mundo, decidió darle la espalda a la gloria para buscar refugio en el silencio de los seres que no tienen voz. Este domingo, ese enigma de la cultura francesa se ha desvanecido: Bardot murió a los 91 años, dejando tras de sí el eco de una era que ella misma ayudó a inventar.

La noticia se confirmó desde Francia y cerró una historia que atravesó décadas con una intensidad poco frecuente. Brigitte Bardot murió a los 91 años, luego de atravesar un delicado cuadro de salud en los últimos meses. El anuncio lo realizó su propia organización, la Fundación Brigitte Bardot, a través de un comunicado difundido por la AFP.

“La Fundación Brigitte Bardot anuncia con inmensa tristeza el fallecimiento de su fundadora y presidenta, Madame Brigitte Bardot, actriz y cantante de renombre mundial, que decidió abandonar su prestigiosa carrera para dedicar su vida y energía al bienestar animal”, expresó el texto oficial. La confirmación puso fin a semanas de versiones cruzadas que habían circulado en Francia tras una intervención quirúrgica por una enfermedad grave, informada en octubre por el diario Var-Matin.

En aquel momento, la actriz había permanecido tres semanas internada y luego continuó la recuperación en su casa de Saint-Tropez, el lugar que eligió para vivir lejos de los flashes. Incluso, días después, debió salir a desmentir rumores sobre su muerte con un mensaje directo en redes sociales, fiel a un estilo frontal que sostuvo hasta el final.

Una carrera que marcó época

Nacida en París en septiembre de 1934, Bardot se convirtió en una de las grandes figuras del cine francés y en un ícono cultural del siglo XX. Su imagen redefinió la idea de sensualidad femenina en la posguerra europea, con una mezcla de naturalidad y provocación que rompió moldes.

El salto definitivo llegó con Y Dios creó a la mujer (1957), una película que no solo la lanzó al estrellato internacional sino que también alteró la forma de mirar a la mujer en la pantalla. Antes había debutado en Manina, la chica del bikini (1952), y luego consolidó su lugar con títulos como La verdad (1960), El desprecio (1963) y ¡Viva María! (1965).

Además de la actuación, incursionó en la música y lanzó el álbum Brigitte Bardot canta en 1963. Sin embargo, cuando su popularidad seguía en lo más alto, tomó una decisión que sorprendió a la industria: en 1973, a los 39 años, anunció su retiro del cine con una frase que resumía su postura frente a la fama: quería “irse con elegancia”.

Del estrellato al activismo

Lejos de los sets y de los escenarios, Bardot volcó su energía a una causa que la definió en la segunda mitad de su vida. En 1986 fundó la Fundación Brigitte Bardot, dedicada a la protección animal, y desde entonces se convirtió en una de las voces más influyentes -y polémicas- del activismo en Europa.

Ese compromiso marcó su legado tanto como sus películas. La actriz fue una defensora incansable contra el maltrato animal, incluso cuando sus posturas la enfrentaron con gobiernos y sectores de la opinión pública. Para ella, no se trataba de una causa secundaria, sino del eje central de su vida adulta.

Amores, excesos y libertad

Brigitte Anne-Marie Bardot también fue protagonista de una vida sentimental intensa, acorde a una época de libertad sexual que ella encarnó sin pedir permiso. Según la profesora de cine Ginette Vincendeau, autora de una biografía publicada hace una década, la actriz habría tenido más de cien amantes.

Se casó cuatro veces. Su primer matrimonio terminó durante el rodaje de Y Dios creó a la mujer, cuando inició una relación con su coprotagonista Jean-Louis Trintignant. Luego se unió a Jacques Charrier, padre de su único hijo, Nicolas-Jacques, a quien el actor crió y educó. Bardot siempre admitió, sin rodeos, que la maternidad no había sido parte de su vocación.

Entre sus romances se contaron figuras del mundo artístico y social como Gilbert Bécaud, Nino Ferrer, Gunter Sachs —con quien se casó en Las Vegas y se instaló definitivamente en Saint-Tropez—, Warren Beatty y varios nombres más del cine, la música y la bohemia europea.

Un legado que excede la pantalla

Con su muerte, se cierra la vida de una mujer que fue estrella, símbolo y ruptura. Bardot no solo representó una estética: encarnó una forma de estar en el mundo, de usar la fama para irse cuando quiso y de transformar ese capital simbólico en militancia.

Para el cine quedará su imagen inmortal; para la cultura popular, su influencia; y para la historia contemporánea, el registro de una figura que eligió vivir según sus propias reglas, incluso cuando eso significó renunciar a todo lo que la había hecho famosa.

 

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