inicia sesión o regístrate.
Tomás Lipán se presenta este viernes, a partir de las 21, en la Usina Cultural. El cantor e instrumentista jujeño una vez más hará de su actuación un remanso para encontrarnos con lo mejor de nuestra música, en un espacio íntimo y por ello conmovedor. Lo acompañará Milaipa, dúo integrado por Milagro y Pablo Viltes, en algunos temas. Las entradas se consiguen en alpogo.com y en Zuviría 408.
El músico estuvo hace unos días haciendo prensa en la ciudad. "Yo le contaba a Darío Laspiur (productor) que en Buenos Aires he hecho 56 funciones de teatro en un año, y no he ido a ninguna radio, televisión, nada", dice a propósito de esa venida a la ciudad para anticipar lo que se vivirá ahora. Y ya nos está contando una de las tantas experiencias que tuvo este hombre, lo hace en contacto telefónico con El Tribuno desde la casa de su hijo, en Jujuy, dando pie a la charla.
¿Dónde estás viviendo?
En Buenos Aires. Ahora, por agosto, entre La Pachamama, el Día de San Salvador, lo del 15 en Salta, la Semana del Éxodo, y la fiesta patronal de mi pueblo, el 30 de agosto, en Purmamarca, estoy por acá. Agosto, el peor mes para mi corazón. Que, a raíz de mi corazón, vivo en Buenos Aires, porque a nivel del mar estoy bien...
¿Cómo es eso?
Mi señora, que en paz descanse, Rosita, era médica, y cuando nos casamos me dice "me extraña que sufras la puna". Claro, ahora digo que soy un coya trucho, pero entonces yo no sabía. Cuando era chico, y pastoreaba las cabras por los cerros, me agitaba; me salía sangre de la nariz, cuando iba a la peregrinación de la Virgen de Punta Corral, integrando la banda de sikuris de mi pago, y cómo sufría, siempre me daba la puna. Otros muchachos corriendo, y yo sacando la lengua. Y era que tengo una falla de nacimiento en mi corazón. Por eso el médico me recomienda "hasta una Humahuaca podés ir, más de 3.000 metros ya no, porque sufre mucho tu corazón. Si tenés algún compromiso por La Quiaca, Abra Pampa, tenés que ir con oxígeno". Así que trato de no ir, directamente. Y me han recomendado vivir a nivel del mar. Ahí estoy perfecto. Hace dos semanas que estoy en Jujuy, así que ya estoy más o menos reaclimatado a mi querencia. Pero después ya me vuelvo al nivel del mar.
"Tomás Lipán íntimo" dice la promoción...
Más allá del título, uno muestra lo que es. Porque uno en una peña, en un festival, lleva cinco, seis, ocho músicos y, claro, uno se tiene que amoldar, animar a la gente y cantar todas las cosas vivas. Y por ahí, la gente a uno no lo conoce por dentro. Sobre todo, cómo uno se ha criado. De dónde viene, cuáles son los primeros temas que ha aprendido. El amor por tantas cosas... Cuáles son las personas que han servido como guía a una expresión folclórica que yo tengo tan adentro... Hace tiempo que Darío (Sánchez Laspiur) me decía "tenés que venir a Salta, hace mucho que no venís". Y bueno, consiguió la Usina. Y le digo voy a tratar de ir solo y hacer un íntimo. Y quedó ahí. Fue medio al pasar la palabra, y ya después me mandó el flyer: "Tomás Lipán íntimo". Eso nació espontáneo y también tiene su razón fundamental que es mostrar lo que uno es. Y, además, como estamos ya de vuelta, tengo 77 años. Ya desde 70 años que estoy detrás de la música. desde los 7 años me acuerdo que tocaba en los pesebres, en los carnavales. Así que tengo mucho tiempo con la música y sigo apasionado con esto que es tan bello para el corazón, para mi espíritu, para mi alma. Es mi vida, la música, el canto.
La verdad que no hace falta mucha prensa, porque sos muy querido, muy conocido. Una presencia que va más allá de la promoción… ¿Qué temas vas a hacer?
Con los chicos de Milaipa vamos a cantar juntos algunas cosas, al final, sobre todo. Carnavalitos, seguro... Algunas cosas de don Jaime Dávalos, seguro que voy a cantar. Algún tema del Cuchi Leguizamón, de don Ariel Petrocelli... Son aquellos grandes poetas de Salta que uno valora. Vos sabés que la memoria, cómo me falla, es tremendo. A medida que van pasando los años más... Mi señora era geriatra y me decía "cuando llegues a viejo, no te preocupes. No reniegues si se te caen las cosas de la mano, si te olvidás... Uno vuelve a ser chico, las personas vuelven a ser chicos". Tal cual me está pasando. Así que cómo le agradezco aquella recomendación. Esto es parte de la vida. Entonces, yo no me acuerdo muchas cosas. Pero, por suerte, los temas que ya los tengo en el corazón y en la memoria, esos me los acuerdo para cantar. Pero para aprender un tema nuevo, no te imaginás lo mucho que me cuesta. Así que esas obras tengo pensado cantar. Y después, lo primero que aprendí, los temas sobre todo de mi hermano Domingo Ríos, que falleció, también.
Ya 70 años que estoy detrás de la música. desde los 7 años me acuerdo que tocaba en los pesebres, en los carnavales. Así que tengo mucho tiempo con la música y sigo apasionado con esto que es tan bello para el corazón, para mi espíritu, para mi alma. Es mi vida, la música, el canto".
¿Qué cantabas entonces?
Hay un viejo dicho que dice "pinta tu aldea y pintarás al mundo". Y yo he empezado así, cantando a mi pago, a Purmamarca, a mi Chalala, a Quisquiri, a Patacal, a La Sierga... Todos esos lugares donde me ha tocado en mi niñez andar arreando mis cabras junto con mi mamita. Y entonces, hice mis dos primeros discos, casetes en aquellos tiempos, basados en la obra de mi hermano Domingo, que hablaban de los personajes y de los lugares. Y de ahí fue una proyección de unos autores muy reconocidos, acá en Jujuy, como Torres Aparicio, don Máximo Puma, el Colla Mercado. Y todo eso ha ido cimentando una carrera que yo nunca ni la he soñado, ni la pensaba. Yo de chico cantaba en los carnavales, aprendí a tocar el bandoneón mirando una vez al año a un primo de mi papá, al tío Heriberto, mirando. Y uno de mis hermanos mayores cuando ha ido a la zafra a trabajar, con la platita que ganó se compró un bandoneoncito y con ese aprendimos y tocábamos para los carnavales. Pero sin cobrar nada, sin pensar en que uno iba a tener una trayectoria, llegar a tener el Camín de Oro de Cosquín. Todo eso va llegando por el destino, por Tata Dios, por la Pachamama, por el amor que me han dado mis padres y mis mayores en donde yo me he criado.
¿Y cómo fue esa niñez?
Una niñez tan feliz, tan feliz; sin nada tenía todo. A veces yo lo cuento y la gente por ahí no me cree. Yo no lo cuento por generar lástima, sino por la grandiosidad de nuestra crianza. Porque mi mamá ha parido nueve hijos sin conocer una aspirina. Yo no conocía papel higiénico, jabón, dentífrico, calzoncillos, sábana, no tenía luz eléctrica, teléfono, absolutamente nada. Piso de tierra había, dormía en un cuerito y cuando yo iba a la escuela, me lavaba allá, en la acequia, me mojaba el pelo, llegaba escarchado a la escuela, el pelo durito, como si me hubiera puesto gomina (risas). Y todo es una fortaleza. De golpe, te encontrás en los hoteles más lujosos del mundo, por Singapur, Australia, Japón, Malasia, hoteles de esas cadenas importantes. Y entro al baño, y podías almorzar en un baño tan pulcro... Y pensar que yo no tenía ni baño, yo no conocía. En la secundaria conocí baño en Maimará; me acuerdo cuando me han enseñado cómo tenía que tirar la cadena, y yo salía corriendo, porque ese chorro de agua me asustaba… Todas esas cosas maravillosas que me han pasado en mi crianza, han fortalecido también mi canto. Y por eso te dije "pinta tu aldea y pintarás al mundo".
Uno de mis hermanos mayores cuando ha ido a la zafra a trabajar, con la platita que ganó se compró un bandoneoncito, y con ese aprendimos y tocábamos para los carnavales".
Y por eso tu conexión con el público...
Y vos me has dicho “te quiere mucho la gente”. Y claro, porque también aprendí aquello que dice cosecharás tu siembra. Si uno siembra amor, cosechará amor. Eso es lo que he aprendido y soy muy creyente, tengo mucha fe en todo lo que me rodea, y todo gira alrededor de Tata Dios. Y uno, además, con esto del canto no persigue nada de la parte material, algo económico, solamente la alegría de cantar, de brindar su canto. Ya tengo 77 años, nací el 7 de marzo de 1948, o sea, a mediados del siglo pasado. Con decirte, yo no tengo casa y no quiero tener, me siento feliz así, ahora estoy en la casa de mi hijo, acá en Jujuy, y me siento feliz porque uno, sin tener bienes materiales, se siente dueño del mundo. El bien está ahí, en esa grandeza... Hay tantas cosas que uno puede decir sobre el bien del amor. Yo siempre digo "ni un pastito es mío". No tengo ni un pastito aquí, en Jujuy, y eso que mis abuelos eran dueños de muchos lugares, en Quisquiri, Patacal, pero eso está en juicio, porque antes se daban los terrenos de palabra. Mis abuelos, mi mamá y mi papá decían "este terreno para vos, este terreno para vos", y mi papito se hacía la casa, porque así era cuando vos querías casarte. Te daban el terreno para la casa. Y así fue forjando también mi canto. Y esos son los temas que estoy preparando, de las primeras composiciones que ha hecho mi hermano. Nosotros, con Dominguito, hemos ido así, recapitulando... Me he tomado un traguito de vino porque me emociono...
Una niñez tan feliz, tan feliz; sin nada tenía todo. A veces yo lo cuento y la gente por ahí no me cree. Yo no lo cuento por generar lástima, sino por la grandiosidad de nuestra crianza".
Qué lindo, Tomás... Uno cuando hace una entrevista piensa en los títulos y me estás dando muchos...
Una vuelta, me acuerdo, en uno de mis primeros reportajes, la primera vez que yo he ido a cantar a La Plata, me llama una periodista de ahí, del diario La Capital creo que era. Una periodista joven, y me preguntaba así conciso, ya tenía anotadas las preguntas, aparentemente... Yo estaba aquí, en esta casa, aquí yo vivía con mi señora, y era teléfono fijo, me acuerdo. Y me dice “bueno, última pregunta, Tomás, ¿qué olor tienen sus cerros?”. ¡Qué pregunta! Y pensaba, pensaba, y me salió una respuesta preciosa. Y entonces digo: “Mire, mis cerros tienen el olor a piel de mujer sin perfume”. Y ese fue el título que puso. Una cosa así fue la respuesta y ya me había olvidado también. Así que de lo que yo te he dicho, ahí tenés para muchos títulos. Ustedes tienen una creatividad maravillosa. Uno ve la noticia y... “Uhmm, mirá lo que yo he dicho tan poquitito y lo hacen tan grande”.