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Después de casi 20 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), Bolivia se encuentra a horas de dar un giro abrupto por el casi inminente regreso de un gobierno de derecha, que, según los analistas, deberá cimentarse sobre la base de "pactos y negociaciones" con otras fuerzas políticas si desea la gobernabilidad.
El empresario opositor Samuel Doria Medina, de la Alianza Unidad, lidera las encuestas desde junio, seguido muy de cerca por el también opositor y expresidente Jorge "Tuto" Quiroga.
Ambos lideran los sondeos con el 22 y 21% de la intención de voto, respectivamente. Más atrás, aparecen el senador derechista Rodrigo Paz Pereira, con el 8% de respaldo, y el disidente del Movimiento Al Socialismo (MAS) y presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, con el 6,5%.
Para ser electo presidente en primera vuelta, el candidato ganador deberá obtener el 50% más uno de los votos o al menos el 40%, con 10 puntos de ventaja sobre el segundo, un escenario electoral que parece hoy muy lejano.
La posible segunda vuelta
"Hay una convicción generalizada de que Quiroga y Doria Medina van a disputar la segunda vuelta, pero hay un gran porcentaje de votos nulos (15%), indecisos (13%) y en blanco (5%), que podrían darle una chance a Andrónico o Paz Pereira de un triple empate", dijo el analista Ricardo Callas, exministro de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios.
De mantenerse esta tendencia, Bolivia se encaminaría a una segunda vuelta en octubre entre ambos candidatos, en la que el presidente sería elegido por mayoría simple.
En ese contexto, la analista Lily Peñaranda sostuvo que quien asuma tendrá "la necesidad de pactar con las diferentes fuerzas políticas para garantizar la gobernanza en los siguientes cinco años, después de la elección".
"Las políticas públicas van a tener que ser aplicadas desde la negociación y el pacto, principalmente en torno a la economía", manifestó.
Partidos políticos de los 90
Por su parte, el analista Carlos Cordero afirmó que detrás de Doria Medina y Quiroga están "los viejos partidos" que gobernaron Bolivia en los años noventa, como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y Acción Democrática Nacional (ADN), por lo que llegarán al poder "con lecciones aprendidas".
"El electorado boliviano va a votar por quienes le resuelvan los problemas, y va a generar una nueva lealtad ideológica y política con el Gobierno", manifestó. Para Cordero, el nuevo Gobierno deberá entrar "al diálogo y con una actitud de cercanía" con la población.
Para las elecciones se inscribieron diez partidos políticos, pero solo ocho siguen en carrera, entre ellos el del presidente del Senado, el oficialista Andrónico Rodríguez, y el del exministro de Gobierno Eduardo del Castillo, quien, con el MAS, no ha logrado superar el 2,1% de intención de voto, lo que podría suponer la pérdida de la personería jurídica del partido gobernante.
Más de 8 millones de bolivianos están llamados a las urnas para elegir al presidente, al vicepresidente y al Parlamento para el periodo 2025-2030, en medio de una fuerte crisis económica marcada por la falta de dólares, la escasez de combustible, el alza de la inflación que ha encarecido los productos de primera necesidad y las duras críticas al presidente Luis Arce y a la administración del MAS por el "fracaso del modelo económico".
impulsan el voto nulo
En ese contexto, la región boliviana del Trópico de Cochabamba, bastión político y sindical del expresidente Evo Morales, se alista para hacer que el voto nulo sea "mayoría" en las elecciones, al considerar que los ocho candidatos en competencia "no representan" al pueblo, al tiempo que afirman que un presidente con baja votación sería una "imposición".
"Mañana (por hoy) vamos a hacer conocer con más del 50% de voto nulo que no estamos de acuerdo, es una democracia sin el pueblo boliviano, con candidatos sin el pueblo", dijo Wilma Colque, presidenta de las mujeres de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.