Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
5 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El último adiós del mundo del folclore al querido Federico Córdoba

Zamba Quipildor, Roberto Ternán y Rubén Pérez lo despidieron con palabras llenas de dolor y gratitud.
Viernes, 04 de julio de 2025 17:11
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La música folclórica salteña está de luto. Este viernes se conoció la dolorosa noticia del fallecimiento de Federico Córdoba, cantor inolvidable, fundador de Las Voces de Orán, y figura fundamental en la historia del cancionero popular argentino. 

Estoy muy triste, se fue un amigo de la ruta, un hermano, un tipo gracioso, cariñoso, que amaba profundamente nuestra música”, dijo conmovido Zamba Quipildor, al recordar a Federico con la voz quebrada. “Orán debería hacerle un monumento, porque gracias a él se hablaba de cultura, de música, de identidad. Tapaba con su arte lo que muchas veces se decía solo por lo malo. Él era otra cosa: él era orgullo del norte”.

Zamba recuerda los viajes, las guitarreadas, los encuentros con su familia, su compañera de vida y sus hijos. “Estamos quedando pocos de aquella época… Y duele. Mucho”.

Un legado que no se apaga

También Roberto Ternán, otra voz inmensa del folclore argentino, expresó su pesar: “La partida de Federico ha dejado una gran tristeza en la comunidad folclórica. Era muy querido por todos, por los changos que guitarreamos y por la gente en general. Se va un referente del folclore tradicional, de los pocos que mantenían viva la llama del folclore auténtico salteño”.

Y agregó, con emoción contenida: “Nos deja un profundo dolor. Federico, hasta siempre, amigo”.

Los recuerdos que no mueren

El del músico y testigo de aquellos inicios históricos, Rubén Pérez, publicó dos fotografías de 1971, donde aparecen Federico y sus compañeros de Las Voces de Orán en plena juventud.

"¡Qué tiempos aquellos! Cuando éramos changos. Federico y Pitín, con 18 años; Ucucha 24 y yo 22. Soñábamos juntos una siembra de canciones. La fuerza juvenil nos llevó a concretar cada uno de ellos. Fuimos dejando una huella profunda, gracias a la tenacidad y el esfuerzo. Con suerte, el destino nos fue generoso y empezamos a cosechar lo sembrado, para el disfrute de los amantes de nuestra música", escribió Pérez. Y cerró con un mensaje que resume todo: “Mi adiós agradecido a este ídolo, hermano mío, querido Fede Córdoba”.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD